En 2013, investigadores identificaron que se producía oxígeno en profundidades marítimas donde no llegaba la luz del sol en la zona de Clarion-Clipperton (CCZ) del océano Pacífico, un área que es más grande que la India y está ubicada a la altura de Hawaii y México. Tras 11 años de investigación, el equipo liderado por Andrew Sweetman ha publicado sus descubrimientos en un artículo de la revista Nature Geoscience.
“Fuimos al océano Pacífico con una herramienta para medir la consumición del oxígeno al nivel del suelo marítimo. Normalmente, a medida que los animales y los microbios se mueven por los sedimentos consumiendo materia orgánica, consumen también oxígeno. Entonces, si encerrás una zona conocida del fondo marino podés ver que el oxígeno disminuye lentamente con el tiempo”, explica Sweetman en un video de Scottish Association for Marine Science (SAMS).
No obstante, los sensores revelaron concentraciones crecientes de oxígeno a 4.000 metros de profundidad, un hallazgo complejo de explicar ya que la fotosíntesis en esas condiciones es imposible. Inicialmente, el equipo pensó que la herramienta estaba fallando y la devolvieron al fabricante para que la arreglara, pero tras realizar pruebas nuevamente con esos sensores y con pruebas alternativas los niveles de oxígeno seguían siendo altos.
La CCZ es conocida por sus depósitos ricos en nódulos polimetálicos, un tipo de nódulo que puede contener una mezcla de varios metales como níquel, cobalto y cobre, entre otros. Por ello, esta área es objeto de explotación minera en aguas internacionales, ya que algunos de esos metales se utilizan para hacer baterías, explica Scientific American. Estos nódulos, parecidos a pedazos de carbón, fueron durante mucho tiempo un tema de interés tanto para el estudio científico como para la explotación industrial.
El descubrimiento llevó a los investigadores a explorar el papel de los nódulos polimetálicos en la producción de oxígeno. Vieron que estos nódulos podrían actuar como baterías geológicas naturales, generando un potencial eléctrico capaz de dividir las moléculas de agua en oxígeno e hidrógeno, un proceso conocido como electrólisis del agua de mar. Esto daría una posible explicación de la cantidad de oxígeno descubierta.
Al medir la fuerza con la que se generaba la electricidad en la superficie de los nódulos, Sweetman encontró voltajes cercanos a 0,95 voltios. Sin embargo, esto no es suficiente por sí solo para causar electrólisis del agua de mar, ya que se necesitan por lo menos 1,5 voltios, aclara el estudio. Entonces, el mecanismo de generación de energía eléctrica podría involucrar una combinación de factores o voltajes más altos en nódulos agrupados.
A la luz de estos hallazgos, los investigadores piden precaución en las prácticas de minería en alta mar. El oxígeno producido por los nódulos podría desempeñar un papel vital en mantener el equilibrio delicado del ecosistema del lecho marino. También permite abrir nuevas investigaciones sobre los orígenes de la vida.
“Este descubrimiento demostró que tal vez había otra fuente de oxígeno hace mucho tiempo y la vida aeróbica podría haber existido antes de la aparición de la fotosíntesis. Además, si está sucediendo en nuestro planeta podría estar sucediendo en otros planetas también”, comenta Sweetman en el video.