Mates de calabaza o de madera, dejar reposar o no dejar reposar, sacar el polvo y usar pava eléctrica o agua calentada en una hornalla: muchas son las discusiones sobre cuál es el mate perfecto. Quizás incluso les haya pasado (como a mí) que alguien no quisiera revelar su truco y lo prepare a escondidas.
Sin dudas, su preparación es distinta de región a región, y también lo es su historia. Según el antropólogo uruguayo Gustavo Laborde, el ritual alrededor del mate existe desde hace unos tres siglos. Para muchos de los países de América del Sur, es una parte central de la cultura. Por eso, el 30 de noviembre se celebra en Argentina el Día Nacional del Mate.
Por qué se celebra
El Día Nacional del Mate se celebra en Argentina desde el 2015 cuando fue establecido por el Senado y Diputados de la Nación Argentina, por lo que se promulgó la Ley 27.117. La fecha fue elegida en conmemoración al nacimiento de Andresito Guasurarí, gobernador de origen guaraní de la provincia grande de Misiones de 1815 a 1819. Además de fomentar la producción e impulsar la comercialización de la yerba, Guasurarí fue el único gobernador de población originaria de la historia argentina.
Mate en Paraguay
Los primeros registros oficiales del consumo de mate hechos por los españoles datan de regiones en lo que hoy es Paraguay (aunque las poblaciones nativas lo consumían hace tiempo). Debido a esto, los europeos incluso bautizaron al producto como "yerba del Paraguay". El uruguayo Javier Ricca, autor del libro El mate, considera que esta región es la responsable de la propagación de la yerba por el sur de América.
El consumo de mate era tan venerado entre las poblaciones originarias (consideraban que tenía múltiples beneficios para la salud) que los españoles empezaron a desconfiar, hasta que en 1610 la Inquisición de Lima prohibió esta "sugestión clara del demonio". Acusaciones de esta gravedad implicaban fuertes consecuencias: en Asunción se impusieron penas de 100 latigazos para los "indígenas" y 100 pesos de multa para los españoles que consumieran o traficaran yerba, tal como cuenta cuenta el argentino Jerónimo Lagier en el libro La aventura de la yerba mate: más de cuatro siglos de conocimiento.
Sin embargo, con el correr del tiempo, el récord histórico de producción sería cedido a uno de los países vecinos: Argentina.
Mate en Argentina
Argentina lidera la cantidad de producción y exportación de yerba mate: en 2023 produjimos 242 millones de kilos y exportamos 5.087.652. Sus principales destinos son Siria (72 %), Chile (14 %), Líbano y Estados Unidos (2 %), según los informes del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
Además, la BBC reconoce que el mate se asocia internacionalmente con Argentina, a pesar de tener una larga historia en otras regiones. En línea con su vocación de compartir el mate con el resto del mundo, el futbolista Julián Álvarez les enseñó hace poco a preparalo a sus compañeros del Manchester City (Reino Unido):
El autor Lagier explicó que "Argentina se caracteriza por tener muy buenos departamentos de marketing y venta de sus productos en todo el mundo", además de participar en ferias internacionales de promoción y ser el mayor consumidor en volúmenes absolutos. Pero cuando se trata de consumo per cápita, perdemos la competencia ante nuestro vecino Uruguay.
Mate en Uruguay
Con 3 millones de habitantes, Uruguay es el país donde se registra el mayor consumo de yerba mate. La cifra es de 2,9 millones de kilos al mes, lo que totaliza 34,8 millones de kilos anuales. Estas cifras implican que los uruguayos consumen alrededor de 10 kilos de yerba mate per cápita al año.
Pasando de las diferencias a las similitudes, los uruguayos comparten con los argentinos de provincias del litoral la costumbre de llevar el mate a todos lados: paseando por la calle, manejando, comprando en el supermercado e incluso andando en bicicleta.
El antropólogo uruguayo Daniel Vidart comenta que este carácter público del consumo de mate es un fenómeno relativamente reciente, y que llegó a convertirse una insignia social y un símbolo de rebeldía durante el gobierno militar de 1973 a 1985.