Son pocos los sucesos que han cambiado rotundamente el curso de la historia. En el siglo XVIII, en tierras británicas, se iniciaba lo que hoy conocemos como la Revolución Industrial en la que el trabajo artesanal y agrario de muchas personas fue reemplazado por nuevas tecnologías maquinarias, dando lugar a una evolución tecnológica que nos convoca hasta hoy.
Luego de aquellas primeras fábricas a vapor, llegó la segunda revolución industrial, en el siglo XIX, caracterizada por la electricidad. Después, la tercera revolución industrial, data de la década de los 70 a partir de los avances en la materia electrónica y tecnología de la información. Hoy, algunos expertos han dado comienzo a lo que se comienza a llamar la cuarta revolución industrial. Su protagonista es, nada más ni nada menos, que la inteligencia artificial.
Su reciente apertura al público general a través de plataformas de acceso gratuito como ChatGPT de OpenAI con más de 100 millones de usuarios ha cambiado el curso de nuestra sociedad. Al igual que el bot conversacional que funciona como un oráculo, otras nuevas herramientas se han introducido a nuestras vidas.
Pero ¿por qué ha logrado conquistar el título de cuarta revolución industrial? Según una nota publicada por la empresa de energía Repsol, tal como lo indica su nombre, este tipo de sucesos generan cambios estructurales en el modelo económico y el desarrollo de la sociedad a partir de la introducción de nuevas tecnologías.
Y la inteligencia artificial tiene esas características y más. Según una nota de la BBC, el cuarto giro trae consigo una tendencia a la automatización total de la manufactura, creando “fábricas inteligentes” y afectando así a gran parte de las industrias y el trabajo de muchas personas. Su nombre proviene de un proyecto de estrategia de alta tecnología del Gobierno de Alemania, sobre el que trabajan desde 2013 para llevar su producción a una total independencia de la mano de obra humana.
“Estamos al borde de una revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos”, explicó a la BBC Klaus Schwab, autor del libro La cuarta revolución industrial. “En su escala, alcance y complejidad, la transformación será distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado antes”, profundizó.
Pero los cambios no se limitan solamente a las industrias de producción y esto es precisamente lo que hace que esta cuarta revolución sea tan diferente. Según una nota del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), esta nueva etapa borra la barrera entre lo físico y lo digital afectando a múltiples industrias al mismo tiempo. Por ejemplo, aplicaciones de IA revisando contratos y reemplazando el trabajo de los abogados o nuevas herramientas de IA que ayudan a los radiólogos a ser más precisos.
“Se avecina una revolución total”, declaró el vice primer ministro de Inglaterra, Oliver Dowden a Times. “Va a transformar totalmente casi todos los elementos de la vida en los próximos años. Es mucho más rápida que otras revoluciones que hemos visto, como la Primera Revolución Industrial, y muchos más extensa”, reflexionó.
Sin embargo, la gran cuestión que sucede al inicio de una revolución industrial es la pérdida de puestos de trabajo, un pequeño deja vu al siglo XVIII cuando se pensaba que la sociedad se quedaría sin ocupación. Una nota deThe Observer que profundiza sobre esta materia y explica que las máquinas inteligentes y automatizadas eliminarán puestos de trabajo y posiblemente industrias enteras, pero también se ha demostrado que estas máquinas conducirán a la creación de nuevos puestos de trabajo e industrias.
“El futuro del trabajo estará formado por empleos que aún no existen dentro de industrias y utilizando tecnologías que son nuevas, en condiciones planetarias que ningún ser humano ha experimentado jamás”, expresó David Ritter sobre la cuarta revolución industrial a The Guardian.
Está claro. La sociedad se enfrenta, nuevamente, a un cambio estructural propio de la evolución tecnológica. Ahora, solo queda ver cuáles son los impactos, como amortiguarlos y, a su vez, aprovechar sus beneficios.