La música, omnipresente en nuestras vidas, marca desde los rituales religiosos hasta los momentos más íntimos. Psicólogos y neurólogos llevan años investigando cómo el cerebro percibe la música y qué circuitos neuronales se activan en el proceso. Este mes, tres estudios independientes han aportado nuevas perspectivas sobre el tema.
Uno de estos estudios, dirigido por Sascha Frühholz de la Universidad de Zurich, analizó la experiencia de escuchar música en vivo en comparación de la grabada. Descubrieron que la música en directo genera una mayor actividad cerebral y una sincronización emocional entre músico y oyente que no se encuentra en las grabaciones.
El sentimiento de conexión durante un concierto se ha descrito como una de las experiencias más intensas para un artista, donde el público reacciona al unísono ante la música. Esta sincronización emocional amplifica los efectos de la música en el público, creando una experiencia emocionalmente poderosa y compartida.
El estudio transcultural llevado a cabo en la selva boliviana por Nori Jacoby del MIT exploró patrones rítmicos y su percepción en diferentes culturas. Descubrieron que existe cierta universalidad en la preferencia por ritmos simples, como la proporción 1:1:2, que se encuentra presente y desarrollada en canciones tradicionales de diversas culturas.
Buenos días
— La Zelayita 🇳🇮 (@LaZelayita) February 5, 2022
Mirá danza del Toro Huaco?
Una danza indígena de Diriamba #Nicaragua
El tambor y pito llama a la guerra, en 2 filas los bailantes imitan la serpiente emplumada, el sonido gutural del ruu es considerado como la contraseña de la guerra #UnidosEnVictorias@indio_nica pic.twitter.com/38WpTMO5CN
Por otro lado, el estudio liderado por Raquel Aparicio Terrés de la Universidad de Barcelona investigó cómo la música electrónica puede alterar los estados de conciencia. Utilizando la electroencefalografía, encontraron una mayor sincronización neuronal con tempos específicos, lo que sugiere posibles aplicaciones médicas para el alivio del estrés y la ansiedad.
Estos estudios nos acercan a comprender los mecanismos cerebrales detrás de la experiencia musical y sus efectos emocionales. Aunque aún hay mucho por descubrir, estos hallazgos prometen abrir nuevas puertas en nuestra comprensión de la música y su impacto en el cerebro humano. La música, más que un simple entretenimiento, parece ser una poderosa fuerza capaz de mover nuestras mentes y emociones.
Publicado originalmente por Mundiario bajo licencia CC. Republicada con permiso vía OpenNewsWire.
