— Según un informe de CAME, hay un promedio de 9 locales comerciales vacíos por cuadra en todo el país, ¿Qué medidas se deberían tomar este año para acompañar a las pymes tras la crisis?
— Se debería continuar con el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) para mantener a más pymes en pie, y que la iniciativa no solo cubra la mitad del sueldo, sino en algunos casos el 100%. También, se deberían generar mecanismos de financiación realmente accesibles. Los bancos tienen que poner el hombro y generar planes de refinanciación de los pasivos que se fueron acumulando. Después hay que generar mecanismos a mediano y largo plazo de reformas impositivas porque el 50% de lo que ingresa a una pyme se destina a impuestos de diversa índole. Se necesita una modernización de la legislación laboral y mejorar el acceso a crédito para pequeñas y medianas empresas.
— ¿Cuáles fueron los rubros más perjudicados y cuáles los más beneficiados en 2020?
— Los rubros con más cierres fueron indumentaria, calzados y decoración y textiles para el hogar. Más que beneficiados, puedo decir cuáles son los rubros que se vieron menos afectados por la crisis. Estos fueron: agroindustria, empresas de limpieza y de medicamentos.
— ¿Cómo impactó la pandemia sobre CAME Sustentable? ¿Hubo un mayor interés por este tipo de iniciativas?
— La crisis del covid aceleró un proceso vinculado a la sustentabilidad, ya que visibilizó la necesidad de adaptarnos a nuevas formas de consumo y producción. Se ve un crecimiento en el interés por estos temas en las Pymes, porque poco a poco van entendiendo que si no se adaptan a este nuevo paradigma, el mercado y el propio consumidor prácticamente los expulsan. Por nuestra parte tratamos siempre de acompañar y derribar el mito de que la responsabilidad social es una cuestión de la mega empresa. Las Pymes lo pueden hacer y muy bien, solo tienen q animarse a recorrer el camino del desarrollo sustentable. CAME cuenta con una certificación para empresas del sector agroalimentario fundamentada en los principios del triple impacto y alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible que permite una mejora en la calidad de los procesos productivos, aportando criterios no solo para la eficiencia en el uso de los recursos, sino también para la minimización de impactos negativos y maximización de los positivos sobre el entorno social, cultural y ambiental.
Este contenido fue publicado originalmente en Otra Economía, la newsletter sobre economía circular, inclusiva y de triple impacto que edita Florencia Tuchin. Podés suscribirte en este link.