Los carteles que Greenpeace desplegó en la Exposición Rural mientras el titular de la Sociedad Rural, Daniel Pelegrina, daba su discurso y el presidente Mauricio Macri lo escuchaba en el palco, tenían dos mensajes: "Destruir bosques es un crimen" y "Ganaderos: basta de desmontes".
Si analizamos los datos oficiales sobre desmontes en la Argentina, ¿cuál es la principal amenaza de los bosques de nuestro país?
En el último informe de Monitoreo de la Superficie de Bosque Nativo, el entonces Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable reconoce que las actividades que más desmontes producen son la agricultura y la ganadería: "El reemplazo del bosque nativo es un proceso que ocurre principalmente para la habilitación de áreas agrícolas para cultivos de soja, maíz, algodón o bien para la actividad ganadera".
El documento señala que "el avance de la actividad agrícola ha ocasionado un desplazamiento de la frontera ganadera hacia zonas marginales o extra pampeanas, como es el caso de la subregión semiárida del parque chaqueño".
En resumen, la ganadería ejerce presión sobre los bosques por dos razones: por la expansión espontánea de la actividad o porque es desplazada por la agricultura y se muda a regiones donde antes no tenía tanta presencia, principalmente en el parque chaqueño.
Vamos a los números:
El primer dato para destacar es que por primera vez, desde que en 2007 se aprobó la ley que protege los bosques, la deforestación en el país no bajó sino que subió un 10%.
El informe señala que durante 2017 desaparecieron 172.639 hectáreas o el 0,38% de los bosques del país. Es decir, una superficie equivalente a ocho veces la Ciudad de Buenos Aires.
En 2016, los desmontes habían bajado a 155.851 hectáreas. Así se cortó un período de diez años en los cuales se había reducido la tasa de deforestación anual del 1% al 0,35%, aunque siempre muy por arriba del promedio mundial del 0,08%, según los últimos informes del estado de los bosques del mundo de la Organización de las Naciones Unidades para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Este gráfico muestra cómo se va reduciendo la superficie de bosque:
A su vez, el parque chaqueño, hacia donde se expande la ganadería, es la región que más forestación perdió: explica el 80% del retroceso de los bosques.
Mientras que las provincias donde más desmontes se registraron son lógicamente parte del parque chaqueño: Chaco, Santiago del Estero y Salta. Esos tres distritos explican el 58% de las pérdidas.
Y cuando se analiza qué porcentaje de esos desmontes de bosque nativo se debe a la cría de ganado (ganadería silvopastoril), en Santiago del Estero supera el 60% y en Chaco se acerca al 30%.
La pérdida de áreas boscosas tiene varias consecuencias ambientales y sociales:
- Incrementa los gases de efecto invernadero por la liberación de dióxido de carbono
- Favorece la erosión de suelos
- Hace más factible que una región se inunde por la desaparición de árboles que ofician como reservorios naturales de agua de lluvia
- Los desmontes hacen que se pierda diversidad de animales, plantas e insectos.
- La pérdida de bosques, obliga a que poblaciones rurales migren hacia las ciudades.