Los seres humanos estamos constantemente bombardeados con información sensorial, desde las pantallas hasta los olores que llegan de la cocina del vecino, los ruidos de los autos o de los pájaros (depende de donde vivamos). Para dar sentido a todos estos estímulos, el cerebro tiende a combinarlos. Esto significa que un sentido puede afectar inconscientemente a otro, en lo que se conoce como asociación cruzada sensorial.
Un tipo de estas asociaciones existe entre olfato y nuestra vista, y un nuevo estudio de las Universidades de Cambridge y Liverpool (Reino Unido) descubrió que el olfato puede influir en la percepción del color. Utilizando experimentos con privación sensorial, el equipo de investigación (compuesto por psicólogos, ingenieros eléctricos y expertos en ciencias de la computación) encontró que la presencia de diferentes olores puede influir en cómo percibimos un color específico. El hallazgo se publicó en la revista Frontiers in Psychology.
Según contó su autor principal, Ryan Ward, "En un estudio anterior, demostramos que el olor a caramelo se asocia comúnmente con el marrón oscuro y el amarillo, al igual que el café con el marrón oscuro y el rojo, la cereza con el rosa, el rojo y el púrpura, la menta con el verde y el azul, y el limón con el amarillo, el verde y el rosa". Sin embargo, el nuevo estudio quería determinar si el olor afectaba a la percepción del mismo color.
¿Cómo fue el hallazgo?
En el experimento, 24 adultos participaron en una sala especialmente diseñada. En ella, varios sentidos se controlaron cuidadosamente: las ventanas se oscurecieron, las luces se apagaron y un purificador de aire eliminó cualquier olor de la habitación. Los participantes también debían abstenerse de usar desodorante o perfume.
Se sentaron frente a una pantalla llena de un color aleatorio, mientras un difusor ultrasónico emitía uno de seis olores en la sala: caramelo, cereza, café, limón, menta o agua (como control) durante cinco minutos. Luego, utilizando dos deslizadores, se les pidió a los participantes que ajustaran manualmente el color en la pantalla hasta lo que percibieran como un gris neutro verdadero.
El estudio comprobó que las personas tenían una tendencia débil pero significativa a alejar el color de gris neutro, de diferentes maneras pero predecibles según el aroma, excepto en el caso de la menta. El olor a café hizo que los participantes percibieran el gris como un color más rojo-marrón, mientras que el caramelo lo hacía más amarillo-marrón. Como era de esperar dada su ausencia de aroma, el agua sin olor se correspondía con un gris neutro real.
¿Qué implica ahora y en el futuro?
Este "sobrereajuste" sugiere que el papel de las asociaciones cruzadas en el procesamiento de la entrada sensorial es lo suficientemente fuerte como para influir en cómo percibimos la información de diferentes sentidos, en este caso, entre olores y colores.
En qué medida ocurre esta asociación aún está por determinar, pero los investigadores esperan que esto sea objeto de futuras investigaciones. "Necesitamos saber en qué medida los olores influyen en la percepción del color", dijo Ward en un comunicado. "Por ejemplo, ¿el efecto mostrado aquí aún está presente para olores menos comunes o incluso para olores encontrados por primera vez?"