Con una larga experiencia en medios, Florencia Donovan es periodista especializada en economía y negocios y columnista del diario La Nación. Además, conduce Más info, en el canal LN+.
—¿Para qué sirve el periodismo de economía y negocios? ¿Quién es tu target?
—En la Argentina, el periodismo económico está muy atado a la política y también a la vida de la gente. A diferencia de lo que sucede en otros países, donde la gente no se informa sobre estos temas, en la Argentina todo el mundo quiere saber el valor del dólar, qué va a pasar con los alimentos, dónde invertir, qué va a pasar con el precio de los departamentos, si va a haber en algún momento o no crédito hipotecario, si va a seguir el monotributo… Es tal el nivel de fragilidad de la macroeconomía, que te pega directamente. El rol del periodismo es satisfacer esa demanda de información que tiene la gente no por gusto, sino por necesidad. Tener o no esa información hace la diferencia. Tener una idea sobre qué va a pasar con el tipo de cambio o con los plazos fijos en unos meses puede hacer que pierdas tus ahorros o los preserves.
—¿Cómo es esa interacción entre política y economía? ¿Cómo lee la casta política los diarios?
—La economía y la política van muy unidas en nuestro país. Ahora hablamos todo el tiempo de la inflación y de la vacuna o del dólar y la vacuna. A Macri el dólar le jugó una mala pasada en la elección que perdió. Según el momento que le toque, muchas veces la casta política cree en teorías conspirativas. Si la situación macroeconómica es buena, se relajan y quizá reclaman por detalles. Si es mala, ven en la sección económica sólo conspiraciones. Y el sector privado se adelanta a esa visión paranoica y se cuida por demás, y no dice ni lo que tiene que decir ni lo que no tiene que decir. Le cuesta comunicar, no sabe cómo y dónde pararse cuando la economía está en crisis.
—¿Cómo compraran los tiempos de Guillermo Moreno, cuando había miedo en las empresas, con los actuales a la hora de comunicar?
—Hoy no están los modos de Guillermo Moreno, pero el sector privado está muy replegado, cauto con miedo. Esto sucede porque están pendientes de la firma del Gobierno para su funcionamiento diario, por ejemplo en las importaciones. Cualquier empresa que tiene que importar insumos o bienes de capital depende de la firma de alguien. Eso la hace completamente dependiente del Estado. También noto ingenuidad a la hora de comunicar de parte del Gobierno y las empresas: lo que comunican no genera interés. Por temor, se mantienen en lo superficial. Falta franqueza. Los únicos que están comunicando con claridad son las cámaras empresariales. Las empresas, lógicamente, no quieren exponerse y por eso usan a las cámaras para hacer las comunicaciones más francas.
Para acceder a la entrevista completa a Florencia Donovan, hacé click acá.
Este contenido fue publicado originalmente en la newsletter DircomsNet. Podés suscribirte en este link.