En 2024, las ventas para el Día del Padre en Argentina sufrieron una notable disminución del 10,2 % en comparación con el año anterior, lo que reflejan los desafíos económicos que el país sigue enfrentando. Pero la crisis no solo trajo una baja en las ventas, sino nuevas tendencias, con la de las compras colectivas.
Según un informe realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el retroceso en las ventas se observa a pesar de las numerosas estrategias promocionales implementadas por los comerciantes para incentivar las compras en una economía marcada por una inflación anual del 276,4%. El estudio de CAME revela que el ticket promedio de compra alcanzó los 31.574 pesos, cifra que duplica la del año anterior, pero que implica un retroceso si se aplica la inflación anual.
El informe también destacó un cambio en el comportamiento del consumidor, con un notable incremento en las compras colectivas. Esta tendencia, en la que varios miembros de una familia se unen para realizar un regalo conjunto, refleja un esfuerzo por optimizar los gastos y obtener el máximo valor posible de cada compra, una estrategia directamente relacionada con la situación económica actual.
“Hubo poca gente en las calles, y varias compras colectivas de calzado entre varios miembros de la familia, que se juntaron para adquirir un buen producto”, dijo al respecto un comerciante de San Miguel de Tucumán.
En detalle, el sector de indumentaria fue el único que mostró un desempeño positivo, con un aumento del 11,1% en las ventas. Este crecimiento se atribuye a una combinación de factores tales como una base de comparación baja del año anterior y estrategias comerciales efectivas que incluyeron descuentos y promociones de financiación. Las tiendas de ropa lograron atraer a los consumidores manteniendo los precios por debajo del promedio inflacionario, lo que sugiere una adaptación del sector a las condiciones económicas predominantes.
En contraste, el rubro de cosmética y perfumería experimentó una caída del 37,4%, la más severa desde la pandemia. Los comerciantes del sector optaron por manejar inventarios limitados ante la expectativa de baja demanda, concentrándose en ofrecer productos de segunda marca y descuentos significativos. Sin embargo, estas medidas no lograron revertir la tendencia negativa, evidenciando una disminución en el interés de los consumidores por estos productos durante la celebración.
Para el comercio minorista, la coincidencia de la celebración con un fin de semana largo no resultó favorable. El 77 % de los negocios consultados expresaron que, aunque esperan que esta fecha ayude a mejorar las ventas del mes, es probable que no compense totalmente el declive general frente al año anterior. Este sentimiento fue compartido por un amplio margen de comerciantes, quienes ajustaron sus expectativas y estrategias de ventas en consecuencia.
Desde el punto de vista geográfico, la caída en las ventas fue uniformemente distribuida en todo el país, con 157 comercios participando en el estudio de CAME.