Se hizo esperar, pero finalmente esta mañana la empresa estatal Enarsa puso en funcionamiento el nuevo gasoducto Mercedes – Cardales, una de las obras complementarias del Gasoducto Néstor Kirchner que permitirá unir las redes de gas del sur y norte del país, generando un ahorro de hasta 4 millones de dólares por día en combustibles importados.
La línea estaba previsto que entrara en funcionamiento a mediados de septiembre pasado, pero se vio demorada en especial por las reparaciones que necesitaron parte de los caños utilizados ya que se trató de ductos que fueron recuperados de viejas obras.
El nuevo gasoducto será clave para este verano, dado que permitirá conectar por primera vez los dos sistemas troncales de gas del país, administrados por Transportadora Gas del Sur (TGS) y Transportadora Gas del Norte (TGN).
En concreto, el sistema Mercedes – Cardales permitirá redireccionar parte del gas que transporta el Gasoducto Néstor Kirchner desde la red de TGS a la red de TGN de tal forma de reemplazar parte del gasoil y fuel oil y GNL importado que utilizan habitualmente las centrales de generación térmica de Santa Fe y el norte de Buenos Aires.
Es por esto que desde Enarsa aseguraron que, de momento, el nuevo gasoducto de vinculación permitirá un ahorro de hasta 4 millones de dólares por día, al reemplazar líquidos importados por gas proveniente de Vaca Muerta.
Pero ese nivel de ahorro podría subir hasta los 6 millones de dólares al día cuando se termine la planta compresora de Mercedes, que arrastra un atraso en su construcción aún mayor ya que debería haber estado lista hace un buen tiempo.
El gasoducto Mercedes – Cardales es una línea de alta presión de 30 pulgadas de diámetro y 80 kilómetros de extensión que une no solo las dos localidades que le dan su nombre, sino también las dos redes troncales del país y que permite un mejor uso del Gasoducto Néstor Kirchner al habilitar la redistribución del gas a los puntos donde se lo necesite.
La obra fue realizada por la UTE Techint – Sacde y entregada a Enarsa para su revisión final a mediados de octubre pasado, en pleno proceso electoral. Al no estar aún finalizada la planta compresora que realiza la firma Esuco, la redistribución entre las redes de TGN y TGS es menor, de unos 4 millones de metros cúbicos diarios.
Pero una vez que se finalice esa planta compresora, el nuevo sistema podrá redistribuir hasta 15 millones de metros cúbicos de gas por día.
Desde Enarsa se destacó que «a través de esta obra se brinda mayor flexibilidad a la transferencia entre los sistemas de transporte de alta presión operados por TGS y TGN en la zona de GBA, aportando confiabilidad en el suministro a los grandes centros urbanos y reduciendo la necesidad de gas natural importado«.
Pero no solo será una obra clave de cara a los picos de consumo de energía que tiene el país tanto en invierno como en verano, sino también para los meses de baja demanda ya que evitará que, tal como sucedió en octubre, el Gasoducto Néstor Kirchner no transporte nada, dado que ahora se posibilita el redireccionamiento de parte de su gas.
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