Un primer análisis del más reciente reporte del IPCC sobre impactos del cambio climático, adaptación y vulnerabilidad.
Compartí esta newsletter o suscribite
1
"La evidencia científica acumulada es inequívoca: el cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta. Cualquier retraso adicional en la acción global anticipada tanto en adaptación como en mitigación nos hará perder la breve ventana de oportunidad, que se cierra rápidamente, para asegurar un futuro habitable y sostenible para todos". Éste es el último párrafo del Resumen para Tomadores de Decisión del más reciente reporte del IPCC. Es quizás un resumen en sí mismo de todo lo que dicen las más de 3.000 páginas del reporte. Es quizás EL resumen con el que nos tenemos que quedar.
Al darle una primera mirada, uno piensa en la escena de Don´t Look Up y esa científica desesperada por la inacción ante la evidencia científica y su "Todos nos vamos a morir". Pero al leerlo y releerlo, al salir de esa primera impresión apocalíptica que nos generan los reportes de la ciencia climática, uno encuentra uno de los mensajes más importantes que este reporte nos deja: hay una ventana de oportunidad.
Es una ventana de oportunidad breve. Es una ventana de oportunidad que se cierra cada vez más. Es una ventana de oportunidad que aún no está perdida. Pero aprovecharla dependerá de la acción que hagamos, no mañana: hoy. Y sobre esa ventana de oportunidad es que intentaré concentrar el análisis de esta edición. Más que la escena de "Todos nos vamos a morir", estamos en el "hay que intentarlo", debemos intentarlo.
Esta edición entonces será un primer análisis del reporte Cambio climático 2022: Impactos, adaptación y vulnerabilidad. Se trata de la contribución del Grupo de Trabajo II del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) al Sexto Informe de Evaluación. Luego de la publicación, en agosto del año pasado, de la contribución del Grupo de Trabajo I sobre las bases físicas del cambio climático -que analizamos en PLANETA-, este nuevo reporte pone el foco en los impactos ya presentes y futuros del cambio climático, la necesaria acción en adaptación y los distintos niveles de vulnerabilidad ante la acción insuficiente o inacción.
Si hay una palabra que más se repetirá hoy es acción. Y sobre ella es necesario hacer una aclaración recordatoria.
Históricamente cuando se hablaba y se implementaban medidas (o se prometieron implementar) de acción ante el cambio climático se lo hizo con foco en la mitigación, es decir, en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs), contribuyentes al problema. La mitigación es fundamental para reducir los impactos del cambio climático, para limitar el calentamiento en un escenario de efectos menos dramáticos. Pero la mitigación no es la única parte de la acción climática. Hay otra, igual de importante, que no ha tenido ni sigue teniendo la misma relevancia: la adaptación.
El IPCC define la adaptación en los sistemas humanos como "el proceso de ajuste al clima real o proyectado y sus efectos, a fin de moderar los daños o aprovechar las oportunidades beneficiosas". En los sistemas naturales, la adaptación es "el proceso de ajuste al clima real y sus efectos", ajuste que puede verse facilitado por la intervención humana. En pocas palabras: adaptarnos al cambio climático se trata de reducir la exposición y la vulnerabilidad ante los impactos ya presentes y proyectados del cambio climático. Claro que, en la práctica, no es tan fácil.
El Acuerdo de París tuvo su intento de traer algo de igualdad entre mitigación y adaptación sobre la mesa de toma de decisiones. Pero en la práctica ello aún no ha sido exitoso. Este reporte muestra por qué. Este reporte evidencia por qué actuar en adaptación es tan importante como hacerlo en mitigación. Ahora bien: no son excluyentes. No es o una o la otra. Es actuar en ambas. Y para ello les voy a pedir que a lo largo de esta lectura tengan en cuenta la siguiente relación.
Mientras más calentamiento permitimos (es decir, mientras no reduzcamos las emisiones de GEIs), la efectividad de las adaptaciones a los impactos del cambio climático disminuye y, con ello, aumentan las pérdidas y los daños ocasionados por esos impactos. Y, en esa ecuación, los más perjudicados son quienes ya viven en situaciones de vulnerabilidad.
Con esto en consideración, avancemos en el análisis.
2
¿Por qué tenemos que actuar ya? Quizás la respuesta más concreta sería "porque estamos en crisis climática". Bueno, este reporte profundiza aún más esa respuesta, ese estado de crisis climática en el que nos encontramos. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, calificó el reporte como "un atlas del sufrimiento humano y una acusación condenatoria del liderazgo climático fallido". Para entender esa calificación, vemos los hallazgos más destacados que el reporte nos ofrece en materia de impactos del cambio climático.
- Cómo estamos. No vamos a mentir. Estamos mal. Estamos incluso peor de lo que la ciencia había proyectado hace unos años. El cambio climático está haciendo sentir sus impactos como nunca antes. El aumento en frecuencia e intensidad de las olas de calor, las sequías y las inundaciones está superando incluso la capacidad de tolerancia de algunas especies vegetales y animales.
Estos impactos ya han puesto en peligro a millones de personas en términos de inseguridad alimentaria y de agua, especialmente en África, Asia, América Central y Sudamérica y las pequeñas islas. "En todos los sectores y regiones, se observa que las personas y los sistemas más vulnerables se ven afectados de manera desproporcionada", dice el reporte demostrando por qué acción climática exitosa sólo será cuando sea justa. Aproximadamente entre 3.300 y 3.600 millones de personas viven en contextos altamente vulnerables al cambio climático. Y esto se explica porque el cambio climático profundiza las vulnerabilidades ya existentes, y ellas marcan una diferencia en la vulnerabilidad a sus impactos. Las variables en juego van desde patrones de desarrollo económicos más bajos, inequidad y marginalidad hasta "patrones históricos y actualidad de inequidad como el colonialismo" (textual del reporte).
Lo más dramático es que estos impactos del cambio climático están ocurriendo en simultáneo, lo que genera una suerte de efectos en cascada ante los cuales se hace cada vez más difícil poder dar respuesta. Solo si nos enfocamos en la situación de Centro y Sudamérica, observamos que los impactos del cambio climático -con alta confianza en esta atribución- se manifiestan con cambio la estructura de ecosistemas terrestres, de agua dulce y océano; con cambios en el rango de especies en esos tres ecosistemas; con crecientes impactos adversos en la producción de granos y agricultura, en el desplazamiento de personas, en la malnutrición, en los daños en la infraestructura... Todo eso, en paralelo. - Lo que viene. En las próximas dos décadas nos enfrentaremos a múltiples impactos del cambio climático que ya serán inevitables con un escenario de calentamiento de 1,5°C. Si se supera ese calentamiento, los impactos serán aún más graves y peligrosos, algunos de ellos irreversibles. Esto incrementa los riesgos a los cuales debemos adaptarnos, desde los sistemas humanos y naturales, y las pérdidas y los daños que conllevará.
Al respecto, una aclaración no menos importante ya pensando en la adaptación. Muchas veces nos referimos al 1,5°C como si fuera un escenario de triunfo, como si en él todo volviera a cero y no hubiera ningún cambio en el clima y estamos en lo incorrecto. "El no es una meta, es un límite", nos dice Tania Guillén, investigadora climática nicaragüense que trabaja en el Das Climate Service Center Germany de Alemania y quien fue revisora de este reporte y del Reporte Especial del 1,5°C. Se trata de un escenario de calentamiento con efectos menos dramáticos que el de 2°C o 3°C, pero que no deja de ser un escenario con mayor calentamiento que el actual, con sus propios impactos que nos demandan también adaptación.
Hay otro aspecto a destacar y que me lo hizo notar Guillén como uno de los datos que a ella le movió el piso. Cuando el reporte hace sus proyecciones de impacto al mediano plazo se refiere a hasta 2040, dentro de dos décadas, es decir, cuando un niño nacido hoy tenga 18 años. Lejos de paralizarnos, esto nos tiene que ayudar a tomar conciencia de que ese "futuro habitable y sostenible" es un futuro casi en presente, no en 100 años, es casi mañana. Y solo será habitable y sostenible si actuamos hoy.
Sobre este apartado de impactos muchos podrán decir "esto ya lo sabemos", "la ciencia nos dice siempre lo mismo", "no hay nada de nuevo en esto". Primero, los aportes de este reporte sí son nuevos. Nos brindan una radiografía actualizada del estado de situación actual y de las proyecciones futuras. Al respecto, cabe recordar que estos reportes del IPCC no son investigación nueva, sino que son una compilación de la literatura climática existente. Este reporte nos da una radiografía mucho más visible sobre la interpelación vital entre los ecosistemas, el sistema humano y el sistema del clima.
En el comparativo entre aquel reporte de 2018 (el del 1,5°C) y el actual, Guillén reconoce las actualizaciones: "Dejó un mensaje más claro con mayor evidencia. Es una confirmación contundente de las diferencias entre un calentamiento de 1,5°C y uno de 2°C, de los impactos que ya estén presentes, y un foco en la adaptación que es lo que más necesita mi región. Brinda mayor información sobre la sensibilidad de los ecosistemas y de nuestros sistemas como humanos. El reporte evidencia con mayor claridad que los más vulnerables siguen siendo los más afectados".
Segundo, si los reportes de la ciencia climática nos demuestran siempre los impactos crecientes del cambio climático producido por el ser humano, como diría la expresión, no matemos al mensajero. Es decir, no culpemos a los científicos de mostrarnos una y otra vez desde hace 34 años -al menos desde el IPCC- de la inacción de los tomadores de decisión ante el cambio climático. Como dijo Hoesung Lee, Chair del IPCC: "Este reporte es una advertencia terrible sobre las consecuencias de la inacción. Muestra que el cambio climático es una amenaza grave y creciente para nuestro bienestar y un planeta saludable. Nuestras acciones de hoy darán forma a cómo las personas se adaptan y la naturaleza responde a los crecientes riesgos climáticos".
3
¿Qué tenemos que hacer además de reducir ambiciosamente las emisiones? Adaptarnos. Si históricamente la mitigación ganó protagonismo sobre la adaptación, también la adaptación fue vista más como algo a futuro: adaptarnos a lo que viene. El apartado anterior nos demuestra que la adaptación tiene que ser hoy. Que tenemos que responder ya a los impactos presentes del cambio climático, adaptándonos de la manera más eficiente a ellos. Que incluso tenemos que trabajar para adaptarnos a ese límite del 1,5°C. Veamos qué nos dice el reporte sobre la adaptación.
- Las medidas de adaptación aumentaron. ¡Bien! Pero aún son insuficientes. ¡Ups! En comparación con la edición anterior de este reporte, se identificaron positivamente incrementos en medidas de adaptación al cambio climático. Hoy 170 países y varias ciudades incluyeron medidas de adaptación en sus políticas y planes. Claro que esas medidas de adaptación resultan aún insuficientes a la magnitud del problema ante el cual nos encontramos. Hay una brecha entre las políticas tomadas y lo que se necesita para hacer frente a los riesgos que suponen los impactos presentes.
De allí que es importante continuar mejorando el conocimiento sobre los riesgos puntuales de cada región, incrementar en cantidad y eficiencia los sistemas de alerta temprana. Guillén suma una mejora a realizar: "Es necesario fortalecer la comunidad científica en la región de América Latina y el Caribe, que haya financiamiento para investigar los impactos en la región y adaptarnos mejor". Con ella coincidió Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial: "Empiecen a invertir en adaptación. Inviertan en sistemas de alerta temprana. No sabemos a dónde adaptarnos porque no tenemos las líneas de conocimiento de base".
La científica climática chilena Carolina Adler, directora Mountain Research Initiative y autora de este reporte, agrega no olvidar evaluar las medidas tomadas: "No solo hay que invertir en sistemas de alerta temprana para responder mejor ante, por ejemplo, eventos climáticos extremos. También hay que invertir en sistemas de monitoreo para evaluar su efectividad en la disminución de los riesgos". ¿Por qué es tan relevante esto? Para evitar el siguiente punto.
- Hay medidas que se toman que son malas medidas de adaptación. ¡Quiero llorar! ¿No podemos hacer las cosas bien de una? Bueno, no. Y quizás por esto es tan complejo actuar ante el cambio climático. Este reporte habla del concepto de maladaptation, es decir, de acciones que se centran en sectores y riesgos de forma aislada y en beneficios a corto plazo que a menudo conducen a una mala adaptación si no se tienen en cuenta sus impactos a largo plazo. ¿Un ejemplo de ello?
El decano del Instituto de Investigaciones de la Universidad del Valle de Guatemala y autor del reporte Edwin Castellanos ejemplifica con la aforestación. Se trata de la situación en la que se plantan árboles allí donde antes no había árboles y/o donde no tienen que existir. Se pone en práctica como una medida de mitigación, gracias al accionar de los árboles como sumideros de carbono. Pero plantar allí puede traer graves y negativos impactos en la resiliencia del ecosistema local a ese nuevo ecosistema creado, puede afectar el suministro de agua y afectar a las comunidades originarias allí presentes.
Conforme el reporte, las medidas de mala adaptación afectan especialmente a los grupos más vulnerables, acentuando las desigualdades. No tener en cuenta la voz de estos grupos en la toma de decisiones, pero dar lugar a medidas de mala adaptación.
- La naturaleza es una fuente de oportunidades para la adaptación. Tener ecosistemas sanos, nos permitirá ser más resilientes al cambio climático, nos permitirá seguir aprovechando sus vitales servicios ecosistémicos; pero ello implica cuidar esos ecosistemas. Restaurar los ecosistemas degradados y conservar -de forma equitativa y efectiva- entre un 30 y 50% de los hábitats de la tierra, los océanos y agua dulce nos permitirá beneficiarnos de su capacidad de absorción y almacenamiento de carbono. Pero como dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente: "La naturaleza puede ser nuestra salvadora, solo si la salvamos primero".
- Tenemos mucho aún por aprender y escuchar de las comunidades originarias. "Al reunir los conocimientos científicos y tecnológicos, así como los conocimientos indígenas y locales, las soluciones serán más eficaces", dijo Debra Roberts, co-chair del Grupo de Trabajo II y agregó: "Deben estar en la mesa de decisiones de las políticas climáticas". Es decir, no es sólo escucharlas y a otra cosa mariposa. Es que sean parte de la toma de decisiones.
- Y un dato no menor: no podemos adaptarnos ilimitadamente. No se trata de "bueno, si no llegamos a reducir ambiciosamente las emisiones, siempre nos podremos adaptar". No, no siempre. La ventana de oportunidad se nos está cerrando también en materia de adaptación. Hay límites a la adaptación. "Las medidas de adaptación que hoy funcionan quizás no lo hagan en un futuro más caliente", advirtió Hans-Otto Pörtner. De allí que, si todavía tienen en mente la ecuación del inicio, es sumamente importante que se reduzcan ambiciosa, urgente y sostenidamente las emisiones de GEIs.
El no adaptarnos correctamente a los impactos del cambio climático o romper con los límites de adaptación, nos llevará a mayores pérdidas y daños. "Las medidas de adaptación no pueden prevenir todas las pérdidas y los daños", expuso Debra Roberts, co-chair del Grupo III. Pérdidas y daños que ya están presentes entre nosotros y que afectan a los más vulnerables.
4
Abordar las pérdidas y los daños que ocasiona la no adaptación o adaptación ineficiente a los impactos del cambio climático. Este reporte llega quizás en el momento más oportuno en materia de las negociaciones climáticas. Como venimos cubriendo, pérdidas y daños fue uno de los temas más controversiales en la última COP26 celebrada en Glasgow y uno de los más demandados por los países más vulnerables a los efectos del cambio climático. Fue, lamentablemente, uno de los temas que dejó gusto a poco, o a nada.
En lugar de crear un mecanismo que diera un mejor marco de políticas y financiamiento a pérdidas y daños, se convocó a la creación de un diálogo para comenzar a debatir al respecto y recién luego evaluar un mecanismo. "Los países desarrollados han estado bloqueando esta agenda del financiamiento para no dar dinero a los países en desarrollo. Creen que la única oferta es un diálogo para pérdidas y daños, y aún no se ha entregado ningún dinero. Tenemos que asegurarnos que haya un sistema de financiamiento basado en la justicia y la equidad", denunció Harjeet Singh, senior advisor de CAN Internacional, y alertó: "El dinero necesario para la acción climática va a ir aumentando con cada una de las proyecciones del IPCC".
Esto entonces nos lleva a otro de los temas eje que venimos siguiendo en PLANETA: el financiamiento climático o el put the money on the table. No solo los países desarrollados aún no pusieron sobre la mesa los US$100 mil millones que se comprometieron a movilizar anualmente desde 2020 a 2025 a los países en desarrollo para que puedan implementar políticas climáticas, sino que el financiamiento que hoy se destina a acción climática se distribuye desigualmente más a mitigación que a adaptación.
El IPCC estima que las necesidades de adaptación alcanzarán los $127 mil millones y $295 mil millones por año solo para los países en desarrollo para 2030 y 2050, respectivamente. Pero, al momento, según el World Resources Institute, la adaptación representa solo entre el 4 y el 8% del financiamiento climático rastreado, que totalizó US$579 mil millones en el período 2017-2018.
Como decía Singh, si no reducimos las emisiones, toda cifra de dinero necesaria para la adaptación aumentará. Al respecto, Guillén sentencia: "La inacción será siempre más costosa que la acción. Es más barato invertir ahora. Esta década es fundamental para dar el giro de timón en la acción climática".
Ahora bien, si frente al aumento del nivel del mar que amenaza un país insular, se toma una medida de adaptación de movilizar a todos sus habitantes a otro lugar, ¿qué ocurre con todo eso que estas personas pierden? Y no me refiero a lo material. No se trata solo de tener un mero territorio, es todo el sentido de pertenencia como lugar. ¿Qué ocurre con eso? ¿Quién se hace cargo de ese daño que puede manifestarse en la salud mental? Adler reconoce que esta variable se empieza a poner sobre la mesa: "Las pérdidas y los daños no hacen referencia solo a lo material sino también a los valores culturales. Tenemos una relación con el ambiente que es intangible. Una montaña sin nieve afecta en la provisión de agua, en los servicios que ofrece a toda una comunidad".
Las pérdidas y los daños, y el financiamiento continúan siendo temas tan molestos para los países desarrollados que fueron de aquellos en los que buscaron suavizar el lenguaje en la revisión del Resumen para Tomadores de Decisión. Tratar de colocar el rol del sector privado para el financiamiento es una jugada que ya vimos en la COP26 y que, también, nos lleva al siguiente punto, sobre el cual sigo siendo insistente.
5
¿Y los combustibles fósiles? Volvió a ser mi pregunta. "El carbón y otros combustibles fósiles están asfixiando a la humanidad", dijo Guterres al referirse al reporte. Ahora bien, al igual que hice con el del Grupo de Trabajo I, comparé el Resumen para Tomadores de Decisión con el reporte completo. El término combustibles fósiles -cuya explotación es la principal responsable del cambio climático que aquí nos compete- aparece en 66 páginas de las 3.675 páginas del reporte completo. No aparece ni una sola vez en las 32 páginas del Resumen para Tomadores de Decisión.
¿Cómo se explica esta diferencia que no marca una correlación entre un documento y otro? ¿Hay algún país o grupo de países que especialmente piden esta no mención? Se lo pregunté a Thelma Krug, vice-chair del IPCC: "Lo que pasa en la sesión de aprobación es confidencial. Entonces discutimos lo que pasa, cómo llegamos o a qué llegamos. Pero, si bien no hay una referencia directa a los combustibles fósiles, hay muchas referencias a la importancia de mitigación muy profunda. Energía es la fuente principal de las emisiones, entonces indirectamente el informe está hablando de cambios, de transformaciones. No llegaremos absolutamente al límite de 1,5°C si no hay profundas transformaciones en el sector de energía. Es importante tal vez mencionarlo claramente, pero creo que está muy indirectamente cuando hablamos sobre mitigación y las transformaciones en el sector de energía".
En complemento a la respuesta de Krug, Castellanos agregó que el próximo reporte del IPCC -el del Grupo de Trabajo III- se centrará en la mitigación del cambio climático y allí podremos tener más detalles sobre los cambios necesarios en el actual sistema basado en combustibles fósiles. Así que let´s see.
Cabe recordar que el próximo reporte será publicado en apenas un mes y allí podremos ahondar en otro de los temas polémicos para la acción climática: la geoingeniería o el uso de la tecnología para manipular el clima.
6
En agenda: eventos para, obvio, seguir conversando sobre el reporte del IPCC. Y sí, no podía ser de otra manera. Las actividades que se realizarán durante estos días buscarán indagar en distintos aspectos del reporte y son una oportunidad para seguir profundizando en sus aportes para la acción climática. Les comparto los eventos que puse en destacado en mi agenda.
- ¿Cuál es el impacto, la vulnerabilidad y la adaptación de los sistemas naturales y socioeconómicos al cambio climático? Es la pregunta que, con una mirada regional, buscará responder el webinario organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina. Contará con la participación de científicos argentinos que participaron en el trabajo de este reporte. Será mañana viernes 4 de marzo a las 16 (hora argentina) y se transmitirá por el canal de YouTube del Ministerio (ya pueden activar el recordatorio al link aquí).
- De la ciencia a la acción: análisis del último informe del IPCC sobre impactos, vulnerabilidad y adaptación. Organizado por las amigas de GFLAC, es el título del evento online organizado en el marco de la publicación del reporte y del Día Internacional de la Mujer, y con miras a la COP27. Será el próximo martes 8 de marzo a las 12 del mediodía (hora argentina) y requiere inscripción previa aquí.
- Abordar los daños climáticos: un llamado a la acción del informe del IPCC. El World Resources Institute invita a un evento online con foco en los daños que ocasionan y ocasionarán los impactos del cambio climático. Este evento será en inglés y se realizará el martes 8 de marzo a las 12.30 (hora argentina). Requiere inscripción previa aquí.
- Feminismo en la crisis climática. Y también el martes 8 de marzo, y también porque la acción climática sólo será exitosa con perspectiva de género, Greenpeace International y Amnesty International organizan un evento online con mujeres referentes de distintos países para conversar sobre el vínculo entre ambos: feminismo y crisis climática. El evento será a las 16 (hora argentina) del martes 8 y se transmitirá en vivo por los canales de YouTube de Greenpeace y Amnesty ¡Ah! Y tendré el placer de ser su host 💁🏻♀️
7
Por último y no menos importante: la salud mental en el reporte. La salud mental de las personas que trabajan en el reporte, la salud mental de quienes leemos el reporte. Recuerdo el briefing que tuvimos con los co-chair del WGII, recuerdo el rostro de Pörtner ante la pregunta de un colega ¿Qué espera que pase luego de este reporte? Quedo unos segundos en silencio sin mirar al frente de la pantalla, levantó la mirada y dijo: "La ciencia climática es clara. Cómo ello se está transformando en acción en la política y la sociedad es lo que no está tan claro"
La salud mental no estuvo ausente de las páginas del reporte, que se mostró contundente: "El cambio climático ha afectado negativamente la salud física de las personas en todo el mundo y la salud mental de las personas en las regiones evaluadas". Sobre la salud mental describe que algunos de los problemas observados están asociados con el impacto que generan las elevadas temperaturas, el trauma tras fenómenos meteorológicos y eventos climáticos extremos, y la pérdida de medios de subsistencia y cultura. Lamentablemente, la región de Centro y Sudamérica no han sido evaluadas en materia del impacto del cambio climático en la salud mental.
En las proyecciones, se espera que los problemas de salud mental, incluidos la ansiedad y el estrés, aumenten con el incremento del calentamiento global en todas las regiones evaluadas, en particular en niños, adolescentes, ancianos y personas con problemas de salud subyacentes. De allí que las acciones de adaptación también tendrán que contemplar este impacto. El reporte sugiere mejorar los sistemas de salud para reducir los riesgos de un impacto en la salud mental ante el cambio climático, garantizar el acceso a atención médica correspondiente y monitoreo de los impactos psicosociales de los fenómenos meteorológicos extremos.
Ahora bien, mientras, ¿qué ocurre cuando leemos esas páginas de un reporte como el recientemente dado a conocer?
Los reportes de la ciencia climática son abrumadores. La comunicación que sobre ellos se hace en la mayoría de los medios de comunicación es apocalíptica. La sensación de listo, ya está, nos rendimos nos acompaña una y otra vez... De nuevo, y conforme lo que los expertos vienen estudiando, la clave parece estar en la acción, en cómo convertimos todas esas sensaciones negativas que la acción insuficiente o la inacción ante la crisis climática nos despierta.
Esa transformación en acción parece ser lo que motiva a los científicos climáticos a justamente participar de un trabajo tan abrumador y complejo como este reporte. "La verificación de la realidad, de esta realidad, no es fácil. Desde mi plano personal y profesional, yo siento que desde aquí donde puedo construir un mundo mejor. Es mi humilde contribución a un proceso en el que cada quien está poniendo parte de sí para que la información sea clara que se tomen las mejores decisiones. Ser parte de ese esfuerzo que implica un reporte me brinda mucha satisfacción y es lo que me da energía. Es lo que tenemos que hacer. Quedarse de brazos cruzados en lo peor", nos comparte Tania.
Carolina encontró en el paisaje de la naturaleza que más disfruta el motivo para hacer ciencia climática: "La montaña es indispensable. Nací en Chile, a los pies de Los Andes. La montaña sigue siendo parte de mi persona. Y viendo cómo la montaña ahora está expuesta a cambios que se están acelerando, me motiva a involucrarme sobre cómo podemos contribuir a la acción. A través de este informe, tuve la oportunidad de interactuar y compartir con científicos de todo el mundo y de múltiples disciplinas, me permitió ampliar mi perspectiva. Eso me ha dado mucho optimismo. El reporte tiene una cierta promesa de ayudarnos a abordar estos temas".
Si esta edición de PLANETA sobre el reporte del IPCC les generó preocupación, tristeza, angustia, enojo, les recomiendo que conversen con otras personas sobre ello, puede ser alguien de su familia, su grupo de amigos, su equipo de trabajo o una organización climática de su localidad. Traten de pensar juntos cómo pueden involucrarse individual y colectivamente en la acción climática. Leyendo esta newsletter ya es un primer paso para actuar informados 🌞
¡Ah! Y recomiendo mucho seguir a la ilustradora detrás de la imagen que elegí para este apartado -@iuliastration- que creativamente ofrece mensajes optimistas y reflexivos.
Aprovecho para agradecerte por ser parte de PLANETA. Al leer, participar y compartir esta newsletter, nos ayudás a hacer crecer esta comunidad comprometida con el desafío de (re)construir un planeta mejor. Si te gusta lo que encontrás acá, podés además sumarte como miembro Co-Responsable y ayudarnos a seguir haciendo un periodismo que no sólo sirva para contar el mundo, sino también para cambiarlo.
Esta edición fue posible gracias a un vecino que me imprimió el reporte un domingo a la mañana y con lluvia; gracias a las 60 personas que se unieron a conversar sobre el reporte; gracias a mi mamá que me vino a dar una mano y que, tras escucharme en la conversación me dijo "sos muy enérgica para hablar... también si les estás diciendo que todos nos vamos a morir"; a Yiyo que me acompañó una semana en cama recostada (recostada literal); a entrevistados que me respondieron durante el reposo y con su cansancio pos reporte; y al equipo de RED/ACCIÓN que me apoyó y que prefería que esta fuera una news más breve en pos de mi reposo, pero que comprenderá que -bajo los cuidados de bienestar físico y mental necesario- todos terminando dejando un poquito de nosotros en el día a día de la acción climática.
Me quedo con las palabras de Singh para el cierre: "El reporte del IPCC muestra cómo hemos fallado. Nos da una ventana de oportunidad de acción, pero acción ahora. Las soluciones están ahí, pero no las estamos implementando".
La imagen del cierre es la elegida para la portada del reporte. Corresponde a Alicia Singer y se titula: "Un planeta prestado: heredado de nuestros antepasados, en préstamo de nuestros hijos".
¡Hasta el próximo miércoles con más análisis del reporte!
Tais