Un estudio del Banco Mundial señala que de los 13 años que en promedio van a la escuela, el aprendizaje "real" equivale a 9 años. Esa relación ubica al país como el segundo de Sudamérica con más años "netos" de formación, sólo detrás de Chile. Sin embargo, estamos lejos de los 12 años que llegan a sumar los alumnos de los países con mejor indicador, como Singapur, Japón y Finlandia.
Si los años de estudio de un alumno promedio de la Argentina fueran ajustados por la calidad de esa educación, ¿cuántos años de aprendizaje neto tendría? Esa pregunta fue la que el Banco Mundial se hizo, respondió y usó como una de las variables que conformaron el Índice de Capital Humano, una referencia que estima la productividad que puede alcanzar un chico promedio según el país donde se desarrolla.
El trabajo señala que en la Argentina un chico accede, desde que tiene 4 años y hasta que cumple 18, a 13,1 años de estudio en promedio, lo que ubica al país en el puesto 46 entre 157 países. Sin embargo, cuando el Banco Mundial lo concilia con la calidad educativa, afirma que los años netos de aprendizaje son en verdad 8,9. Y ahí es donde la Argentina desciende al puesto 60.
Para hacer ese ajuste, los especialistas crearon un coeficiente a partir de las pruebas internacionales y regionales que se toman en las escuelas de casi todo el mundo, como las PISA, TIMSS o TERCE, por citar algunas.
Entre los destacados de la región pero lejos de los mejores
Como el informe es el primero de estas características que hace el Banco Mundial, no se pude medir la evolución pero sí permite hacer comparaciones. En ese sentido, los años “netos” de aprendizaje en la Argentina, ubican al país segundo (junto con Ecuador) en Sudamérica, sólo detrás de Chile, que alcanza los 9,6 años. Así supera a Colombia (8,5), Uruguay (8,4), Perú (8,3), Brasil (7,6) y Paraguay (7,1).
Pero queda muy lejos de los países desarrollados y con mejores resultados en las pruebas de rendimiento educativo. Los cinco primeros son los únicos del mundo que llegan a 12 años netos de estudio. Son Singapur, Japón, Corea del Sur, Hong Kong (China) y Finlandia.
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Un estudio relativo que ayuda a hablar de políticas educativas
El trabajo del Banco Mundial es reciente (fue presentado el 11 de octubre) y era desconocido por muchos especialistas en educación consultados. Sin embargo, algunos contextualizaron el reporte.
“Lo primero que relativiza el trabajo es que los años de estudios están ajustados por pruebas que miden un determinado paquete de conocimientos. Es decir hay una reducción del capital social a esos conocimientos”, remarcó Adriana Puiggrós, doctora en Pedagogía y ex directora general de Cultura y Educación de la provincia.
Guillermina Tiramonti, coordinadora del Consejo de Formación Continua de la provincia de Buenos Aires e investigadora principal del área de educación de FLACSO, opinó en el mismo sentido y agregó una serie de preguntas que también buscan desarmar una construcción simplemente estadística: “¿Las pruebas internacionales evalúan las habilidades que realmente van a necesitar los chicos dentro de 10 años? ¿Qué habilidades requiere específicamente la Argentina? ¿Qué habilidades necesitan las empresas argentinas?”.
Tiramonti concluyó que lo más importante es que ayudan a visibilizar la importancia de la educación en el futuro de un país e invitan a trabajar en la implementación de políticas públicas que mejoren la calidad educativa.
Chile, otra vez como ejemplo de la región
Chile encabezó en Sudamérica el promedio neto de años de aprendizaje, según el estudio del Banco Mundial. No es la primera vez. También está al tope en pruebas internacionales, como las PISA.
“Hay cierto acuerdo, sobre todo a partir de las evaluaciones, que Chile pica en punta en materia de educación en la región. Y destacaría tres aspectos por los que eso ocurre: mantiene continuidad en políticas educativas que llevan tres décadas; tiene un Estado que sigue esas políticas, las supervisa y no tiene problemas de gobernabilidad; y cuenta con recursos humanos con gran capacidad técnica en las áreas de gobierno vinculadas a la educación”, consideró Tiramonti.
¿Qué es el Índice de Capital Humano?
La cantidad de años de educación y la cantidad de años “netos” de aprendizaje son dos de los seis datos que ayudan a conformar el Índice de Capital Humano. Otras variables que incorpora son por ejemplo la probabilidad de supervivencia a los 5 años y de adultos.
Ese índice mide la cantidad de capital humano que un niño que nace hoy puede esperar alcanzar a la edad de 18 años. Es decir refleja (en una escala de cero a uno) la productividad que tendrá como trabajador en el futuro y la compara con la que tendría si accediera a servicios que le garanticen una salud plena y una educación completa y de calidad.
A la Argentina ese indicador le dio 0,61, lo que quiere decir que está un 39% por debajo del ideal. Ese índice lo hace ubicar en el lugar 63 del ranking. Singapur encabeza la lista con 0,88 puntos, seguido por Corea del Sur (0,84), Japón (0,84), Hong Kong (0,82) y Finlandia (0,81).
En América Latina, el mejor posicionado también es Chile (0,67), seguido por la Argentina y México (0,61), y luego Ecuador y Uruguay (0,60).
Foto: Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires.