Hay un dato que me llama la atención en renovables: apenas el 32% de la fuerza de trabajo son mujeres. Aún cuando la cifra evidencia la desigualdad de representación, es positivamente mayor en comparación a la industria del petróleo y gas, donde las mujeres sólo representan el 22%.
Con eso en mente, quise conversar con una mujer sobre las renovables y la conocí a Florencia Balestro, economista especialista en energías renovables e impulsora de la Asociación de Mujeres en Energías Sustentables (AMES) que busca mejorar la participación de la mujer en el sector.
—¿Cuál es la situación de las energías renovables en la Argentina en general?
—Las renovables se pueden dividir en dos. Por un lado, proyectos a gran escala que se conectan a las líneas de transmisión de alta tensión. Por otro lado, generación distribuida a partir de la cual un residencial, industrial o comercial puede inyectar energía autogenerada a la red. A fines de 2015 había un déficit muy alto del sector energético. Para generar energía se necesitaba importar combustibles. En 2016 se impulsó una política de generación renovable en la matriz energética a través de tres licitaciones. Hasta que llegó la inestabilidad económica del 2018 con consecuencias en el financiamiento del sector. A partir de ello se cambió el eje hacia proyectos que no requieran de inversiones tan altas: la generación distribuida. Tras los incentivos a Vaca Muerta desde 2017, el gas natural comenzó a ser abundante en el país y a abaratarse. La generación de energía térmica empezó a ser más competitiva. Eso, sumado a la no revisión tarifaria y al aumento de subsidios, hace que ahora el escenario esté un poco más complicado.
—¿Cómo se ha visto afectado el sector por la pandemia?
—En un inicio se vio afectado porque hay algunos proyectos en construcción y las construcciones se suspendieron. Los parques eólicos y solares en funcionamiento requieren poco personal; lo cual también es una de las críticas sobre la posibilidad de generar empleo.
—¿Creés que se puede salir de la crisis económica apostando a las renovables?
—A diferencia de otros sectores, creo que las renovables pueden salir beneficiadas porque la crisis económica y la pandemia hacen que al proyecto de Vaca Muerta lo dejemos un poco en carpeta. ¿Por qué? Porque el precio que necesita para ser rentable no se condice con el precio del barril del petróleo a nivel internacional. Además, las restricciones en el comercio internacional hacen que los países tengan que vivir con lo propio y las renovables dan ese margen. Si bien al inicio en la construcción requieren de elementos importados, una vez que los proyectos (de eólica y solar) están en funcionamiento, dan soberanía energética. Las renovables podrían amortiguar la necesidad de importar combustibles, especialmente durante el invierno.
Este contenido fue publicado originalmente en Planeta, la newsletter de Tais Gadea Lara, con información para actuar y cuidar al planeta. Podés suscribirte en este link.
