En Argentina hay casi 2 millones de personas con discapacidad en edad laboral que no tienen empleo. Inclúyeme es un sitio que busca conectar a estas personas con empresas inclusivas. Hasta ahora, lograron que más de 1.400 personas con discapacidad consigan trabajo en Argentina, Brasil, Chile, México, Perú y Uruguay.
A los tres años, Melanie fue diagnosticada con hipoacusia, o pérdida de audición. A los seis, empezó a usar audífonos en un oído, y a los ocho en los dos.
“Mi mamá me leía cuentos y yo le contestaba cualquier cosa, o pedía que me repitiera todo el tiempo”, recuerda la joven que ahora tiene 26 años.
A pesar de su discapacidad auditiva, Melanie pudo terminar el colegio y completar la carrera de Comunicación Social en la Universidad Nacional de La Matanza.
“Nunca había visto mi hipoacusia como una discapacidad, porque nunca me había impedido hacer algo. Para mi ya era normal estar con los audífonos”, dice la joven que ahora tiene 26 años.
Pero no fue hasta el momento de buscar trabajo que Melanie se encontró con la barrera laboral que enfrentan millones de personas con discapacidad en el país y el mundo. A pesar de haber terminado su carrera universitaria y tener experiencia en trabajo voluntario y periodismo universitario, estuvo meses sin poder conseguir trabajo estable, ni siquiera una pasantía.
Fue entonces cuando a través de un amigo conoció Inclúyeme, un portal laboral para personas con discapacidad. A través del portal, Melanie cargó su CV, postuló a trabajos en diversas empresas, y tuvo numerosas entrevistas laborales. Finalmente, hace dos semanas, empezó su primer trabajo.
Barreras de inclusión
El último Censo Nacional de 2010 indica que en la Argentina hay más de 5 millones de personas con discapacidad. Según la Encuesta Nacional de Personas con Discapacidad (ENDI), el 75% de las personas con discapacidad en edad laboral no trabaja. En otras palabras, en Argentina hay casi 2 millones de personas con discapacidad entre los 14 y 65 años que no tienen empleo.
Las barreras para la inclusión laboral de las personas con discapacidad son diversas y atraviesan factores físicos, culturales, políticos y legales. En 2014, la R.E.D. de empresas por la diversidad, una iniciativa que busca promover la diversidad y la inclusión dentro de empresas, llevó a cabo una investigación para determinar las principales barreras laborales que enfrentan las personas con discapacidad.
Según esta investigación, existen tanto barreras internas de las empresas (por ejemplo, espacios arquitectónicos poco accesibles o preconceptos sobre el desempeño y habilidades de las personas con discapacidad), como también barreras externas a las empresas (por ejemplo, obstáculos en el sistema educativo formal y la desconexión entre la oferta y la demanda laboral).
Pero sobre todo existen barreras sociales. Una encuesta que realizó Inclúyeme en Latinoamérica a más de 2000 personas con discapacidad, muestra que el 58,4% de las personas con discapacidad se sienten discriminadas en el momento de buscar trabajo.
“Las personas nos cuentan que llegan a una entrevista laboral y lo primero que ve el entrevistador es su discapacidad. Entonces, en vez de durar 40 minutos o 1 hora, la entrevista dura 10 minutos”, cuenta Gabriel Marcolongo, fundador y CEO de Inclúyeme. “De las personas que entrevistamos, todas coincidían que trataban de esconder su discapacidad para no ser discriminadas en el proceso de selección”.
Una solución tecnológica
Melanie es una de las 1.400 personas con discapacidad que han conseguido trabajo a través del portal Inclúyeme desde su creación en el 2013. Para Marcolongo, la inspiración de crear el portal surgió desde su experiencia personal.
“Me tocó vivir de primera mano cómo a alguien con discapacidad se le cierran las puertas laborales, incluso con educación”, cuenta Marcolongo. De chico, su padre perdió la visión de un ojo y a pesar de haber completado su carrera universitaria y de posgrado, estuvo 2 años hasta encontrar un trabajo.
Inclúyeme funciona como un portal de empleo que busca ayudar a las personas con discapacidad a conseguir trabajo. En el portal, pueden crear un perfil, subir su CV y certificado de discapacidad, y postular a distintas búsquedas laborales. Al mismo tiempo, ayuda a empresas que quieren contratar a personas con discapacidad a postular avisos y encontrar los candidatos apropiados.
Desde su creación, el portal se ha expandido a Brasil, Chile, México, Perú y Uruguay. Su red de clientes incluye más de 350 empresas nacionales e internacionales que utilizan el portal para encontrar talento. Entre todos los países hay 200,000 personas registradas en el portal.
Además de funcionar como un portal de empleo, Inclúyeme también ofrece consultorías para asesorar a empresas que busquen ser más inclusivas.
“Las empresas lo que necesitan son las ganas de ser inclusivas. Después nosotros los ayudamos a aprender cómo entrevistar, decidir los puestos apropiados, y entender por qué es importante contratar a alguien con discapacidad”, dice Marcolongo.
Para Marcolongo, contratar a personas con discapacidad no se trata solo de una misión social, sino que también tiene beneficios de negocios para las empresas.
“Como empresa, la política es siempre tomar los mejores empleados que puedas para tu organización. Desde ese punto de vista, la estrategia debería ser buscar en el 100% de la población, no solo una fracción. Pero hoy en día el 12% de las personas en argentina tienen alguna discapacidad queda fuera del mercado laboral”, dice Marcolongo.
Un marco regulatorio que acompaña
En Argentina existen varias iniciativas del estado que buscan promover la inserción laboral de las personas con discapacidad.
Según la Ley 25.689, el Estado nacional está obligado a ocupar personas con discapacidad en una proporción no inferior al 4% de la totalidad de su personal. Esto incluye los tres poderes del estado, organismos descentralizados o autárquicos, entes públicos no estatales, empresas del Estado y empresas privadas concesionarias de servicios públicos.
Sin embargo, existen informes que determinan que la mayoría de los organismos públicos no están cumpliendo con la ley.
Además, desde el 2006, Argentina cuenta con un Programa de Inserción Laboral para personas con discapacidad, el cual promueve la inserción de los trabajadores con discapacidad mediante incentivos económicos a empleadores públicos y privados para su contratación. Bajo el programa, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social aporta durante un período de tiempo determinado parte del salario de un trabajador con discapacidad. Dependiendo del sector de trabajo y la carga horaria del puesto, esta ayuda económica puede variar entre $1200 y $2000 al mes.
Según Stefan Tromel, especialista en discapacidad de la Organización Internacional del Trabajo, estas políticas incentivan a la inclusión laboral de personas con discapacidad a largo plazo.
“Muchas empresas comienzan su trabajo en el ámbito de la discapacidad para poder cumplir por la normativa legal vigente pero pronto se dan cuenta de las ventajas que contratar a personas con discapacidad tienen para sus empresas”, dice Tromel. “Por ejemplo, se dan cuenta del impacto positivo de la imagen de la empresa ante sus clientes y cómo una empresa más diversa es más capaz de hacer frente a las necesidades cambiantes del mercado”.
Pero para Marcolongo, aunque estas políticas son un paso hacia la dirección correcta, no son suficientes.
“Todo lo que es discapacidad está atravesado por salud, educación y empleo. No podes atacar ninguno individualmente si queres solucionar el problema en serio”, dice Marcolongo. “Si hay un buen sistema de tratamiento para una persona con discapacidad, puede generar más capacidades. Si esa persona logra acceder un sistema de educación donde sean accesibles las aulas, y los profesores puedan dar buenas clases adaptadas, puede que esa persona se reciba. Y si el mercado laboral está maduro, puede aceptar a estas personas”.
Fabián tiene 44 años y nació sordo. De pequeño aprendió a leer, escribir y hablar gracias al apoyo de un colegio especializado en discapacidades auditivas, lo que le permitió completar sus estudios con normalidad. Pero tal como Melanie, se enfrentó con una barrera al momento de buscar trabajo.
“Fui a muchos a talleres de búsquedas de empleo, talleres para aprender cómo entrevistar, constantemente modificaba y mejoraba mi currículum vitae,” cuenta.
A través de una amiga hipoacúsica, Fabián conoció Inclúyeme y empezó a utilizar el portal para buscar trabajo. Luego de postularse a varios cargos, consiguió una posición en Gire Soluciones, una empresa de servicios tecnológicos, a principios de este mes. Allí trabaja en el área de datos y sistema de cheques.
Pero sobre todo, como Melanie, trabaja para derribar las barreras sociales que obstaculizan el desarrollo personal y profesional de las personas con discapacidad.
“Es importante que la gente se informe, que entienda que tener algún tipo de discapacidad no significa que una persona esté incapacitada para trabajar”.