La transición a la paternidad/maternidad es un período alegre después del nacimiento del primer hijo, pero también muy desafiante. Los nuevos padres deben responder a varias demandas nuevas tanto del bebé, como de la dinámica doméstica, de la pareja y a los cambios personales más íntimos e identitarios.
En situaciones en las que los recursos de afrontamiento no son suficientes o las vulnerabilidades son demasiado altas, la angustia puede extenderse a la relación de pareja, describe una nueva investigación. Sobre esta base, los autores del paper publicado en el Journal of Social and Personal Relationships examinaron estudios previos que sugieren que la atención plena o mindfulness puede ser de ayuda durante este período exigente.
En efecto, los autores de la Universidad pública en Montreal, Canadá, concluyeron que: “Los resultados revelaron que los padres con mayor atención plena informaron menor estrés percibido, lo que a su vez se asoció con una mayor satisfacción en la relación”.
Estos resultados están en línea con investigaciones previas que indican que la atención plena (la tendencia general a ser consciente de sus experiencias del momento presente con una actitud de no juzgar y de aceptación) puede ayudar a ser más conscientes de las emociones y menos críticos con ellas, informó PsyPost.
Pero eso no es todo. La actitud de conciencia plena no sólo benefició a quién la ejercitaba, sino también al otro miembro de la pareja. Es decir, si uno de los participantes del estudio reportaba tener niveles más altos de atención plena, estaba relacionado con una mayor satisfacción hacia la relación de parte del otro integrante.
La muestra del estudio incluyó a 78 parejas (156 participantes) de entre 21 y 47 años a los seis meses después del nacimiento de su primer hijo. La mayoría de los participantes eran heterosexuales y canadienses, por lo que los resultados no pueden generalizarse al resto de la población global, sino sólo sugerirse. Por otro lado, dada la naturaleza correlacional de la investigación, no se pueden sacar conclusiones sobre causa-efecto.
Tal como aclararon los autores, la atención plena es una característica común a todas las personas, aunque en diferentes niveles. En definitiva, todos podemos desarrollarla: se trata de la capacidad de dirigir la atención sobre las experiencias internas y externas, a medida que se desarrollan, con aceptación, curiosidad y apertura. Además, se expresa en un estado de ánimo con una tendencia a estar conectados con lo que sucede en el “aquí y ahora”, sin tratar de controlarlo, evitarlo o etiquetarlo como bueno o malo.