Entre octubre del 2023 y marzo de este año, los incendios forestales arrasaron con 7.747 hectáreas en la región de los Bosques Andino Patagónicos de Argentina.
Chubut registró 6.985 hectáreas afectadas; Río Negro, 425 hectáreas; Neuquén, 223 hectáreas y Santa Cruz, 114 hectáreas. El 90% del área forestal quemada durante este período corresponde a Chubut.
Desde Greenpeace, recalcaron la gravedad de los incendios forestales ocurridos en el parque nacional Los Alerces -que se extendieron por casi dos meses- y en el Brazo Tristeza del parque Nacional Nahuel Huapi, que arrasaron con amplias superficies de bosques protegidos en buen estado de conservación.
El informe de la organización toma como antecedente la recopilación de datos oficiales de la Secretaría de Ambiente de Nación. Para el período 2001-2005, Río Negro encabezaba los registros con 2.330 hectáreas afectadas, seguida por Chubut, con 1.933 hectáreas y Neuquén, con 1.586 hectáreas. La situación se invirtió.
«Durante la última primavera y verano de este año, hicimos un nuevo procesamiento con imágenes satelitales y Chubut sigue siendo la provincia con mayor pérdida de bosques. Río Negro es la segunda«, advirtió Hernán Giardini, coordinador de la Campaña de Bosques de Greenpeace Argentina. Mencionó que el monitoreo satelital es «similar al que realiza en el norte del país para conocer el desmonte». Este reporte anual de deforestación se lleva a cabo desde hace 8 años y ahora, se incluye el informe de incendios en la Patagonia.
«Hay una tendencia promedio mundial de pérdida del bosque andino patagónico que impacta de acuerdo a la etapa de sequía o no. Nos preocupa que se trata de una tendencia estable y, si tenemos en cuenta la crisis climática, los veranos con temperturas más altas y mayor presencia de turistas en los bosques, es necesario aumentar la prevención, la cantidad de brigadistas a nivel provincial y nacional y la infraestructura para lograr un ataque rápido del fuego», precisó Giardini.
En este sentido, recalcó que el 95% de los incendios forestales se genera por causas humanas (fogatas mal apagadas o en lugares no permitidos). «Resulta evidente que las multas no son suficientes para desalentar tanto a los desmontes como a los incendios, por lo que consideramos que en forma urgente se debe prohibir y penalizar la destrucción de bosques nativos», indicó.
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