Son más infelices, viven estresados y experimentan mayores niveles de inseguridad. A casi la mitad de los niños más pobres jamás le contaron un cuento. Son algunos de los resultados de un informe sobre los problemas ocultos de la pobreza que se presentó en el marco del Foro Pobreza y desigualdad “escondida”.
“Ser indigente o pobre tiene un alto costo psicológico”, dice Agustín Salvia, director de Investigación del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA. Y es una de las conclusiones de un nuevo informe que presentó ayer sobre los problemas ocultos de la pobreza.
La Encuesta de la Deuda Social, que apunta a medir los aspectos invisibles de la pobreza, revela que la infelicidad y el malestar psicológico prácticamente se duplican entre los indigentes y los pobres cuando se los compara con el de la población de 18 años o más considerada “no pobres”.
El "malestar psicológico" llega al 35% en los indigentes y al 30% en los pobres. Entre los no pobres es el 15%.
Entre los más pobres (indigentes), el 14% dice sentirse “nada o poco felices en su vida” contra el 6% de los no pobres y el 7% de la población total.
Bienestar subjetivo según pobreza por ingresos
Los indicadores invisibles de la pobreza infantil arrojan cifras aún más desoladoras: a casi la mitad de los niños más vulnerables (48%) jamás le contaron un cuento, casi un tercio (29%) comparte cama o colchón, más de la mitad (55%) no tiene libros infantiles en casa y al 30% de chicos entre 1 y 12 años no le celebraron su último compleaños.
Mirando a los indicadores de déficit en el espacio de la información, la encuesta de la UCA muestra que el 77% de los chicos más pobres no tiene una biblioteca en casa, el 75% no tiene acceso a internet y dos tercios (67%) ni siquiera tiene una computadora.
Para comparar, en los estratos medios profesionales, el 80% tiene biblioteca en casa, casi el 100% tiene una computadora y el 98% tiene acceso a internet.
Déficit en la estimulación emocional e intelectual
Otras cifras relevantes
El bienestar subjetivo según la pobreza multidimensional varía de acuerdo a los niveles de carencias (cloacas, agua, luz, trabajo, acceso a transporte público, etc. etc. etc.).
- Por ejemplo, entre los que sufren tres o más carencias, el malestar psicológico llega al 30%, contra el 11% de quienes no sufren carencias.
- La infelicidad llega al 11% entre los más carenciados, contra el 3% de los que están mejor.
- El "bienestar subjetivo" en la población no sólo difiere de acuerdo a los niveles de pobreza. También varía por género. El malestar psicológico es mayor en las mujeres (22%) que en los varones (15%) y es mayor entre quienes viven en una villa (30%) que los que no (17%).
- Las mujeres también son más infelices (19%) que los hombres (17%)
El malestar psicológico y la infelicidad también aumenta entre quienes no realizan actividades físicas, no tiene amigos y están lejos de un familiar cercano.
- Alrededor del 22% de los que no hacen actividad física dicen sentir malestar psicológico y poca satisfacción con la vida, versus el 13% de los que hace algo al menos una vez por semana.
La manera tradicional de medir la pobreza
Los gobiernos y organismos internacionales en general miden la pobreza en términos de ingresos. En Argentina, el INDEC mide la pobreza en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Y define que son pobres aquellos que tienen un ingreso familiar inferior a la Canasta Básica Total (CBT), que está compuesta por la Canasta Básica de Alimentos y por un componente no alimentario (vestimenta, transporte, educación, salud, etc.).
Para calcular la incidencia de la pobreza se analiza la proporción de hogares cuyo ingreso no supera el valor de la CBT; para el caso de la indigencia, la proporción cuyo ingreso no superan la Canasta Básica de Alimentos.
Según el último informe del INDEC, el índice de pobreza en la Argentina fue de 25,7% al cierre del segundo semestre de 2017.
Lo importante
El informe que presentó Salvia es parte de una esfuerzo del Observatorio de Deuda Social de explicar a la sociedad que la pobreza no es sólo un problema de ingresos, sino que también de factores subjetivos. “Queremos mostrar los aspectos más escondidos de la pobreza. Hay aspectos básicos como tener agua, cloacas, trabajo. Pero tener eso no es todo para mejorar y salir de la exclusión y la desigualdad”, dice Salvia.
Y agrega que tener asistencia psicológica es más importante para los pobres, pero es visto como un lujo en materia de salud pública.
Las conclusiones las presentó en el marco del Foro Pobreza y desigualdad ‘escondida’ que organizaron junto al Banco de desarrollo de América Latina (CAF). El objetivo es buscar las mejores herramientas para medir la pobreza, dado que es un fenómeno complejo que exige nuevas formas de abordar el problema, lo que es un desafío para el desarrollo de buenas políticas públicas.
¿Querés saber más?
- Acá están las presentaciones de Agustín Salvia en el Foro de Pobreza y desigualdad ‘escondida’. Innovación social y nuevas herramientas de medición.
- Acá están los informes anuales del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA.
- Si querés ver las cifras oficiales del INDEC, este es el link.
Foto: Red de Comunidades Rurales