Enrique Plantey (40 años) es oriundo de Neuquén y practica esquí adaptado, disciplina en la que ha representado a la Argentina en tres ediciones de los Juegos Paralímpicos de Invierno: Sochi 2014, PyeongChang 2018 y Beijing 2022, donde consiguió el mejor resultado para nuestro país obteniendo dos diplomas paralímpicos por primera vez.
Mariano Tubio (45) es vecino de Berazategui y también se destaca en el deporte adaptado: es golfista y participó en torneos en Estados Unidos y Europa. Entre varios logros, en el 2018 se consagró Campeón Mundial de Golf Adaptado en Mallorca, España.
Más allá del deporte, ambos amigos tienen otra cosa en común: los dos se movilizan en silla de ruedas debido a accidentes de tránsito. Y comparten algo más: el deseo de ayudar a que otros usuarios de sillas de ruedas cuenten con más facilidades para desplazarse en el día a día. Para eso fundaron 3PI Mobility, una empresa que fabrica acoples que transforman las sillas de ruedas en bicicletas.
Además de brindar un producto que mejora la movilidad y la autonomía de las personas con discapacidad, en el sitio web de la empresa cuentan: “Buscamos un cambio de percepción no sólo en nuestros usuarios sino también en quienes no cuentan con una discapacidad, generando así una revolución integradora y del movimiento urbano”.
Origen
La iniciativa comenzó a desarrollarse en 2014, luego de que Tubio le prestara a Plantey un dispositivo similar fabricado en Estados Unidos. El producto consiste en una rueda delantera y un manubrio que se puede acoplar y quitar de manera muy rápida y sencilla a una silla de ruedas. El uso de este tipo de acople les permite a los usuarios de silla de ruedas transitar sin tanto esfuerzo, evitando ensuciarse y lastimarse las manos al impulsar las ruedas y previniendo lesiones de hombros que suelen generar los desplazamientos sobre veredas y calles, que suelen presentar barreras de accesibilidad, como escalones, pendientes o terrenos irregulares.
Plantey pensó en fabricar algo similar en la Argentina, pero con un menor costo económico, para que más personas pudieran comprarlo.
“3Pi Mobility nació de casualidad. Mariano y yo tenemos algo en común y es que ambos queremos optimizar lo más posible nuestra movilidad. Cuando nos conocimos, yo tenía muchas ganas de andar en bicicleta y a pesar de que había opciones acá de bicicletas adaptadas (triciclos que no eran funcionales ni prácticos) ninguna me convenció. Mariano me prestó por unos días el acople que había conseguido en Estados Unidos, lo probé en la Ciudad de Buenos Aires y me encantó: es muy práctico, se podía poner y quitar de forma rápida y te permitía guardarlo en el auto. La gente me paraba en la calle y me preguntaba dónde lo había comprado o dónde lo podían conseguir”, recuerda el esquiador.
Producto industria argentina
“El acople que fabricamos —describe Plantey— permite elevar las ruedas delanteras de las sillas y lograr así un mejor rodaje. En general, con las sillas de ruedas pasa como con los cochecitos de bebés, que suelen trabarse, y como consecuencia la silla se voltea hacia adelante produciendo caídas. Con el acople esto se puede evitar ya que las ruedas traseras de las sillas y la rueda del acople quedan como apoyo para un mejor traslado”.
La estructura del producto que lograron desarrollar Plantey y Tubio es 100 % producido en la Argentina, salvo por sus baterías, que son traídas de Japón, ya que tienen una mejor calidad y duración (hasta un 50 % más de autonomía que otros modelos).
Desde que tuvieron la idea de desarrollar este dispositivo e hicieron el lanzamiento del producto final pasaron cinco años y cuatro prototipos distintos. “Pasamos por diferentes etapas. Subestimamos al producto porque pensamos que era algo fácil de fabricar en la Argentina. Nos pusimos como objetivo fabricar un producto de calidad, pero que a la vez se acercara al bolsillo de la gente. Y que fuera universal: que se pudiera acoplar a cualquier tipo de silla de ruedas que exista”, narra Plantey.
Lo primero que hicieron fue recurrir a un herrero de la zona norte del Gran Buenos Aires. “Nos hizo un prototipo que era funcional, pero no acoplaba con todo tipo de sillas de ruedas. Luego invertimos más en lo que era el proceso y contratamos ingenieros, con los cuales también fracasamos en distintos intentos, ninguno nos convenció por distintos motivos. Queríamos un acople que le sirviera a una persona con paraplejia, cuadriplejia, a alguien amputado, niño o adulto mayor”, agrega Plantey.
Finalmente, se asociaron con dos diseñadores Gregorio Newman y Tomás Lopez, del estudio de diseño Pivot, con quienes alcanzaron la versión deseada.
“Teníamos muy en claro el producto que queríamos comercializar, por eso íbamos rebotando los productos que salían de los diseñadores previos. En este estudio supieron interpretar lo que queríamos a partir de nuestra experiencia como usuarios”, señala Plantey.
En 2018 salió a la venta el acople en su versión manual (la Toruk M1), que cuenta con pedales a la altura del manubrio para moverlos con las manos. Un año más tarde lanzaron el acople eléctrico (la Toruk E1), que no tiene pedales.
De ambos modelos, tanto del manual como del eléctrico (su fabricación y armado se produce en Buenos Aires), ya sacaron dos versiones. En cuanto a la Toruk manual, produjeron y vendieron 70 bicicletas en la primera versión, mientras que para la segunda produjeron 150 y vendieron más de 100 unidades. Con respecto al modelo eléctrico, en su primera versión, vendieron las 75 que fabricaron, mientras que en una segunda instancia produjeron 300, de las cuales vendieron la mitad.
“De la Toruk 1 a la Toruk 2 hubo muchos cambios: con la práctica nos dimos cuenta de cosas a mejorar del primer modelo”, aclara Plantey. Cambios como una luz integrada, la posibilidad de que se pliegue, una mejor batería y que el acople fuera apto para personas con cuadriplejia.
El modelo manual se vende hoy a 1.500 dólares, mientras que el modelo eléctrico está a 2.000 dólares. Dispositivos similares de Estados Unidos o Europa cuestan aproximadamente el doble.
Aunque lograron un modelo que se adapta a la mayoría de los usuarios, Plantey aclara que “existen modelos antiguos de silla de ruedas que no permiten que se acoplen las bicicletas, debido a que se requiere de un mínimo de fuerza que ejerce el acople sobre la silla”. En contrapartida, destaca que el producto cuenta con un volante regulable y un diseño que permite guardarlo en lugares pequeños.
A su vez, los emprendedores trabajan en una bicicleta híbrida que permita tener la opción del uso manual como eléctrica en el mismo acople.
Impactos positivos
Los creadores de 3PI Mobility destacan que para todos los usuarios de silla de ruedas estos dispositivos son una gran herramienta que les brinda libertad e independencia, ya que facilitan la movilidad, al contar con apoyos en sus partes trasera y delantera, lo que permite recorrer la ciudad sin depender de otras personas que los ayuden. Además, las bicicletas de este tipo ayudan a los usuarios a ejercitarse y a mejorar la respiración.
También contribuyen a una mayor inclusión de personas usuarias de silla de ruedas. Por ejemplo, en el caso de Romeo, un niño de 11 años con discapacidad motriz. Su padre destaca que gracias a este acople, puede salir a andar en bicicleta junto con sus hermanos, como uno más del grupo.
Mariano (40) tiene una lesión en la médula espinal y obtuvo la Toruk E1 a través de su obra social. Hoy en día sale a pasear por su barrio y disfruta de ir a todos lados con autonomía. “Voy a dar una vuelta y a disfrutar del paisaje con la bici que te lleva a todos lados, ¡la recomiendo!”, exclama desde Sierra de Los Padres, en la provincia de Buenos Aires.
Por su parte, Manuel, quien es tenista y viaja por el mundo para competir, utiliza la Toruk manual hace dos años. “Nunca pensé que podría andar en la nieve”, cuenta orgulloso desde Italia, con la nieve de fondo.
Nora usa desde hace dos meses una Toruk eléctrica, la cual cuenta que le brindó libertad y autonomía. Dice que ahora puede transitar lugares que con la silla de ruedas son muy difíciles de recorrer. “Me cambió la vida. El ahorro de energía es importantísimo, y ahora puedo pasear por caminos sinuosos como lo son los bosques, que de lo contrario no podría», cierra feliz para continuar su recorrido por el bosque energético de Miramar, donde vacaciona junto a su familia.
En busca de financiación
Desde 3PI Mobility buscan permanentemente alianzas que permitan brindar facilidades de pago a sus clientes (por ejemplo, contactaron a un banco provincial, sin éxito hasta ahora). De todas maneras, según cuenta Plantey, “la mayoría de las personas obtiene el acople mediante las obras sociales, que en general cubren en 100 % de su costo total”. A su vez, quienes no tienen obra social o prepaga y abonan en efectivo reciben un 30 % de descuento.
Para desarrollar sus productos, la empresa recibió un crédito para pymes otorgado por el Ministerio de Trabajo de la Nación. Para cubrir ese crédito, necesitan vender cinco unidades por mes.
Se puede contactar a 3PI Mobility por correo electrónico, mediante WhatsApp o por sus redes sociales (3pimobility).