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¡Buenos días! Hoy queremos contarte de una obra maravillosa. Y extraer de ella ciertas virtudes que se aplican a cualquier trabajo que busque ayudar al otro.
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Los Hogares de Cristo son definitivamente especiales y distintos. Se están multiplicando todo el país. Seguramente se multiplicarán por las fronteras. Tal vez es difícil definir a quiénes presta un servicio o abrazo esta organización. Posiblemente sea a personas con tremendas dificultades por su situación de pobreza, a quienes tienen problemas de adicciones o a aquellas que han sido golpeadas por las circunstancias de la vida.
Además de aplaudir estos hogares, quisiéramos plantear cómo hacen ellos, los que están allí abrazando, para abordar situaciones tan catastróficas, tan complejas desde lo humano, desde las lastimaduras y los daños que ven, desde la marginación donde están. Y si profundizamos se puede hacer un verdadero decálogo: algunos aspectos sirven para cualquier trabajo comunitario, para el servicio al prójimo, al otro.
- Hablan de personas, todo el tiempo. Como la iniciativa nació de la fe, hablan de la persona como algo sagrado, como un templo. La Persona, con mayúscula, tiene un inmenso valor. La persona no es un número, un trámite o una ficha: es una persona. Es una consideración clave para cualquier cosa que queramos hacer para cambiar la realidad de los otros.
- Salen al encuentro. No se quedan a esperar. Porque las dificultades de muchas de las personas que sufren les miden levantarse, y mucho más ir a un lugar o saber dónde y cómo llegar a un sitio de ayuda.
- “La vida como viene”. En tercer lugar, tienen un concepto maravilloso, que hicieron canción: “La vida como viene”. Más allá de los marcos teóricos, cada persona tiene su historia. Y así como viene y se acerca alguien, con todo su dolor, marginación y adicciones, está es la realidad. ¿Esta es la vida que te tocó? Bueno, veamos qué podemos hacer.
- No juzgan ni condenan. De la mano del punto anterior, en este lugar no se juzga a las personas. No hay estigmatización. Este es un eje central para abrazar a los otros.
- Celebran y proponen gestos sencillos. El más destacado es el abrazo. También la mirada. El juntarse, el reunirse con una guitarra. Son gestos sencillos que ellos convierten en importantísimos.
- Acompañan a la persona en todos sus procesos. En lo psicológico, lo médico, lo cultural, lo laboral. Esto es clave. Se necesitan muchos tratamientos paralelos ante tantas heridas tan distintas. Y se necesita acompañamiento:” No se puede pensar en una recuperación plena e integral si quien consume está solo”, dicen desde la organización. No hay soluciones mágicas.
- No están preocupados por controlar. No hay un chequeo permanente ni una evaluación obsesiva sobre los procesos, sobre lo que ocurre. Hay más organización que orden. “No estamos vigilando, estamos acompañando”, dicen.
- Festejan todo el tiempo los pequeñísimos pasos. “Los frutos imperfectos”, dicen. Los “éxitos no inmaculados”. No son enormes pasos, pero el celebrarlos da muchísima fuerza a toda la acción.
- Están comprometidos con la causa. Para llevar a cabo un proyecto así, es necesario de un gran compromiso que permita dar continuidad a las tareas, al mismo tiempo que se contemplan los altibajos y las dificultades de cada persona.
- Son una comunidad. Inventan comunidades todo el tiempo. La diferencia de pensar o no en comunidad es abismal. Piensan en comunidad en todo lo que hacen y dicen. En su desarrollo. No hay personas aisladas. Esta fragancia comunitaria lo generan desde el minuto 1.
Son maravillosas las personas que hacen esto que es el Hogar de Cristo. Más allá de la fe de cada uno, se sabe que Jesús fue una persona que sufrió tremendas heridas. Quienes trabajan en esta organización entienden que hay un Cristo en cada persona que tiene heridas en el día de hoy. Y por eso van a abrazarlos.
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Multiplicación. El Hogar de Cristo se define como una Federación que agrupa a los Centros Barriales que tienen como finalidad dar respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social y/o consumos problemáticos de sustancias psicoactivas, poniendo en primer lugar a la persona y sus cualidades.
Uno de los ejes de su trabajo es la lucha contra las drogas. A propósito, hasta marzo la organización realiza una campaña, con visitas a todo el país. En el inicio de esta peregrinación de varios meses, el cura Pepe Di Paola, dejó una idea que oxigena: “Creemos que los chicos y las chicas cuando encuentran una comunidad organizada salen adelante y son parte de ella. Y son protagonistas indispensables de cada una de ellas. Aquel que se recupera enseguida está pensando en cómo dar una mano a aquel que ve tirado en la avenida, en el pasillo o en la calle. Nadie quiere parecer alguien que terminó su trabajo y se va. Siente la responsabilidad de llevar la buena noticia que es su propia vida a la vida de los hermanos que lo necesitan”.
Un mensaje de
Pan American Energy busca ser un promotor activo en el desarrollo de las comunidades en las que opera. Por ello, lleva a cabo acciones de triple impacto para crear valor económico, social y ambiental a través de la articulación público-privada. Su trabajo en Sustentabilidad se basa en cuatro ejes estratégicos: educación y cultura, salud y deporte, desarrollo local y ambiente. En el último año, con sus 140 programas, la compañía alcanzó a más de 400.000 personas.
Conocé más en pan-energy.com/sustentabilidad
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Hace dos días arrancó el Mundial de Qatar. Y desde hace meses que muchas personas fanáticas coleccionan figuritas de los jugadores que participan en la gran cita del fútbol. En busca de aprovechar la pasión mundialista, Missing Children sacó en estos días una creativa campaña llamada "Los más difíciles de encontrar".
"Se trato de aprovechar el furor del Mundial para poner a la vista de todos la problemática de los chicos perdidos y trazando una analogía entre las imágenes de las figuritas, que cuesta tanto seguir, y los chicos que cuesta tanto encontrar la agencia propuso este desafío de que a través del Instagram se puedan ver caritas de chicos que están faltando hace mucho", explicó Ana Rosa Llobet, presidenta de Missing Children Argentina.
Acá podés ver los rostros de los niños y niñas desaparecidos. A propósito, este fue el tema de la edición pasada de OXÍGENO (te la dejamos acá por si te la perdiste).
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Oportunidad para personas con discapacidad. Ya hablamos en varias oportunidades del extraordinario trabajo de Cascos Verdes, una organización que beca a personas con discapacidad intelectual para que se formen en universidades como educadoras ambientales.
Esta ONG abrió la convocatoria para aquellas personas con discapacidad intelectual que en 2023 quieran formar parte de su Programa de Educación Ambiental, que les permite estudiar de manera gratuita en el ámbito universitario. La propuesta de formación tiene una duración de cuatro años y cuenta con dos modalidades posibles: presencial en universidades de Buenos Aires o virtual desde cualquier punto del país o el mundo. Al finalizar, reciben el título honorífico de Educador o Educadora Ambiental.
Para conocer más del Programa de Educación Ambiental entrá acá, escribí un mail a esta dirección o contactá por Whastapp al +54 9 11 6472-6130.
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Conmovedor. La historia de Fabián, publicada la semana pasada, ocurrió hace varios años. Pero ahora él quiso contarla para dejar un mensaje de esperanza y resiliencia, Fabián fue diagnosticado a los 14 años con diabetes tipo 1 y desde entonces comenzó a enfrentar obstáculos para su salud, como la necesidad de trasplantarse del riñón y el páncreas y someterse a complejos tratamientos oculares. Pero lo más difícil fue lo que le ocurrió con 30 años: quedó completamente ciego.
Cuatro años más tarde, una operación le devolvió la vista. Y así no solo pudo volver a ver a sus seres queridos, sino también ver a Ezequiel, su cuarto hijo, quien había nacido durante ese tiempo.
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Para finalizar, te acerco cómo cambió la vida de una familia ucraniana que huyó a la Argentina por la guerra. En mayo, Larisa Shaforostova, su hija Sofía, de 4 años, e Illia, el tío de la niña, que tiene 16, lograron escapar de su país y ser recibidos por familiares que habían emigrado años antes a Buenos Aires. Meses más tarde, agradecen estar en la capital argentina, donde disfrutan de tranquilidad y la contención familiar. Amnistía Internacional, que trabajó en facilitar la llegada de estas personas refugiadas, hizo un documental sobre el periplo desde que escaparon de la guerra hasta sus días de paz en Argentina. Podés verlo acá.
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un gran abrazo.
Juan y David
