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Cuanto más libre es la expresión en los medios y redes sociales, más chances tiene una sociedad de no desbordar su frustración en las calles: lo que no se dice, se actúa. Aunque frente a una mirada superficial no lo parezcan, los memes sobre los últimos furcios del presidente Alberto Fernández son un aporte a la democracia que el gobierno podría aprovechar.
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Risas. Los productores de memes se vieron desbordados la semana pasada con ocasión de los dichos presidenciales sobre los indios, la selva y los barcos. Pasado el sentimiento inicial de incredulidad, vergüenza ajena o irritación, o una combinación de todas ellas, una multitud digital dio rienda suelta al humor, llevando a la práctica la sentencia de Daniel Innerarity: “No hay que tomarse la política demasiado en serio para podérsela tomar con toda la seriedad que merece”.
El humor político es tan viejo como la democracia. Hay registros de que Aristófanes, amparado en su título de comediante, no perdía ocasión de ridiculizar a las autoridades a las que pescaba en algún renuncio o con las que simplemente disentía. Tuvo a mal traer al pobre Cleón, a quien trató de demagogo y corrupto con una sutileza que generaba hilaridad y enojo en partes iguales, según de qué lado de la grieta se pararan los atenienses. Pasaron casi 2500 años.
Lo de Fernández es un pretexto. Psicólogos, sociólogos y politólogos han exprimido el tema ya, cada uno desde su ángulo. Acá interesa el humor como recurso colectivo para digerir los traspiés de la autoridad del tipo que sea, en la política o en cualquier organización:
- Ejercicio de la libertad. Se ríe el que puede, el que no teme el castigo por burlarse del que manda. Por eso el humor es síntoma de cierta salud colectiva y de que la democracia está viva: se puede pensar y decir todo. Un posible efecto no deseado, el descrédito de la autoridad. En palabras de Georg Lichtenberg, “cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”.
- Canalización de la ira. El humor puede funcionar como mecanismo de sublimación de un sentimiento negativo. La irritación social que no encuentra cauces institucionales y psicológicos adecuados, a menudo se convierte en violencia. Paradójicamente, reírse de los errores de la autoridad puede facilitar la paz colectiva, aunque no le guste al jefe. Es el silbido de la olla a presión.
- Expresión de valores. El humor político no sólo puede ridiculizar al adversario: también explicita juicios sobre lo que importa y lo que no, expresa prioridades. Dime de qué y cómo te ríes, y te diré quién eres. Un político con la humildad suficiente para escuchar a sus asesores, y unos asesores competentes, ven un mapa o una brújula en una oleada de memes. Mejor que el mejor focus group. Y gratis.
La democracia es ese sistema de convivencia en el que los ciudadanos controlan a la autoridad que ellos mismos eligen y, cuando toca, hacen explícito su desagrado sin censura, también riéndose. Y en la que el que se enoja, pierde.
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Tres preguntas a Paul Osincup. Es un consultor, humorista y speaker internacional especializado en generar cambios culturales en las organizaciones a través del humor.
- ¿Qué relación hay entre el humor y el liderazgo en las organizaciones?
Es interesante entender el rol que tiene el humor, el no tomarnos a nosotros mismos demasiado en serio, en la interacción con otras personas. Vivimos en un mundo en el que interactuar con otros se está convirtiendo en opcional, y la gente está buscando líderes y mentores accesibles e imperfectos. En mi experiencia, la seriedad con que los demás nos miran es inversamente proporcional a la seriedad con la que nos miramos a nosotros mismos. Si no podemos reírnos de nosotros mismos, siempre hay otro que va a hacerlo. Hoy la gente está dándole la espalda al liderazgo impersonal y burocrático. De hecho, el 60% de los millenials están dejando sus trabajos en los primeros tres años porque simplemente piensan que no coinciden con la cultura de esa organización, y cuando se les pide que describan las características de los mejores líderes, ética del trabajo y sentido del humor son mencionadas dos veces más que cualquier otra.
- ¿Qué efectos tiene el humor en las personas y las organizaciones?
Los grandes líderes no se tomaron a sí mismos muy en serio. Abraham Lincoln es un gran ejemplo de esto: una vez estaba dando un discurso y alguien le gritó que tenía dos caras, en alusión a que decía lo que creía que quería escuchar su público, y él respondió: si yo tuviera dos caras, ¿crees que elegiría usar ésta? El humor reduce la distancia social entre las personas y hace a los líderes más cercanos y menos estresantes, y mejora la moral y la productividad de las organizaciones. también la creatividad y la confianza. Pero uno de los mejores efectos del humor es que con frecuencia lleva a la risa, y eso es beneficioso: aumenta la circulación sanguínea en el cuerpo, reduce la tensión muscular, hasta masajea nuestros órganos internos (aunque no sé cómo sucede eso, pero suena espectacular) y quema calorías: un minuto de risas tiene el efecto de diez minutos en una máquina de remo.
- ¿Cómo pondrías en perspectiva el tema del humor en la vida de la gente?
Quienes mejor entienden que reírse es bueno son los chicos. Ellos se ríen con mucha más frecuencia que nosotros. El chico promedio de 4 años se ríe 300 veces en un día, el adulto de 40 promedio se ríe sólo 4 veces. Hasta los bebés recién nacidos se ríen, incluso antes de saber qué es gracioso, y lo hacen porque se sienten naturalmente bien sólo por reírse. Hay algo genial en ser capaz de encontrar 300 razones por día para reírse. Pero no les pasa sólo a los chicos. En un libro que escribió una enfermera de un geriátrico que vio morir a mucha gente, dice que entre las 5 cosas de las que más dice la gente arrepentirse cuando se está muriendo es haber fingido ser quienes no eran y haberse reído menos de lo que hubieran podido. Es clave que quien está a tu lado pueda sentir que puede reírse y ser él o ella misma. La vida es demasiado importante para tomársela en serio.
Las tres preguntas a Paul Osincup son un extracto de la presentación “Leading with Laughter: The Power of Humor in Leadership” que Paul Osincup hizo en el contexto de TEDxNapaValley. Para acceder al video completo, podés hacer click acá.
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Lenguaje inclusivo. Este artículo de Crystal Borde publicado en el blog de la PRSA plantea por qué importa enseñar a los colaboradores de una organización a usar el lenguaje inclusivo y da orientaciones básicas para hacerlo: crear una guía de estilo, contar con el asesoramiento de un experto, entrenar al equipo en el uso adecuado del lenguaje, auditar periódicamente los entrenamientos y los mensajes que se usan en la organización y ser transparentes sobre el tema hablando de manera clara y propositiva en blogs, podcasts y reuniones con empleados.
Un proceso en el que nadie tiene la última palabra y que recuerda que no hay que perder de vista el objetivo: hacer que todos se sientan cómodos en una sociedad más plural.
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Academia. Theofylakti Zavitsanou eligió como tema de su tesis doctoral Humor y discurso político: el humor como recurso de opinión y crítica en la prensa contemporánea griega y española.
Dejando de lado las especificidades de esos dos países, resultan interesantes los antecedentes sobre el uso del humor político, empezando por la comedia griega, hija dilecta de la democracia ateniense del siglo V AC. Son universales las funciones de control o de resistencia social del humor en las sociedades modernas y los efectos institucionales de su uso.
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Búsquedas laborales. A partir de hoy, con la idea de prestar un servicio más a nuestros lectores, incluimos esta sección con búsquedas laborales. En caso de que tengas alguna para difundir, podés comunicarte con nosotros a nuestro mail: [email protected]
- Communications Manager, Global Communications and Public Affairs (Spanish), Google. Link.
- Cross Partner Manager, News (Spanish and English), Google. Link.
- Diseñador o Diseñadora Gráfica, The Jeffrey Group. Link.
Hasta acá llegamos esta semana. Todas tus ideas, propuestas o consultas son bienvenidas. Podés escribirme a [email protected]
¡Hasta el miércoles que viene!
Juan
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