El mes pasado, la casa de subastas británica Christies vendió una obra de Beeple, un artista estadounidense, por casi 70 millones de dólares. Hasta acá, nada que pueda llamarnos demasiado la atención, si consideramos los números gigantes que se manejan a veces en el mercado de arte internacional.
Pero esta vez fue diferente. Fue la primera vez que esta institución subastó una obra 100% digital. Todo esto fue posible porque esta obra tenía un sello NFT.
¿Qué es un NFT?
Es la sigla de non-fungible token, o pieza no intercambiable. Un NFT es una tecnología que certifica obras digitales como únicas y originales, inimitables, lo que permite que alguien pueda ser propietario de esa obra y eventualmente, revenderlo si así lo quisiera.
Las noticias de compraventas de NFT con cifras estrambóticas llegaron varias veces a las noticias este año. En febrero, por ejemplo, este GIF de un gato con cuerpo de galletita volando a través de un arcoíris se vendió a US$ 600.000.
Hablé con Ramiro Fernández, periodista y experto en medios digitales, para entender mejor todo esto. "Cuando un artista digital hace un cuadro y lo hace con su tableta o computadora, no hay forma de establecer que tal versión es una original y la que me mandó por mail es una copia. Porque son dos copias perfectas", explica Fernández.
"El NFT lo que hace es decir: esta copia es la copia número uno, es la copia original. Estamos acostumbrados a lo mismo con el arte, cuando se hace una serigrafía, se hace que una es una copia, 1 de 50, 2 de 50, etc. Es una copia limitada. La NFT es similar. Dice: esta es la copia original", contextualiza.
La tecnología blockchain detrás de los NFT
La originalidad de cada NFT está documentada en blockchain, que es la tecnología que se usa para su creación. Para entender cómo funciona este sistema, imaginemos cuando uno compra una casa.
"Cuando uno compra una casa, va a un escribano y ese escribano registra esa compra-venta en un acta", explica Fernández y sigue: "Imaginemos que ese acta es digital, y que cada billete tiene un acta, un libro asociado. En ese libro quedara asentado por dónde pasó ese billete. Que lo tuvo tal, y que fue para tal, y que luego fue usado para pagar tal junto con estos otros billetes. Ese registro digital es el famoso blockchain".
La otra particularidad del blockchain es que toda esa información que va recolectando no está guardada en un solo lugar, sino que está distribuida por todas las personas que intervinieron. Eso es lo que hace la tecnología tan segura.
Así lo explica Olivia Goldschmidt, periodista económica y ex editora de cripto247, un medio especializado en criptomonedas y blockchain: "Lo que hace que sea una innovación muy importante es que sea descentralizada. ¿Qué quiere decir esto? Que no hay una única entidad que las controle, ni un banco, ni un gobierno, ni una institución internacional, nada. Puede aplicarse para una infinidad de cosas. Pero hoy, que estamos viendo apenas los primeros años de esta tecnología, se usa básicamente para cuestiones económicas".
Con ‘‘cuestiones económicas‘‘ Goldschmidt se refiere especialmente a las criptomonedas o monedas virtuales, que en los últimos años vivieron un boom atrayendo a inversores de todo el mundo. Las criptomonedas, como Bitcoin, tienen una cotización que fluctúa constantemente y son totalmente autónomas del sistema financiero tradicional.
¿Cómo es el proceso de creación de un NFT?
Cualquiera puede crear un NFT y el proceso no es tan difícil como parece. El primer paso es tener una billetera cripto, o cripto wallet, para operar en este mercado.
"La primera gran decisión que hay que tomar es en qué blockchain quiere crear su NFT. La más usada y común es la de Ethereum, que también es donde se encontrará un mercado más importante para vender su NFT", explica Goldschmidt. "Antes de arrancar lo que ya tiene que tener es una wallet y algunos pesos para hacerlo porque van a tener que pagar una transacción para enviar el NFT antes de poder venderlo. Hoy una transacción de Ethereum puede costar 50 dólares".
¿Cómo se identifica la originalidad de una pieza digital?
El filósofo Walter Benjamin habló de esto en 1936, en su famoso ensayo La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Benjamin dice: ‘‘Incluso en la reproducción mejor acabada falta algo: el aquí y ahora de la obra de arte, su existencia irrepetible en el lugar en que se encuentra". Termina concluyendo que las reproducciones de una obra no van a contar nunca con el aura del original, un aura que está ligada al momento exacto de su creación.
Benjamin escribió esto en épocas en las que las reproducciones podían ser, por ejemplo, una foto de la mona lisa. Pero una foto de la Mona Lisa es una copia inexacta de la pintura de la mona lisa original, porque no tiene el mismo formato. Uno es una pintura, el otro es una fotografía.
Pero ¿qué pasa en la era digital? Con el arte digital, cuando la obra original es en esencia un código de ceros y unos, sus copias son exactamente iguales. El NFT llega entonces para revalorizar el derecho de autor del artista y el de propiedad del coleccionista en la era digital.
Pero hay una diferencia que hay que aclarar. "Cuando se vende un NFT lo que se vende no es la pieza de arte. No es por ejemplo, un lienzo con una pintura que te llega a tu casa. Sino que es un registro de propiedad de esa pieza", explica Goldschmidt. "Alguien que es dueño de esa obra de arte y lo vende como un NFT, está poniendo a la venta el ser dueño, que es ese registro, y eso es lo que queda establecido en la blockchain. En el espacio digital, cualquier pedazo de información, está sujeta a la famosa herramienta del copy paste, copiar y pegar, puede ser reproducida una infinidad de veces y distribuida a millones de personas con un solo click. Los NFT ponen valor a ser el dueño de una pieza".
Es por esto que los NFTs se pueden hacer sobre cualquier cosa que tenga un valor coleccionable en el mundo digital: esto aplica a la obra de ilustradores y diseñadores, pasando por fotógrafos o creadores audiovisuales, a testimonios de momentos históricos o material exclusivo de una marca o equipo deportivo. Por dar un ejemplo, el dueño de Twitter, Jack Dorsey, vendió como NFT al primer tweet de la historia por tres millones de dólares.
Hay escépticos en torno a toda esta revolución. Hay gente que cree que esto es sólo una euforia del momento, una moda pasajera. Pero si hay algo que queda claro con todo esto es que el mundo está cambiando demasiado rápido. Los NFT existen desde 2015 pero empezaron a recibir atención el año pasado, cuando su mercado se triplicó. Y este año, de golpe, está en boca de todos. Y las posibilidades que abre son infinitas.
"Hace poco Elon Musk vendió una captura de pantalla de un tweet suyo. Y la NBA tiene un proyecto de crear NFTs con jugadas de la NBA, como si alguien hubiese creado un NFT de la jugada del diego en el 86 como un gif o video cortito", dice Goldschmidt. "Esto se está usando para eso, pero esto va a mutar, y yo creo que muy rápidamente".
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