Hace ya varios años tomé la costumbre de enviarle memes a mi mamá. Ella aceptó la actividad con entusiasmo, siguió a las cuentas de sus creadores y rápidamente se volvió una connoisseur del humor referencial que caracteriza a las generaciones post internet. De hecho, no tardó en convertirse en una gran suministradora de memes ella misma. Sin embargo, algo en nuestra comunicación fallaba: en un momento noté que todos los memes que recibía la frustrante respuesta de “no lo entiendo” o una mirada difícil de decodificar pertenecían a un mismo grupo, que podría nombrarse como humor cringe.
Por eso surge con cierta urgencia la pregunta que quizás explique el cringe: ¿en qué momento nos empezamos a reír de estar incómodos?
Hay dos recursos muy buenos para responder a esta pregunta. El primero se trata de un video en el canal de la doctora en filosofía Natalie Wynn, mejor conocida como Contrapoints. Para entender el cringe, Wynn distingue los distintos casos en los que se siente: puede ser respecto de uno mismo, de un tercero que se expone a una situación incómoda adrede, o el caso más perturbador en el que una persona no sabe que está siendo objeto de cringe y se vuelve un hazmerreír para distintas comunidades en internet.
Para profundizar en todos estos casos, la youtuber se remonta a el libro Cringeworthy,de Melissa Dahl. En este libro se desarrolla una teoría de la incomodidad, investigando las distintas vertientes de la emoción cringe en los campos de la psicología, la sociología, las neurociencias, la antropología, y exponiéndose en carne propia a situaciones que le permitan experimentarla.
Si bien los primeros capítulos de Cringeworthy se enfocan en la vergüenza propia, luego empieza a investigar el hecho de sentir vergüenza por parte de terceros con mayor profundidad. En el capítulo 7, Your flaws are my pain (Tus fallas son mi dolor), la autora asiste a un show de comedia stand-up llamado Tinder Live, donde la comediante bromea con distintos perfiles reales de la red social Tinder mientras los muestra en vivo. En este punto, se hace también nuestra pregunta: “Intento imaginar cuál podría ser el propósito de esta emoción que se arremolina en mi cuerpo y en mi cerebro, y si incluso estoy sintiendo lo mismo que la alegre multitud de delante. Si esta sensación me hace querer acurrucarme y morir, ¿por qué todos los demás parecen tan animados por ella?” El título de este capítulo proviene de un paper donde los psicólogos Krach y Paulus (2011) investigaron la correlación entre la emoción del cringe y la empatía.
Entre el libro de Dahl, los estudios de los psicólogos y el video de Contrapoints, los tipos de cringe son:
- Self cringe / cringe de uno mismo: aquellos momentos que nos arrancan de nuestra propia perspectiva, y nos podemos ver repentinamente a través de los ojos de otro.
- Cringe despectivo: mecanismo de defensa, que refuerza la confianza en sí mismo ridiculizando a los otros.
- Cringe compasivo: empatizamos con el otro mientras se expone a una situación cringe o desobedece normas sociales tácitas sin saberlo.
Si pensamos en cómo llegamos al punto en que este se volvió una fuente inagotable para la comedia y el humor contemporáneos, hay ciertos pilares que no podríamos obviar. En cuanto a Argentina, las series y películas recientes que más claramente representan esto son:
- División Palermo (por Santiago Korovsky – disponible en Netflix)
- Famoso (por Martín Garabal – Disponible en Cablevisión Flow)
- Finde (la película guionada por Malena Pichot y Julián Lucero – disponible en Amazon Prime)
- Tiempo Libre (la microserie ideada por Martín Piroyanski y producida por UN3 TV — disponible en Youtube).
- De este último comediante no podríamos obviar también su otra microserie Porno y helado, creada para Amazon Prime Video.
Ahora bien, para tratase de una genealogía, no nos podríamos limitar únicamente a obras actuales y locales. Si nos vamos más atrás en el tiempo y más lejos en el mundo, primero que nada, no puedo evitar pensar en:
- Seinfeld (disponible en Netflix): cuando empecé esta genealogía, me surgió la duda de si esta serie fue “la primera sitcom”. Cuando empecé a tipear la pregunta en Google, el buscador la adivinó enseguida y me llevó a varios sitios en los que las personas lo habían discutido. Me hace pensar que, más allá de la rigurosidad histórica, si todos estamos pensando en eso, de alguna manera Seinfeld efectivamente fue la primera sitcom. Y la clave para pensar el cringe es el personaje de George Constanza. George es claramente un inadaptado social que entra todo el tiempo en situaciones insólitas y que nos ponen la piel de gallina de incomodidad. De hecho, hay una entrevista en la que el actor que lo interpreta no sólo habla acerca de la pregunta sobre si Seinfeld fue o no fue la primera sitcom, sino también acerca de las características del personaje:
- Esta entrevista nos lleva inevitablemente a Curb your enthusiasm (disponible en Cablevisión Flor y HBO), la serie que continuó el creador de Seinfeld, Larry David. Este show empezó en el año 2000 y todavía no finalizó. El sentido del humor es muy similar, vemos claramente que el personaje de George Constanza estaba basado en Larry David, pero lo divertido es que podemos ver a Seinfeld traído a la actualidad: Seinfeld en la pandemia de Covid, Seinfeld con la cultura de la cancelación, Seinfeld con internet. Lo mejor de dos mundos, siempre que te aguantes el cringe.
- Para terminar es imposible no hablar de The Office (disponible en Netflix). Una de las cosas más impresionantes de esta serie es que se volvió increíblemente popular, hace años se usa y se seguirá usando para memes, chistes y referencias, pero requiere desarrollar cierta “resistencia” para disfrutarla. Al menos a mí me pasó, y algunas otras personas con las que hablé: al principio no terminaba de decidir si me causaba gracia o me resultaba insoportable. Quizás porque es las dos cosas al mismo tiempo, y porque en realidad todos somos un poco “cringe”, nos podemos identificar tanto y The Office será un pilar de este humor y una fuente de memes para siempre.