La cooperativa Hecho en Buenos Aires (HBA), ubicada en avenida San Juan 21, en el barrio porteño de San Telmo, trabaja con dos focos principales. Por un lado, busca que hombres y mujeres en situación de calle generen ingresos mediante la venta de una revista para tener un cuarto donde dormir cada noche y, por el otro, les brinda apoyo integral para ayudarlos a desarrollar sus propias habilidades para convertirse en protagonistas de su propio proceso de inclusión.
“Trabajamos para aliviar la situación de los más desamparados y tratamos de devolverles su autoestima y dignidad, dándoles herramientas de apoyo”, dice Américo Gadpen, artista plástico y director de Hecho en Buenos Aires.
Una de las personas que encontró en HBA estas herramientas fue Diego Esteche, vendedor de 51 años. “A mí me salvaron —cuenta—. Llegué en 2010, totalmente arruinado, después de varios años de dormir en la calle y estar internado por consumir drogas. Hoy vendo un promedio de 300 revistas al mes y con eso me aseguro el alquiler y la comida. Para vender hay que ser un poco ocurrente, a veces acudo al humor para acercarme a la gente. Me gusta lo que hago y me encanta dialogar con las personas”.
La sede cuenta con una caja de seguridad para que los vendedores puedan conservar parte de su dinero ahí; de esta manera, se los ayuda a planificar, a no tentarse de gastar todo de una vez ni a recaer en alguna adicción. Esteche es uno de los que guarda parte de sus ganancias en la caja, y cuando llega fin de mes tiene lo que necesita para pagar el alquiler. “Hay meses que me faltan por ejemplo 10.000 pesos y acá me los prestan y luego con las ventas los repongo”, cuenta. Su lugar de trabajo es la plaza San Martín en el barrio Retiro de Buenos Aires. Ahí ofrece todos los días la revista a los empleados de las oficinas y a los turistas, ya que maneja bien el inglés.
Hoy, un vendedor que sale a la calle y logra vender en un día siete revistas al precio de tapa —está en 1.500 pesos— ya deja de dormir en la calle porque puede pagar su noche en una pensión.
Hay otros casos de vendedores que se acercan a HBA porque necesitan vender revistas para terminar de construir el techo de la habitación de un hijo. En la actualidad, el cálculo es el siguiente: vendiendo 32 revistas se pueden comprar dos o tres chapas. A veces llegan hombres que tienen algún oficio —albañiles o pizzeros— que por diferentes circunstancias perdieron el trabajo y están al borde de quedarse en la calle, y la venta de revistas los ayuda a salir del paso.
Todos los meses se reúnen con los vendedores para discutir experiencias y problemáticas. Foto: gentileza HBA
El inicio
La gran mayoría de los vendedores viven en la provincia de Buenos Aires y venden en CABA. Quienes se inscriben como vendedores y salen a la calle después de haber sido capacitados reciben por única vez diez revistas gratis. Las siguientes pueden comprarlas al costo y venderlas al precio que aparece en la portada, obteniendo una ganancia inmediata del 70 %. “Buscamos que este medio gráfico permita a personas que fueron excluidas de la sociedad volver a sentirse parte de ella, de una manera rápida y eficaz. En el momento en que un vendedor ofrece la revista y una persona la compra se da una pequeña combustión en donde crece la esperanza de cambio social de forma concreta y directa a través de las personas involucradas”, agrega Gadpen.
Daniela Drozd y Américo Gadpen, coordinadora general y director de HBA. Los une el mismo objetivo: aliviar la pobreza de la gente y poder incluirlos en la sociedad. Foto: Diana Malizia.
Devolverles dignidad y autonomía
“La mayoría de las personas que llegan en busca de una oportunidad viven en la calle o están en riesgo de estarlo porque salieron recién de un hospicio mental y no tienen adónde ir o acaban de recuperar su libertad y están sin trabajo y sin familia que los contengan. Esta es nuestra población de referencia”, aclara Daniela Drozd, coordinadora general de HBA. “Nosotros trabajamos por incluirlos económicamente, pero también apuntamos a que puedan recuperar las habilidades sociales que la exclusión les quitó”.
La primera vez que llegan al espacio de HBA —en general por recomendación de alguien— lo hacen por lo general en un muy mal estado, vienen sucios, deprimidos, algunos apenas hablan. Al abrirles la puerta, se los recibe con un té, se los invita a que se den un baño y también hay un perchero con ropa limpia para que puedan cambiarse. Luego sigue una recorrida por las instalaciones del lugar para que se familiaricen con todo lo que hay y pasan por el área de Servicio Social, donde un terapeuta dialoga con ellos para conocer su situación. Otras veces, expresan mediante el arte los traumas que no pueden verbalizar. Con cada persona nueva se produce un cruce de información entre arte y servicio social. “Acá trabajamos sobre el corazón de las personas —dice Gadpen—. Entre todos tratamos de ayudarlos a descubrir qué es lo que les está pasando, qué les gustaría hacer, a desenredar las trabas o desarmar los muros que se fueron creando alrededor de cada uno y se hace de una manera respetuosa y compasiva”.
A través de los talleres de arte, las personas tienen la posibilidad de probar diferentes técnicas. Experimentan con acuarela, acrílicos, témperas y salen a la luz talentos y capacidades que no habían tenido oportunidad de expresarse. Helvio Rivero, 65 años, no sale a vender. Sin embargo, todos los jueves se acerca al taller de arte porque pintar lo hace feliz. A través de la pintura puede desplegar toda su imaginación y fantasías, cuenta. Las obras que se van creando en el taller luego se exhiben en galerías privadas y tienen la misma dinámica de porcentajes de venta que la revista.
Diego Esteche llega a vender 300 revistas al mes. Con eso puede pagar el alquiler y la comida. Tiene clientes fijos y muchos turistas le compran porque habla muy bien inglés. Foto: Diana Malizia
Historias de vida
Los factores que llevan a un ser humano a vivir en la calle son muchísimos y variados. Hay quienes sufren de enfermedades mentales, otros debido al abuso de drogas, personas que huyen de situaciones de violencia familiar, o se quedaron sin trabajo y tienen deudas que no pueden pagar. El denominador común suele ser la ausencia de contención familiar. Justamente por eso en HBA no solo proveen una salida económica, sino que puedan sacar a relucir sus conocimientos, habilidades y que puedan experimentar el sentido de pertenencia. La cooperativa funciona como un refugio donde todos pueden interactuar, empatizar y compartir experiencias. Y ese diálogo es enriquecedor y ayuda a reconstruir la confianza y la propia seguridad.
Víctor Piris cuenta que en el 2000 tenía un negocio de comida rápida que se fundió. Después de un tiempo de deambular por la calle, llegó hasta la dirección de HBA. “Este lugar es como un salvavidas para mí. Me han rescatado muchas veces”.
Fernando Espósito, exvendedor de la revista y licenciado en Comunicación, logró salir adelante y cambiar su realidad gracias al impulso de HBA. “Mientras estudiaba, vendía la revista. Con la ayuda de la gente que encontré en este lugar me pude recibir y hoy escribo en la sección “Prensa del Asfalto de HBA”.
Hay historias de todo tipo. Como las de 60 vendedores que no solo lograron salir de la situación de calle, sino iniciar emprendimientos propios. O la de Fabián Tanferro, que cuando empezó a vender las revistas de HBA consumía pasta base y con la ayuda de la cooperativa obtuvo una beca para internarse y desintoxicarse. “Me dieron todas las herramientas para que pudiera salir de la calle. Y hoy uno de mis cuadros lo compró un coleccionista francés. Todavía me cuesta creerlo”.
Iván Fernández, un joven vendedor de 26 años es de los que va y viene. “La revista me ayuda a sobrevivir y por estos días lo que necesito es dinero extra para pagar una deuda y también invitar a mi amiga a tomar algo”.
Prepararse para vender
Cada individuo tiene su propio ritmo para recuperar la confianza en sí mismo y en sus habilidades. Salir a la calle a vender no es una actividad que todos pueden hacer de inmediato. A veces este proceso lleva un tiempo de preparación y capacitación. Aprender, por ejemplo, de qué manera abordar al cliente, cómo dialogar con la gente y, también, familiarizarse con los temas y los artículos más destacados de la revista. Para los que se inician en la venta, en HBA se los orienta acerca de en qué zona pueden trabajar, qué parada de subte o tren les conviene y se les da una credencial provisoria que dura una semana. De ese modo desde HBA intentan que vuelvan a la semana siguiente. Previo a la entrega de revistas y la credencial definitiva, los vendedores deben firmar un código de conducta que tienen que respetar; quien falta al código queda suspendido porque no solo se está perjudicando a sí mismo, sino al resto de los vendedores. Entre otras cosas lo que se les pide es que cuando estén con la credencial a la vista tengan buenos modales con los clientes y mantengan una apariencia limpia; tampoco pueden salir a vender con menores de edad.
En el taller de arte es posible multiplicar encuentros, desarmar conflictos, afianzar la confianza y la solidaridad. Foto: gentileza HBA.
Formato digital
Sobrellevar la pandemia fue muy complicado. Solo los vendedores que tenían una clientela fija pudieron seguir trabajando. Para continuar en el mercado, la revista empezó a producirse en formato digital, presentación que continúa hasta hoy, en paralelo con la edición de papel. A medida que fueron apareciendo nuevos vendedores, se planeó ofrecer dos revistas de colección más el QR impreso en un papel para que el lector pudiera descargar la última edición. De esta manera, se logró continuar con la dinámica de trabajo. En la actualidad hay cerca de 60 vendedores en la calle. Antes de la pandemia el número superaba los 100.
En diciembre del año pasado gracias a la ayuda de Eleonora Molina, directora de la Galería de Arte Miranda Bosch, y a la empresa Celulosa Argentina pudieron imprimir la HBA/Almanaque 2024, ilustrada por los artistas del taller. Los diseños de tapa y contratapa estuvieron a cargo del artista e ilustrador Gustavo de Tanti.
“Aspiramos en 2024, además de seguir produciendo la revista digitalmente, a continuar haciéndola en papel”, dice Drozd.
Detrás de todo este trabajo cooperativo hay un equipo estable integrado por varias personas. Entre ellos están Rafael Barsky, que desde hace cuatro años trabaja en administración y en el armado de la revista. Daniele Leda Rodrigues y Salomé Rava, encargadas de la distribución y venta. Rava es la persona que está en contacto directo con los vendedores, la que se ocupa de entregarles las credenciales y revistas. Marcelo Medylewski está a cargo de servicios sociales. Y los contenidos de la revista son responsabilidad de un equipo de edición, de colaboradores freelance, de fotógrafos. Gracias a toda esta red, y a pesar de las recurrentes crisis económicas que tiene la Argentina, HBA nunca dejó de salir. Los temas que tratan siempre tienen el mismo eje: se habla de derechos humanos, de ecología, cultura e inclusión. Hay también una página donde los vendedores tienen la oportunidad de expresar sus voces.
Salomé´Rava, encargada de la distribución y venta de la revista con Iván Fernández, uno de los vendedores jóvenes que vino a buscar diez revistas para salir a la calle. Foto: Diana Malizia
Hoy HBA forma parte de la Red Internacional de Periódicos Callejeros (INSP, por sus siglas en inglés) dedicada a combatir la pobreza y la falta de vivienda en todo el mundo y de la Red Internacional de Artistas Homeless donde todas las obras son compartidas. En sus inicios, el proyecto tomó el ejemplo de The Big Issue, una revista del Reino Unido. En la actualidad existen más de 90 periódicos callejeros en 35 países publicados en 25 idiomas diferentes que apoyan a las personas que están en una situación social crítica para que generen ingresos de forma legítima y lleven una vida digna.
El sueño de HBA es poder replicar esto mismo en otras provincias de la Argentina. “Estamos muy cerca de concretarlo en la ciudad de Rosario. Tenemos base, nos sobra creatividad, nos falta un poco de financiamiento para que el engranaje funcione pero estamos en vías de conseguirlo”, acota el director.
Dos revistas de colección más QR para descargar el último ejemplar y de regalo un dibujo de ArteHB para pintar. Foto: Diana Malizia.
Cómo ayudar
La mejor manera de ayudar a que el proyecto siga funcionando es sumándose a la comunidad de lectores y voluntarios de HBA. Una manera de hacerlo es a través de la suscripción y la compra de la revista online que se publica todos los meses. También es de gran apoyo que la compren en la calle, de la mano de los vendedores debidamente identificados con credencial a la vista. Otra posibilidad es brindar apoyo económico o donar tiempo, por ejemplo, para ensobrar revistas o acercarse para dar clases de inglés, francés o portugués que a los vendedores les sirve para ofrecer la revista a los turistas. Donar ropa y calzado que estén en buen estado y sea de uso cotidiano es siempre muy bien recibido (necesitan jeans, remeras, camisas, pulóveres, camperas y fundamentalmente calzado para distribuir entre vendedores y sus familias, y otras personas en situación de calle). En este momento es esencial que se sumen más trabajadores sociales que quieran atender los jueves en el consultorio de la sede central (avenida San Juan 21, San Telmo). Los datos para comunicarse y acercarse son los siguientes:
Facebook: Hecho en Bs As
Instagram: @hechoenbsasempresasocial
Mail: [email protected]
Tel.: 011 15-5136-6031
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Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones, una alianza entre Río Negro y RED/ACCIÓN.