¡Buen día! Aquí van 10 artículos recomendados para enriquecer la lectura del fin de semana.
En la entrega de hoy, entre otras cosas: en Amazon un robot puede decidir tu despido; el filósofo Byung-Chul Han alerta sobre los riesgos del imperativo de ser feliz; Ana Laura Lissardy escribe sobre nuestra urgente necesidad de silencio; The Economist presenta sus escenarios de futuro en torno a la salud; Carlos Álvarez Teijeiro critica la fatiga del zoom; Fernando Benegas revela la importancia de WhatsApp para gestionar la información durante la pandemia y Andrés Malamud, entrevistado por Luciana Vázquez, recuerda la importancia de saber perder en la democracia.
1
— Malcolm Gladwell y el mundo post-covid. “Lo que creo que ha pasado con la pandemia es que ha ganado la red [a la jerarquía]. Lo que vamos a sacar de esta experiencia es una clara preferencia por esa forma de organizarnos sobre la antigua. Teníamos un sistema que había estado en funcionamiento durante cientos de años en el que los empleados iban a un lugar específico a una hora específica todos los días de trabajo para ser supervisados por un gerente con más experiencia. (...) Lo que sucedió durante el último año es algo sin precedentes en la historia de la medicina. El virus Covid se identificó en diciembre de 2019 y se secuenció en línea a principios de enero. Moderna miró esa secuencia y creó su vacuna candidata durante un fin de semana. Estaban en la clínica para pruebas de seguridad en marzo, y en diciembre estaban inoculando personas con éxito con un 95 por ciento de certeza”.
Del artículo “Malcolm Gladwell dice que el mundo post pandémico será un lugar mucho mejor”, publicado en Inc. [En inglés]—
2
— Enrique Krauze: “La salida no es el caudillismo populista”. “El pecado capital de las sociedades latinoamericanas es haber tolerado esta división entre el sector moderno y el marginado. Las recetas liberales puras no han funcionado y toda la región ha estado necesitada, desde hace mucho tiempo, de una nueva imaginación económica. Porque esas grandes masas empobrecidas no pueden esperar. Y ahí están los líderes que las encabezan. La salida no es el caudillismo populista, esto ya se demostró en el caso venezolano y mira que tenían recursos petroleros para regalar. La salida es dentro del marco de la democracia, la libertad y las leyes. Un cambio profundo en la política económica para actuar y formas de apoyo directo a la población más necesitada. (...) Tiene que haber otras formas imaginativas y nuevas para que la pobreza y la desnutrición disminuyan drásticamente. Se necesita el Estado, sí, pero apegado a las leyes”.
De la entrevista al escritor mexicano, “En México no hay estatuas a Hernán Cortés que derribar”, publicada en El País.—
3
— En Amazon un robot puede decidir tu despido. “Un día te levantas y repartes paquetes de Amazon en tu ciudad y al día siguiente te llega una notificación al móvil en el que una máquina te dice que estás despedido y que ya no tienes que volver a los almacenes. Ni opción a réplica ni motivos exactos del despido ni nada: estás en la calle. Esta es la realidad de multitud de repartidores de Amazon en EEUU. Concretamente, de los trabajadores de Amazon Flex, el servicio de mensajería impulsado por la compañía en el que trabajadores autónomos ('contractors', en EEUU) entregan las mercancías como alternativa a UPS, Fedex, DHL y otros servicios de mensajería privados. (...) El gran problema de este sistema sería la falta de capacidad de evaluación de un algoritmo, que no tiene en cuenta el tráfico o el mal tiempo a la hora de establecer el tiempo óptimo de entrega de un pedido, por citar uno de los muchos ejemplos que se tienen en cuenta.”
Del artículo “Despedido por un robot: así deciden las máquinas de Amazon los empleos de sus repartidores”, en El Mundo.[En español] Un artículo con más detalles en Bloomberg. [En inglés]—
4
— Sobre el imperativo de ser feliz. “La nueva fórmula de dominación es «sé feliz». La positividad de la felicidad desbanca a la negatividad del dolor. Como capital emocional positivo, la felicidad debe proporcionar una ininterrumpida capacidad de rendimiento. La automotivación y la autooptimización hacen que el dispositivo neoliberal de felicidad sea muy eficaz, pues el poder se las arregla entonces muy bien sin necesidad de hacer demasiado. El sometido ni siquiera es consciente de su sometimiento. Se figura que es muy libre. Sin necesidad de que lo obliguen desde afuera, se explota voluntariamente a sí mismo creyendo que se está realizando. La libertad no se reprime, sino que se explota. El imperativo de ser feliz genera una presión que es más devastadora que el imperativo de ser obediente.”
De la nota de opinión “La obligación de ser feliz”, de Byung-Chul Han, en Ethic.—
5
—¿Qué pasaría sí? The Economist publicó su colección anual de escenarios futuros, en esta oportunidad en torno a la salud. “Cada una de estas historias es ficción, pero se basa en hechos históricos, especulaciones actuales y ciencia real. No presentan una narrativa unificada, sino que se establecen en diferentes futuros.” Por ejemplo: ¿Qué pasa si los Estados Unidos resolviera su crisis de opioides? ¿Qué pasa si una ola de calor mortal golpea la India? ¿Y si la nutrición de todos fuera personalizada? ¿Qué pasaría si los teléfonos inteligentes se convirtieran en asistentes de salud personales? ¿Y si la demencia se pudiera prevenir y tratar? ¿Y si una IA ganara el premio Nobel de medicina?
Estos y otros escenarios en el especial What If, en The Economist. [En inglés]—
6
— Sobre el silencio. “El ruido de audios, avisos del móvil, videos, voces superpuestas grabando en WhatsApp, el del tráfico, va conquistando todos los espacios de nuestra vida como una plaga. Pero a este ruido físico, ambiental, que se mide en decibeles, hay que sumar el ruido conceptual de ventanas, aplicaciones y pestañas abiertas al mismo tiempo en la computadora, de información, noticias falsas, memes, tuits, alertas informativas, publicidad digital que también está devastando el silencio. Y se lo estamos permitiendo, como si le temiéramos al silencio; como si dentro de él pudiéramos encontrar algo que queremos evitar. (...) Quizás ya sea tal el automatismo que necesitamos algo más, una toma de conciencia colectiva, un Día del Silencio, por ejemplo. Veinticuatro horas para pensarlo y practicarlo. Podría ser un comienzo. Una celebración que iría contra todo el ruido, incluyendo el del consumismo. Porque buscar el silencio hoy puede ser impráctico e improductivo pero solo atravesando esa incomodidad podemos encontrarlo de nuevo. Encontrarnos”.
De la columna “Por qué persigo el silencio”, de Ana Laura Lissardy, en The New York Times en español.—
7
— Davos está muerto y el coronavirus lo mató. “Las adicciones y las contradicciones que se encuentran en el corazón del circo que es el Foro Económico Mundial. Hace unas semanas, el Foro Económico Mundial (FEM) interrumpió su reunión en Singapur en agosto. Las razones invocadas por los organizadores para esta tercera cancelación (los planes para una reunión alternativa y excepcional en Lucerna en mayo también se descartaron a principios de este año) se centraron en cuestiones de salud y logística. La verdad es más compleja y el malestar es más profundo. La pandemia ha expuesto las contradicciones del WEF como proyecto y su terminal falta de legitimidad y credibilidad en la era post-Covid. (...) La pandemia ha provocado una crisis existencial global en muchos de nosotros, incluidos los pilares del establecimiento de Davos. Se ha tratado de reconocer, tardíamente, que lo que hemos llamado "normal" es una forma de suicidio civilizatorio.”
Del artículo “Davos está muerto y el coronavirus lo mató”, publicado en el Financial Times. [En inglés]—
8
— Sobre la fatiga del zoom. “La fatiga del Zoom viene a consistir en la profunda decepción por una plataforma que nos prometía comunicaciones cuasi reales, o al menos virtuales por medio de rostros y voces ubicuos, pero que en las que las más de las veces son meras flatus vocis: se nos pide amablemente –y conminatoriamente también- que silenciemos nuestros micrófonos y apaguemos nuestras cámaras para garantizar mejor calidad del ancho de banda de quien hace uso solitario/totalitario/dogmático de la palabra, impidiendo o al menos dificultando todo diálogo verdadero y genuino, salvo por medio de emoticones ridículos y estentóreos o de brevísimas y siempre políticamente correctas preguntas en un chat exiguo cuyo aciago destino es el de quedar casi siempre sin respuesta pues el tiempo apremia a los oradores, tan inmisericorde como implacable, tal vez con destino todos ellos a un nuevo Zoom en apenas cuestión de minutos y para relatar lo mismo ya anunciado.”
Del artículo “La fatiga del Zoom”, por Carlos Alvarez Teijeiro, en Perfil.—
9
— Sobre el uso de WhatsApp como herramienta de información durante la pandemia. “En 2020, la OMS había advertido sobre la rápida propagación de información falsa sobre el virus y sus efectos. Para combatir la información poco confiable, firmó un acuerdo con WhatsApp para crear un chatbot oficial que ayude a diseminar información oficial, de una manera amigable y cercana en 20 idiomas diferentes. WhatsApp, la plataforma conversacional que ya suma en todo el mundo 2 billones de usuarios y a través de la cual se enviaron, desde 2020, más de 7 mil millones de mensajes entre gobiernos y ciudadanos sobre la vacunación de COVID-19. Pero este no fue el único desafío y mucho menos la única aplicación de estas soluciones conversacionales. (...) Hoy la Ciudad de Buenos Aires elige conectarse con los vecinos a través de Boti en WhatsApp porque la experiencia y las métricas -pasamos de 300 mil conversaciones mensuales en 2019 a 3.3 millones en el último mes- reconfirman que hay que estar presente donde está la gente.”
De la columna “Mi hijo el doc-bot” de Fernando Benegas, en Infobae.—
9
— Andrés Malamud, sobre la democracia y el saber perder. “La democracia no sobrevive sola, sobrevive mientras hay demócratas defendiéndola. Lo importante es entender que no alcanza con el apoyo de un lado. La democracia es apoyo a los valores pero también es competencia. Si nosotros desvalorizamos a los que están en frente llamándolos autoritarios, estamos nosotros erosionando los cimientos de la democracia que consiste en aceptar al otro. La tolerancia es un prerrequisito en la democracia. La tolerancia por aquel que no me gusta, que odio, detesto, aborrezco y sin embargo tengo que bancármelo y tengo que aceptarlo cuando me gane. Eso es la democracia, la ética de la derrota.Estoy citando a Julio María Sanguinetti. Porque ganar, gana cualquiera. Ganar y quedarse es cosa que hacen los dictadores fraguando elecciones. Perder e irse es democracia y bancársela, perdiendo contra aquel que detestás porque si no, qué gracia tiene perder contra el que te gusta.”
De la entrevista de Luciana Vázquez a Andrés Malamud, publicada en La Nación.
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