En un momento dado estamos teniendo una conversación sobre una cosa y, una vez concluido, comenzamos a percibir el objeto en cuestión todo el tiempo. ¿A quién no le pasó? Por ejemplo, si en esta nota escribo varias veces “auto rojo” es muy probable que después veas pasar por una avenida muchos autos rojos. No es coincidencia, se trata de un fenómeno llamado ilusión de frecuencia.
Erróneamente se considera como un hecho aislado y casual, pero esta particularidad neurolingüística está en todos los seres humanos. Según Arnold Zwicky, profesor de Lingüística en la Universidad de Stanford (Estados Unidos) y el primero en indagar en el concepto, es un fenómeno que se da por dos procesos psicológicos asociados con el lenguaje y el cerebro.
Por un lado, el especialista explicó que en una conversación cada persona presta atención a distintas palabras de manera selectiva. Esto implica que el cerebro se centra en uno o más conceptos específicos y que el resto de la información pasa a tener menos relevancia.
Y por otro, está el sesgo de confirmación, que es una trampa del cerebro para poder explicar un hecho selectivo. Es decir, si vemos dos autos rojos estaremos más atentos a ver si aparece un tercero para confirmar la creencia de repetición de un hecho o ciertos patrones.
¿Por qué sucede la ilusión de frecuencia?
Los seres humanos tenemos una capacidad de percepción limitada, lo que significa que el cerebro puede atender un número limitado de estímulos de manera selectiva, ya sean intereses, emociones, motivaciones y otros datos del contexto con el fin de adaptarnos al entorno.
Según un artículo de 1974 publicado en la revista Science y divulgado en esta nota de DW, “la ilusión de frecuencia es un tipo de atajo mental que nos ayuda a tomar decisiones o realizar una tarea más rápido y con menos esfuerzo. Es muy útil porque no siempre tenemos toda la información necesaria ni el tiempo para analizarla”. Sin embargo, el problema es que “debido a que son atajos imperfectos para resolver problemas, a veces nos llevan a cometer errores".
En síntesis, no existen las casualidades. Los patrones repetitivos tienen una explicación y por eso es importante no tomar decisiones impulsivas basados en este tipo de influencia perceptiva de nuestro cerebro.