Presentado por
¡Buenos días! Hoy queremos volver a hablar de Isidro, un niño de cinco años que el año pasado fue el protagonista de una campaña de concientización histórica. Su mamá y su papá encarnaron el dolor de toda una comunidad y lo convirtieron en una causa maravillosa.
Compartí esta newsletter o suscribite
1
Había una vez un matrimonio joven, maravilloso, que conocimos un tiempo después de que tuvieran su primer bebé. Un día su hijo se sintió mal. No se mejoraba y comenzó una ronda por los médicos. Le hicieron varios estudios y descubrieron que tenía una patología cardíaca. Por supuesto, algo fuera de lo esperado. En el país nacen cada año 8.000 bebés con patologías cardíacas, así que esta puede ser una descripción con la que otros matrimonios se vean identificados.
Cuando llegan al diagnóstico preciso no solo le explican al papá y la mamá el tratamiento, sino que le hacen mención de la necesidad de trasladarse urgentemente a la Ciudad de Buenos Aires, a 350 kilómetros de Tandil, la localidad donde vivían. Pero, además, les dicen que era necesario hacer un trasplante.
La palabra “trasplante” tiene un impacto enorme para cualquier persona. Por supuesto, brinda esperanza. Pero también implicaba un cambio enorme para esta familia. Mientras el matrimonio absorbía el impacto y se empapaba de lo que significaba un trasplante, lo que quedaba por hacer era esperar la aparición de un órgano.
De las personas que están en lista de espera al menos el 80 % van a recibir un trasplante. Esto da esperanzas. Pero hay que esperar, tomarse el tiempo para digerir el impacto de una noticia, acostumbrarse a estar lejos de la ciudad de uno, de sus afectos.
Y mientras el matrimonio de Laura (Aladro) y Sebastián (Gastaldi) esperaban, cada vez más personas comenzaron a acompañarlos. Por supuesto, los rodeó el afecto de familiares y amigos que habían cosechado durante toda su vida. Pero también comenzó a movilizarse una ciudad y luego un país que se enteraba que un hijo nuestro esperaba un trasplante (porque el dolor de un niño o niña es el dolor de un país, no es dolor de otros, es de todos).
Este matrimonio encarnó un dolor colectivo. Y lo convirtieron en una hermosa causa.
Hoy, al menos, 170 chicas y chicos esperan un trasplante. Los órganos escasean (porque, afortunadamente, las infancias tienen cada vez mejores condiciones de salud). Y esto obliga a estar atentos cada vez que aparece la posibilidad de donar. Esta familia de algún modo les hablaba a otras familias en momentos complejos, para decirles que, si el final de su historia era triste, podían transformar el dolor en otra vida.
Esta historia humana se convirtió en una campaña nacional. Se multiplicaban las manifestaciones de afecto. Todo el mundo hablaba de Isi, este chiquito que mientras esperaba por un corazón cumplía cuatro años (una imagen emotiva de la que te contamos en esta edición de OXÍGENO) . Pero a medida que la campaña encabezada por la mamá y el papá de Isi generaba más ruido, aumentaban los trasplantes en todo el país. Los primeros dos meses de su campaña se iban batiendo récords diarios, semanales y mensuales de trasplantes., ¿Por qué? Porque una familia había sido impactada por la realidad, pero se habían comprometido, puesto en movimiento y una comunidad nacional los había acompañado. Este ser nosotros, el ser comunidad, esto que ellos significaron como matrimonio, como papá y mamá de Isi, hizo que el “ser nosotros” se encarnara tanto que no solo ese hijo nuestro sería trasplantado, sino muchos otros y otras. La campaña de Isi quedará en la historia.
Pero también queremos hacer un paréntesis y hacer un homenaje a Justina. Ella misma, con sus 11 años encabezó su campaña con su papá y su mamá que hizo que se batieran todos los récords de trasplantes gracias a la ley que revolucionó la donación. Ella decía que su campaña era para ella y para todos los que esperaban sus trasplantes.
Isi fue trasplantado hace casi un año y sus redes siguen siendo un canto a la concientización. Este matrimonio impactado por una dura realidad, convirtió su historia en pura vida. Y quizás no terminaremos de saber cuántas vidas salvaron, salvan y seguirán salvando Isi, su papá y su mamá.
2
Hablamos con Laura, la mamá de Isi sobre toda esta hermosa movida que generaron.
—¿Cómo describirías el trabajo que realizan desde que crearon la cuenta de Isi y que continua casi un año después del trasplante?
—Desde que se inició la cuenta seguimos con el mismo compromiso: intentar concientizar a toda la sociedad acerca de la importancia de la donación pediátrica. Al principio poniendo información concreta y quitando miedos. Una vez que Isi tuvo su oportunidad y se vieron los cambios reales también intentamos mostrar nuestra realidad, que volvimos a la vida y que es un milagro realmente. Que se genera una segunda oportunidad de volver a vivir. También estamos haciendo charlas, muchas notas, todo lo que nos permita seguir hablando acerca de la donación. Y hace poco, cuando Isi tenía que volver para una biopsia en el área de internación pediátrica del Hospital Italiano, queríamos llevar un regalo. En un solo día conseguimos una donación de 10 chromcast y 10 lámparas de luces cálida para entregar a las habitaciones de terapia.
La satisfacción de saber que podés generar un pequeño confort a esos niños que esperan recuperarse es algo mágico. Seguimos con muchas ideas para intentar ayudar en lo que podamos y estamos armando una logística. Seguimos difundiendo los casos de niños que siguen en lista de espera, sentimos que es una forma de ayudarlos y acompañarlos en este proceso. Y, al mismo tiempo, estamos en contacto con las familias que nos escriben intentamos desde nuestra experiencia transmitir qué fue lo que más nos sirvió y lo que nos sirve ahora. Nos llegan tantos mensajes hermosos que nos motivan e impulsan a seguir comprometidos con esta causa
—¿Se dieron del nivel de compromiso que tomaron por la causa de la donación más allá de la situación de Isi?
—Tenemos un grupo de amigos y amigas que son quienes manejan la página de Isi y quienes están súper comprometidos y es gracias a ellos que la página de un corazon para Isi tuvo tanto impacto social . Siempre hablamos de eso, les agradecemos todo el tiempo y no llegamos a dimensionar lo que se generó. Nos llegan tantos mensajes hermosos que nos motivan e impulsan a seguir comprometidos con esta causa.
—¿Qué les generó la respuesta de la comunidad ante el caso de Isi?
— Nos generó mucho amor, mucha emoción, nos demostró qué hay mucha empatía y que la gente está dispuesta a ayudar. El acompañamiento de la comunidad nos sostuvo y a la vez nos sigue impulsando a seguir. Es indescriptible ver cómo lo miran a Isi, como lo saludan y cuánto se alegran de ver su evolución. Siempre estaremos agradecidos a tanto cariño.
—¿Qué aprendieron en este proceso?
— Que a la vida hay que disfrutarla a cada instante. Que a los pequeños logros y a las buenas noticias también las tenemos que celebrar y no darlas por hecho. Porque cada noticia mala nos aniquila, pero la noticia buena la damos por normal y no la vivimos con la misma intensidad. También aprendimos que dejarse ayudar es muy importante para poder transitar situaciones así. Además, logramos dimensionar realmente el poder y la magia que tiene la donación de órganos.
—¿Cómo se vive una espera como la que tuvieron que vivir?
—Se vive al límite, luchando día a día con tus propios miedos y con el terror de que algo malo suceda. Rogando al tiempo que sea tu aliado para que nada nuevo aparezca ni nada empeore. Luchás para no detenerte en la espera y que no te consuma el paso del día solo esperando escuchar una noticia. Intentás con todas tus fuerzas olvidarte por un segundo de lo que estás esperando para poder jugar y dísfrutar en familia con tu hijo aunque tu realidad sea otra y muy diferente a la que deseás.
—¿Qué sienten hoy cuando lo ven a Isi jugando como cualquier niño?
—Sentimos que somos súper afortunados, que tuvimos una segunda oportunidad de volver a vivir todos. Sentimos que tenemos muchas cosas por vivir y disfrutar y vamos a hacerlo cada día y a cada instante. Cada vez que lo miramos a Isi recordamos lo que vivimos y lo que nos está pasando. No podemos quitárnoslo de la cabeza, quizás sea por eso que a cada instante lo abrazamos y agradecemos tanto. Todos los días prendemos una vela para el ángel donante y para su familia, a modo de pensarlos y agradecerles y desearles mucha paz. Y también prendemos velitas para que todos los que estén en lista de espera tenga la oportunidad que tuvo y tiene Isi de volver a jugar y a reír.
—En poco tiempo se cumple un año del trasplante de Isi (el 19 de agosto). ¿Tienen pensada alguna actividad especial?
—Tenemos muchas ideas, pero hay que ordenarlas. Imaginamos llenar la ciudad de globos para que se celebre el acto de amor que hay detrás de la donación pediátrica. También queremos hacer una colecta e intercambio de juguetes para donar y que ningún niño se quede sin un regalo (porque al otro día Justo es el Día del niño). Lo que seguro haremos es celebrar, soplar fuerte su primera velita para agradecer este nuevo año vivido y a la vez pedir miles de años más.
Pan American Energy busca ser un promotor activo en el desarrollo de las comunidades en las que opera. Por ello, lleva a cabo acciones de triple impacto para crear valor económico, social y ambiental a través de la articulación público-privada. Su trabajo en Sustentabilidad se basa en cuatro ejes estratégicos: educación y cultura, salud y deporte, desarrollo local y ambiente. En el último año, con sus más de 100 programas, la compañía alcanzó a más de 300.000 personas.
Conocé más en pan-energy.com/sustentabilidad
3
Hace unos días, una periodista de La Nación fue a visitar a Isidro en Tandil y escribió una crónica de cómo vive en su ciudad, a casi un año del trasplante, el niño que ya tiene cinco años. “Es una celebridad”, dice el texto. Le gritan en la calle cosas como “Hola campeón”, “Chau Isi” o “¿Para cuándo un partidito de fútbol?”.
“Isi recuperó peso, se reencontró con sus 12 primos y ya se queda a dormir solo en lo de sus abuelas”, es otro de los detalles que destaca el texto. También dice que Isi ama ir al Club Los Cardos, donde corre, juega al fútbol.
Podés leer el texto completo, y emocionarte, acá.
4
Hoy se cumple un nuevo aniversario del atentado a la AMIA, en el cual murieron 85 personas. Una tragedia por la cual nos sumamos al pedido de justicia.
A propósito, la semana pasada contamos que, por primera vez, familiares de víctimas del atentado a la AMIA se unieron para cantar y homenajearlas. Cantaron Como la cigarra, de María Elena Walsh. Fue en el marco del “Mes de la Memoria”, una iniciativa que cada año AMIA lleva adelante a través del departamento de Arte y Producción de la entidad, para difundir contenidos creados especialmente en homenaje a las víctimas fatales y como una forma de renovar el reclamo de justicia.
5
Para cerrar esta edición de OXÍGENO, te dejamos un pedido. Como posiblemente sepas, en la campaña del mes de RED/ACCIÓN, cada mes te contamos tres iniciativas distintas de personas u organizaciones que están aportando soluciones a problemas sociales de distintas áreas (climáticos, educativos, de inclusión, etc).
En agosto, queremos contar soluciones propuestas por nuestras lectoras y lectores. ¿Qué personas y organizaciones conocés que aporten soluciones efectivas ante los problemas que afrontamos como sociedad? Contanos por mail.
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un gran abrazo.
Juan y David