¡Buen día!
Este es una edición extra-ordinaria de El Reporte. Los artículos que fui leyendo y guardando durante la semana (la base de esta newsletter) quedarán para otra ocasión: la conexión intermitente en el lugar desde el que estoy escribiendo (en la Patagonia) me hacen imposible producir la versión clásica. Los dejo entonces con diez ideas de Paul Auster, tomadas de una entrevista que le hice en 2018. Al final, el link con la entrevista completa. Espero que lo disfruten. La semana que viene, El Reporte (y su autor) se tomarán vacaciones. Las disfrutaremos.
El índice:
1) Sobre “qué hubiera pasado si…”
2) Sobre cómo nacen las ideas para sus libros
3) Sobre cumplir la edad en la que su padre murió
4) Sobre su rutina de escritor
5) Sobre el rol de Siri Hustvedt, su mujer, en su proceso de escritura
6) Sobre cómo funciona el mundo
7) Sobre cómo conoció a su mujer
8) Sobre la experiencia de escribir
9) Sobre el hecho que cambió su vida
10) Sobre cómo se siente la vida a los setenta
1
— Sobre “qué hubiera pasado si…”. “Toda mi vida me he dedicado a esta idea de las realidades alternativas: lo que es, no necesariamente es lo que tiene que ser, o lo que podría ser. Nacemos en una vida y solamente en una vida, pero dependiendo de nuestras circunstancias podemos tomar distintos rumbos. Constantemente me ha asolado este tipo de ideas: qué hubiera pasado si uno hubiera sido pobre o si el padre hubiera muerto cuando uno tenía siete años de edad y cómo eso me hubiera cambiado la vida, y así sucesivamente. Toda mi vida he pensado en esto y finalmente lo materialicé en este libro.” [En referencia a 1234, el libro publicado en 2017]
2
— Sobre cómo nacen las ideas para sus libros. “Las ideas de la mayor parte de las novelas que he escrito se desarrollaron a lo largo de meses, o años. Y es como una música que escucho en mi cabeza, diferente para cada libro. Escucho un tono y empiezo quizás con un personaje o con una situación, y a medida que las cosas van tomando su rumbo, me llega a la mente más materia, y luego trato de encontrar la mejor manera de expresar ese material bajo el aspecto formal de la novela. Pero en este caso sucedió a la inversa. Yo estaba sentado un sábado a la mañana tomando mi té de la mañana y leyendo el periódico, y esta idea formal se me ocurrió. ¿Por qué no escribir un libro sobre una persona con distintas versiones paralelas de su vida?”
3
— Sobre cumplir la edad en la que su padre murió. “Traspasar la edad a la que llegó mi padre fue una cuestión fuera de lo natural, algo muy extraño. Fue como correr un velo invisible y adentrarme en otro terreno, en otro país, en un lugar donde nunca había estado, y me atemorizaba. Mi padre estaba en perfecto estado de salud y de golpe cayó muerto, de modo que quizás eso podía pasarme a mí. Empecé a escribir el libro un mes después de haber cumplido sesenta y seis, y me la pasé pensando ‘Sé que va a ser un libro largo, tiene que ser largo porque tiene esta naturaleza de tener cuatro partes y serán mil páginas, y morirme después de la página quinientos no sería una muy buena idea’”.
4
— Sobre su rutina de escritor. “La rutina diaria fue la siguiente: después de despertarme, de desayunar, leo The New York Times, tratando de absorber ese mundo loco en el que vivimos en la mayor medida posible. Tengo una pequeña sala de trabajo en el piso inferior, voy allí y trabajo, escribiendo a mano en un cuaderno. Por lo general estoy en el escritorio a las 8.30 y trabajo toda la mañana hasta las primeras horas de la tarde. Hago una pausa, almuerzo algo y luego vuelvo, y en general trabajo hasta las 5.30 de la tarde. Ese es un día normal. Con frecuencia me levanto del escritorio y doy vueltas, no me puedo quedar quieto sentado mucho tiempo y encuentro que al moverme surgen las palabras”.
5
— Sobre el rol de Siri Hustvedt, su mujer, en su proceso de escritura. “Ella ya sabe qué significa escribir. Y tenemos una especie de pacto entre nosotros. Obviamente leemos las obras del otro y somos completamente honestos: si hay algo que no nos gusta, lo decimos y esa crítica surge de un profundo respeto, porque yo creo en su obra, y ella cree en la mía. Cuando escribo tiendo a leerle en voz alta cada treinta o cuarenta páginas porque me ayuda escuchar la narración en voz alta. Escucho si hay algo que no suena bien y ella a su vez me da su mirada. ‘En eso no estoy segura, ese adverbio, esa oración no es lo suficientemente clara, quizás tenés que agregarle algo aquí o allá o quizás tenés que quitarle esto o aquello’. Y yo me lo tomo muy en serio. Una vez que ella le pone el sello de aprobación ya no me preocupa lo que digan los demás porque ella tiene la opinión que yo más respeto”.
6
— Sobre cómo funciona el mundo. “Lo que a mí me interesa no es la metafísica del azar, sino cómo funciona el mundo real, y al prestar atención al mundo real, uno de los factores que me parece altamente significativo es esta expresión que usted utilizó: el hecho inesperado. Lo inesperado sucede con gran periodicidad en nuestras vidas, y es lo que yo llamo la mecánica de la realidad. Uno puede llamarlo azar o aleatoriedad o lo que fuere, pero esas son palabras un poco rebuscadas. Yo voy más a lo terrenal y hablo de lo inesperado: uno se resbala en el hielo y se rompe la pierna, y a la mañana cuando se despertó, no pensó que se iba a romper la pierna, es un hecho inesperado. A veces lo inesperado es algo feliz y la cosa más maravillosa que nos puede haber pasado, y con frecuencia, es algo realmente trágico. La muerte, las guerras, los ciclones, los tornados, los volcanes, puede suceder cualquier cosa. Es así cómo funciona la vida, así que siempre en todos mis libros he tratado de incorporar este tipo de experiencias porque no es que haya algo mágico o místico, sino que es lo real. Es así cómo funciona el mundo”.
7
— Sobre cómo conoció a su mujer. “Había una lectura de poesía esa noche en un lugar donde han hecho sesiones de lectura de poesía durante ochenta años, un lugar muy grande, con mil butacas en el auditorio. Una amiga estaba por dar una lectura, me invita, pero yo acababa de volver de un viaje y no estaba seguro de ir. A último momento decido ir. Cuando termina la lectura, Siri estaba conversando con este conocido en común, me ve desde el otro lado de la sala y le pregunta: ‘¿Quién es ese que está ahí con una campera de cuero fumando un cigarro?’. ‘Ah, es Paul Auster, el poeta’ le dice nuestro amigo. ‘Quiero conocerlo’ decide Siri, y se acercan. Yo sabía que este hombre estaba casado, pero pensé: ‘Qué linda chica con la que está, quizás hay algún romance’. Así que fui muy cortés, tal vez distante, pensando en que ella era bellísima, y muy alta. Yo no entendía muy bien cómo era la situación así que hablábamos de forma muy correcta y después de un par de minutos, este amigo se fue para hablar con otra persona y me di cuenta de que no eran pareja. Y seguimos hablando y hablando, y después salimos juntos y seguimos hablando. Y pasamos la noche juntos y hemos estado juntos desde esa noche…”
8
— Sobre la experiencia de escribir. “Es una experiencia de sentirse conectado con las cosas, más que estar aislado de las cosas. Yo trato de expresar este sentimiento en mi libro de prosa La invención de la soledad, que en cierta forma es una obra colectiva. Es un hombre que está sentado solo en una sala y todo el libro tiene que ver con una noche en la vida de esa persona, mi vida, pero porque somos seres sociales, porque utilizamos el lenguaje para pensar y para expresarnos, porque el lenguaje es algo que aprendemos de otros. Estamos hechos por otros y por ende, somos habitados por otros. En primer lugar por nuestros padres, nuestras familias y luego nuestras comunidades, nuestros amigos. Y si somos lectores, somos habitados por los libros que hemos leído y por los escritores que hemos leído”.
9
— Sobre el hecho que cambió su vida. “Éramos veinte muchachos en medio de una tormenta en un campamento de verano en el campo, en Nueva York. Estábamos tratando de alejarnos de los árboles porque había rayos y truenos, y para eso teníamos que atravesar un alambrado. Íbamos en fila, uno detrás del otro, y mis manos estaban casi tocando los zapatos del chico que estaba delante mío. Él estaba arrastrándose por el piso para pasar por debajo del alambrado y en ese instante un rayo cayó sobre el alambre y lo electrocutó instantáneamente. Yo no entendía qué había ocurrido. Me acerque a él, lo llevé a un costado y durante la hora siguiente, traté de revivirlo. No sabía que estaba muerto. Nunca había visto una persona muerta. Esto cambió mi vida. En ese momento entendí que el terreno donde estaba caminando ya no era seguro y que cualquier cosa le puede pasar a cualquiera en cualquier momento”.
10
— Sobre cómo se siente la vida a los setenta. “No está mal verdaderamente. Tengo el buen estado de salud suficiente como para querer saltar de la cama todos los días, sentirme contento de estar vivo e ir a trabajar. Y dado que cada vez me queda menos tiempo, es una paradoja pero aún cuando estamos en una situación tan difícil en Estados Unidos y en tantas otras partes del mundo, soy más feliz que antes. Estoy tan contento de estar vivo, tan feliz de estar en este planeta que quiero tratar de exprimir al máximo todo el tiempo que me queda”.
Si quieren leer la entrevista entera la encuentran en este link. Pero si llegaron hasta acá casi que leyeron lo más interesante… 🤷♂️
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La cita
“
Piensas que nunca te va a pasar, que no te puede pasar, que eres la única persona en el mundo a la que nunca le va a pasar ninguna de estas cosas, y entonces, una a una, te empiezan a pasar todas, como le pasan a todo el mundo.
”
Paul Auster
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