Lorena Paz es socióloga licenciada en la Universidad de Buenos Aires, especializada en Tecnologías de la Información y la Comunicación para el Desarrollo Humano (ICT4D) y magíster en Cooperación Internacional, Diplomada en Educación y Nuevas Tecnologías PENT FLACSO.
Creó en la Argentina la primera especializacion en accesibilidad y usabilidad. Y hace más de dos décadas desarrolló Educación Digital para la Adultez Diversa (EDAD) un proyecto de inclusión digital para adultos mayores. En diálogo con RED/ACCIÓN, profundiza sobre los objetivos de la iniciativa y sobre la relevancia de la accesibilidad web a nivel social.
El proyecto EDAD
El proyecto nació en el año 2003 para dar respuesta a la exclusión de las personas adultas en la sociedad de la información y el conocimiento. Parte de la premisa de que la accesibilidad web es un derecho humano, y la inclusión social hoy requiere de inclusión digital.
Desde el 2005 funciona con talleres de inclusión sociodigital, siguiendo un programa que se hace a medida de las expectativas y contextos para personas mayores de 65 años (cómo abrir Whatsapp Web, cómo hacer transferencias desde el teléfono o computadora, cómo sacarse una selfie o realizar una videollamada). En 2012 se convirtió en un proyecto de investigación-acción, siendo los talleres un laboratorio natural para medir la usabilidad y accesibilidad de interfaces. Además de realizar alianzas con centros de jubilados, recibió el financiamiento de distintas empresas mediante sus programas de responsabilidad social y ganó un subsidio del Ministerio de Ciencia y Técnica.
Durante la pandemia, el proyecto EDAD orientó todas sus energías a crear una plataforma que proporcionara a las personas adultas mayores que estaban asiladas toda la información necesaria de manera ordenada y unificada. En la actualidad, los encuentros se realizan en la Ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Flores (Ramón Falcón 2710-2714) los viernes de 10 a 12hs. Su sede es el Ex Mercado Falcón, un predio con valor histórico que construido a principios del siglo XX.
Ahí, la creadora del proyecto (junto con otros investigadores) adaptan el contenido de cada encuentro a las necesidades particulares de los asistentes, a la vez que enseñan sobre privacidad de datos, fallas en el diseño y otros ejes. En su canal de YouTube se comparten algunos tutoriales adaptados a las necesidades de los talleristas. Esta dinámica, a su vez, sirve para evaluar los productos y servicios para personas adultas mayores.
Como aclara Paz, en este momento EDAD funciona bajo la órbita de una ONG afincada en el País Vasco, el Laboratorio de Ideas Cooperativas.
Usabilidad: un objetivo central
La usabilidad, palabra que aparece reiteradamente entre los libros, cursos y proyectos mencionados, se define como "la facilidad con que las personas pueden utilizar una herramienta particular o cualquier otro objeto fabricado por humanos con el fin de alcanzar un objetivo concreto". En el contexto del diseño de software, se mide por los estándares de eficiencia, eficacia y satisfacción.
En el contexto del programa EDAD, la clave es que sus participantes no solo aprendan a alcanzar sus objetivos concretos en dispositivos digitales, sino también que puedan señalar cuáles son las fallas en el diseño. Revirtiendo el estereotipo de "soy una persona mayor y por ende no manejo bien la tecnología", se combate la normalización de diseños que no son intuitivos, accesibles y transparentes con sus usuarios.
A esta altura es clave recordar que, a medida que los avances tecnológicos proliferan, todos envejecemos y no necesariamente podemos mantenernos al día con las distintas funciones e instrucciones de cada uno de ellos. Por eso mismo, la accesibilidad y usabilidad nunca dejarán de ser objetivos fundamentales a la hora de desarrollar software. Y, según considera Paz, es relevante que las personas seamos conscientes de eso.
—¿Cuál es la importancia para los adultos mayores de aprender no solo a usar un dispositivo o concretar un objetivo, sino sobre diseño (Por ejemplo, no solo aprender a abrir WhatsApp en la computadora, sino entender las cosas que los diseñadores deberían haber tenido en cuenta para que sea accesible e intuitivo para ellos)?
— Es empoderante aprender que mucho de lo que creemos que son problemas de comprensión nuestra (porque suponemos que somos "analfabetos digitales" o somos mayores) son en realidad problemas de diseño. Esto se debe a falta de uso en el diseño, en el desarrollo, tanto de harware y o del software, controles remtotos, etcétera. Son fallas de la ergonomía y también el hecho de que muchos disñadores no tienen presentes leyes, patrones y normas de uso de calidad. Es muy común ver tecnologías que requieren de la psicomotricidad fina y no consideran dificultades que podemos tener con las manos, por ejemplo.
Ver todas estas omisiones en EDAD es adoptar una forma de pedagogía liberadora, de ponernos como sujetos portadores de sentido, de expertos por experiencia. El ejercicio es (casi en sentido literal) iluminador. Antes que usuarios, somos personas. Ese es nuestro punto.
—En términos generales, ¿cuánto avanzó el diseño ético hasta ahora y cómo ves el panorama a futuro? ¿Cuán arraigada está la perspectiva de la accesibilidad web como un derecho humano?
— Por suerte avanzó muchísimo, y lo vimos en carne propia desde el proyecto. Nosotros empezamos en 2004, pasaron veinte años. Los diseños e interfaces solían ser mucho más inaccesibles, inusables, simplemente horribles. Además, los adultos mayores de los 2000 no son los mismos que en el 2024. Aunque no vienen como nativos digitales, tampoco vienen como exiliados; se trata de un punto intermedio, en la que son como inmigrantes a la sociedad de la información y el conocimiento.
—¿Qué significa que EDAD es, además de un programa de inclusión, un laboratorio viviente?
— Retomando la idea de que muchas dificultades en el uso surgen no de problemas de cognición del usuario, sino de fallas en el diseño, quienes asisten a EDAD son los testers de software perfectos. No solo arrojan datos sobre la experiencia de usuario, sino también sobre accesibilidad y Diseño Universal (que es el paradigma de diseño que dirige sus acciones al desarrollo de productos y entornos de fácil acceso para el mayor número de personas posible, sin la necesidad de adaptarlos o rediseñarlos de una forma especial). También es importante abordar este objetivo desde las ciencias sociales, y uno de mis más importantes intereses como socióloga.
EDAD es un laboratorio viviente en el sentido de que permite evaluar los productos digitales de acuerdo a este objetivo. Y este tipo de testeo va a ser cada vez más necesario, si tenemos en cuenta el fenómeno socio-demográfico de la Nueva Longevidad. El hecho es que las personas viven cada vez más y tienen derecho a hacerlo en bienestar: plenos, partícipes e integrados.
Hablando de la pandemia y de aprender a usar la tecnología, te dejo esta nota: