El sector público y el privado de la Argentina enfrentan el desafío de articular una narrativa realista y a la vez atractiva sobre el futuro. El porvenir se construye con hechos… y también con relatos.
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Futuro. Casi todas las encuestas de opinión pública en la Argentina incluyen la pregunta sobre si cree que dentro de un año la situación del país será mejor o peor que la actual. Peor, contesta la mayoría. ¿Y cómo cree que será su situación económica personal? Mala, peor que la actual, confirman. Así, sin matices ni paliativos. Y cuando se le pregunta al segmento más joven si considera irse del país, la respuesta es abrumadora: sí, sin dudas. Muchos, muchísimos desesperanzados se irían. El futuro parece obturado.
El escenario plantea desafíos enormes. En el corto plazo, el gobierno recibe el mayor impacto de la desesperanza: si no ofrece futuro, crecen las chances de que los votos huyan a otras playas. La oposición tiene la oportunidad de atraer buena parte de ellos, pero si se convierten en gobierno, pronto tendrán que satisfacer esas expectativas. Y el stock de paciencia es magro. El sector privado, por su parte, empieza a sufrirlo: el talento emigra en busca de mejores oportunidades y las empresas palpan ya la escasez. Sin futuro, el presente se convierte en pato rengo.
Existe el hoy. El mañana sólo vive en la imaginación de los individuos y de los pueblos como promesa esperanzada o como amenaza. Y cada actor ensaya su propia narrativa:
- El gobierno. Como mayor responsable del presente, es a quien más le urge ofrecer un futuro atractivo. Ensaya una narrativa sobre el “rebote de la economía” (los “brotes verdes” del gobierno anterior) pero tiene la credibilidad herida de muerte. En paralelo, sus facciones defienden en simultáneo un relato esperanzado y otro apocalíptico sobre el acuerdo con el FMI. Es el autoboicot perfecto. Y reincide con una narrativa autorreferencial en la que el héroe es el gobierno, no la gente. Eso cae mal.
- Juntos por el Cambio. Una oposición con chances de ser gobierno hace lo que se espera de ella: explicita que vivimos en la tiniebla y se propone como luz. Difícil equilibrio: si se exacerba la angustia, el mensaje puede terminar contaminando al mensajero. El acierto: en la narrativa, el jugar del héroe lo ocupa la gente. “Ustedes son los protagonistas del cambio”, repiten. El riesgo: la falta de consistencia del mensaje entre palomas y halcones. El gran público se confunde con los grises.
- Los liberales. Sin nada que perder, ensayan un storytelling como el de Juntos por el Cambio, pero con anabólicos: todo está mal y estaríamos mucho mejor si fuéramos gobierno o si al menos alguien nos hiciera caso. Contrafáctico. El enemigo: la casta política (en la que cae también JxC). Los aciertos: indignarse, hablar en blanco y negro y darle el lugar de héroe a la gente, sobre todo a los jóvenes. El peligro: que el tono que entusiasma al indignado extremo, ahuyente al que busca moderación.
- La izquierda. Anclada en el siglo XX, sobrevive sin relato nuevo. Pero le basta para crecer: el indignado que no digiere la retórica liberal, vuelve una y otra vez a la utopía neomarxista. Es comprensible: después de años en el gobierno, al kirchnerismo deja de resultarle natural el rol del antisistema. Y la izquierda opositora toma su lugar. El acierto: el relato indignado, a tono con los tiempos. El desafío: la dificultad para mostrar un mañana atractivo. Y posible.
La política explica el porvenir a su manera, igual que los demás actores sociales. Los empresarios todavía no capitalizan la oportunidad: podrían adueñarse de un relato en el que, después de la sangre, el sudor y las lágrimas, sea posible un futuro mejor. Otra sería la historia.
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Tres preguntas a Peter Diamandis. Es un ingeniero, médico y empresario greco-estadounidense mejor conocido por ser el fundador y presidente de la Fundación X Prize, y cofundador y CEO de Singularity University.
- ¿Por qué te entusiasma tanto la era en la que vivimos?
Vivimos la etapa más extraordinaria de la historia de la humanidad. Vamos a ver la transformación de la raza humana. En cada conversación que tengo con mis amigos, colegas o inversores, se repite una y otra vez una frase como “la gente no tiene idea de la velocidad a la que está cambiando el mundo…” Eso nos da una enorme responsabilidad, porque guiamos hacia dónde van las cosas. Por 30 años tuvimos un crecimiento modesto de la capacidad de procesar datos. Desde 2005 en adelante entramos en una fase de crecimiento disruptivo, exponencial. Caen de golpe los costos de la banda ancha, del procesamiento de datos y de la memoria y sube abruptamente la conectividad global. El efecto de esto es la abundancia: crece la riqueza en el mundo, aumenta la expectativa de vida, baja el costo de los alimentos y de la energía. También cae el analfabetismo, y el transporte y las comunicaciones se hacen más baratos y eficientes. Y lo que más cambió: el costo de acceder al conocimiento, después de Google, es millones de veces más barato que en el pasado. Un chico en Mumbai puede saber casi lo mismo que el presidente de los Estados Unidos.
- ¿Qué consecuencias tiene este momento de abundancia?
Hay muchas preguntas que se derivan de este nuevo contexto de abundancia: ¿cómo vamos a criar y educar a nuestros hijos? ¿cómo vamos a gobernarnos a nosotros mismos? ¿cómo va a ser la conexión entre humanos? ¿cómo van a ser el empleo, el comercio y el entretenimiento? ¿vamos a ser una especie que vive en más de un planeta? Y lo increíble es que esto está sucediendo en pocos años, mientras vive nuestra generación, en los próximos 30 años. Se ve con claridad cuando uno ve un procesador producido por Intel. Si comparamos el que producía en los setenta, en los ochenta y ahora, vemos un aumento de 330 billones de veces en la capacidad de procesamiento de información. Eso explica en buena medida la aceleración de nuestro mundo. Cuando se miran las curvas que muestran la evolución de la velocidad de las computadoras, el crecimiento es exponencial sin interrupciones. No hay guerras, ni recesiones económicas, ni otras variables que modifiquen la tendencia. Es siempre más, no importa lo que pase.
- ¿Qué crees que puede pasar en los próximos años?
Parte del desafío es que la capacidad de procesamiento de información de una computadora está igualando al del cerebro humano, y que en pocos años igualará y superará al de la humanidad entera. Estas computadoras son el fundamento de algo realmente distinto que vendrá luego: realidades como las redes, sensores, robótica, impresiones 3D, biología sintética, las ciencias materiales, la realidad virtual o aumentada, que ya existen, se recombinarán de una manera que producirán consecuencias convergentes inesperadas. Eso transformará nuestro planeta. Meta, Google y otras empresas están empeñadas en lo mismo: en conectar a cada una de las personas que hay en el mundo. Eso va a producir una explosión masiva de innovación como no hemos visto nunca, viniendo de todas partes del mundo. Son billones de personas innovando, pensando, generando respuestas a los problemas en la próxima década. Eso, potenciado por el poder de sus dispositivos: computadoras, teléfonos inteligentes, drones, etc. Esto es único.
Las tres preguntas a Peter Diamandis se tomaron de la presentación “The Transformation of Humanity”, dada originalmente en el contexto de TEDxLA. Para acceder a la charla completa podés hacer clic acá.
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Epistolario. Las cartas que le escribió Jeff Bezos durante más de 20 años a los accionistas de Amazon son célebres. Desde la primera, en 1997, cuando la compañía comenzó a cotizar en bolsa, hasta la última, en 2020, Bezos dejó el cargo de CEO. Este artículo de Sebastián Campanario resume Amazon Desatado, la biografía del gran Jeff, en la que sus cartas son una parte central. La fórmula del éxito parece ser una combinación de foco en el largo plazo, decisiones ágiles y altos estándares.
Largo plazo: muchas compañías piensan en el repago en 3 años. Si una piensa en recuperar su inversión en 7, prácticamente no tiene competencia. Decisiones ágiles: hay decisiones A y B. Las A no tienen vuelta atrás, y son muy pocas. Las B son todas las demás. El error es esperar a tener 90% de la información para tomar decisiones B. Eso quita agilidad a las empresas. Altos estándares: motivación del primer día. El día 2 ya es declive. Bezos, brillante. Inspirador.
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Academia. El futuro es materia de estudio. Este artículo acude a metodologías prospectivas de las ciencias sociales para estudiar la imaginación de futuros personales. Sobre la base de la investigación psicológica y sociológica, el texto se enfoca en los potenciales y desafíos en tres grupos temáticos: (1) El rol de las narraciones sobre el futuro para obtener relatos personalmente significativos; (2) La experiencia y el significado del tiempo, y su impacto en las narraciones sobre el futuro; (3) Espacios de participación de la imaginación en la coconstrucción de narrativas futuras. Mucho nuevo bajo el sol.
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Oportunidades laborales
- Visa abrió la búsqueda de Corporate Communications Manager. LINK.
- Aeros busca Head of Marketing & PR. LINK.
- Johnson & Johnson mantiene activa la búsqueda de Communications & Public Affairs Analyst. LINK.
Hasta acá llegamos esta semana. Todas tus ideas, propuestas o consultas son bienvenidas. Podés escribirme a [email protected]
¡Hasta el miércoles que viene!
Juan
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