La narrativa romántica se renueva entre feminismos y diversidades sexuales mientras Florencia Bonelli lleva vendidos más de tres millones de ejemplares en un país de 44 millones de habitantes. Y además: cómo escribir sobre el amor, citas por videollamada y tres respuestas de Alexandra Kohan. ¿Todo listo para festejar el 14 de febrero?
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Novela romántica entre feminismos y diversidades sexuales. “Si ves los números de ventas, las autoras que más venden ficción en la Argentina están dentro del género romántico”, dijo Florencia Cambariere, directora literaria de Penguin Random House de Argentina, en una reciente conversación del Festival Historias Que Enamoran.
Florencia Bonelli, por ejemplo, es la autora que más se lee en la Argentina: lleva vendidos más de tres millones de ejemplares en un país de 44 millones de habitantes. Como el Indio Solari, da poquísimas entrevistas (le dijo NO a esta newsletter) y es un fenómeno popular que despierta fanatismos. Hacer el promedio de libros de Bonelli por cada habitante argentino es… bueno, un poco estremecedor.
Así las cosas, este domingo es el Día de San Valentín y está bien visto, entre mis amigos, no festejarlo. Piensan que es una cursilería. Pero a mí me gusta el desafío de festejarlo sin ser cursi. Los tiempos están cambiando…
… y también para la narrativa romántica, que se renueva entre feminismos y diversidades sexuales. “Hay cambios en los lectores”, dice Gloria V. Casañas, cuya novela En el huerto de las Mujercitas rinde homenaje a Louisa M. Alcott. “Esto vino con fuerza en los tiempos que corren, porque la realidad es que los lectores ‘viven’ las novelas y se identifican con los personajes”.
Para Gabriela Exilart —cuyo último éxito es En la arena de Gijón—, “la literatura romántica ha dejado atrás los estereotipos clásicos (chica pobre, bella y excesivamente buena; hombre rico, valiente y posesivo que se transforma gracias al amor), si bien hay todavía un resabio de esa estructura”. Como autora, Exilart sitúa a sus personajes en diferentes períodos de la historia argentina, o entre problemas ambientales, de género y de discriminación, y quiere que sus novelas reflejen una realidad compleja. “Desde el siglo pasado”, dice, “la mujer viene luchando por sus derechos y su lugar en la sociedad, y eso no puede quedar eclipsado en favor de una historia romántica, porque en muchos casos, esa estructura nos hace caer, inconscientemente, en la violencia de género. La pareja clásica y estereotipada ya no funciona”.
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Cómo escribir sobre el amor (I). Igual, ojo: es difícil escribir sobre el amor. ¿La clave? “La autenticidad”, retoma Gloria V. Casañas. “Si no nos emocionamos con nuestra trama, no podemos pretender emocionar al lector”. Y Gabriela Exilart: “Que sea verosímil, no quiero cuentos de hadas”.
El desafío —como en toda escritura— es no caer en lugares comunes. Y transmitir algo. Hace un tiempo conté mi propia love story, sin ironías, a corazón abierto, en el libro Camino al Este [*] y alguien a quien le hablé sobre mi proyecto, uno de mis maestros más admirados, me advirtió: “¡Hacer eso es muy peligroso!”. Pero, pienso, no puede ser que la única manera de escribir sobre el amor sea ocultándonos tras capas de cinismo... (continuará)
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Citas 2021. ¿Cómo tener una primera cita por videollamada? 😲 Es la gran pregunta de este Día de San Valentín 2021. Enamorados y no tanto pueden hacerlo: yo creo que más allá del amor, San Valentín se trata de tener una buena cita. Sea con chocolates envasados en cajas con forma de corazón, o con tragos para dos que llegan a tu casa por delivery desde tu bar favorito o con, ejem, sexting, weed y ambientación de Spotify.
happn —la dating·app utilizada por 3,7 millones de personas en Argentina y por 100 millones en todo el mundo— agregó una función de videollamada e hizo, un tiempo atrás, una encuesta de usuarios argentinos. “Gran parte de las etapas que atravesamos antes de conocer al otro en ‘carne y hueso’ están presentes en el ritual de la cita por videollamada”, dice Marine Ravinet, Head of Trends de la compañía. “Es la razón por la cual esto recibió tanto apoyo durante la cuarentena. Teníamos la impresión de volver a sentir la emoción de la primera cita, pero desde casa”.
Además, happn preguntó a sus usuarios cómo imaginaban una primera cita por videollamada:
- 85% respondió que prefería un estilo natural, sin maquillaje.
- Casi uno de cada 2 prefiere las charlas largas durante la primera videollamada.
- El 41% de los happners disfrutan de un “happy hour” y brindan a distancia con su date.
- Y un 50% prefiere mirar una película juntos, a distancia.
Y para este Día de San Valentín, happn hizo una segunda encuesta entre usuarios argentinos...
- … y: casi una de cada dos personas solteras dice haber experimentado una ruptura amorosa en 2020.
- Pero: 9 de cada 10 solteros piensan que encontrarán el amor en los próximos meses.
- Por último: No hay presión para el Día de San Valentín… 37% considera que el 14 de febrero es un día normal.
Ah, y ésta es mi propia encuesta de Instagram:
- Leé una entrevista con Didier Rappaport: Una cita con el creador de happn
- Leé cómo las dating·apps lo están cambiando todo: Tinder, Happn, Grindr, Bumble...: cómo sobrevivir al apogeo de las 'dating apps'
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Tres preguntas a Alexandra Kohan. En su libro Y sin embargo, el amor la psicoanalista defiende el deseo frente a la obligación de estar felices y a la ilusión de que es fácil deconstruirnos.
- ¿Cuál es la clave del éxito de una primera cita en 2021?
“Clave del éxito” es lo que se encuentra en los manuales de autoayuda. Y no hay nada menos exitoso que el encuentro amoroso o sexual. Y que no sea exitoso no quiere decir que sea lo contrario (un fracaso), sino que no es el registro para medirlo. Si hay encuentro, quedan diluidas esas categorías ideales de “éxito/fracaso”. Creo que el encuentro con otro sólo puede producirse en la medida en que haya disposición a la contingencia, a lo incalculable y eso incluye, por supuesto, el desencuentro y el malentendido. Suponer que hay una clave no hace sino dejarnos más solos.
- ¿Por qué todavía hoy, en tiempos de libertad discursiva, a muchos y a muchas les cuesta aceptar que su pareja quiera terminar la relación?
Me cuesta muchísimo generalizar. Diría que son épocas en las que esos discursos confunden libertad (que ya no sé bien qué es) con prescindencia. Se confunde todo el tiempo el plano de la necesidad (“yo no necesito a nadie”) con el de las ganas (“tengo ganas de estar con alguien”). Se puede no necesitar a alguien y tener ganas de estar con alguien. No veo que sea mejor que no nos afecte cuando el otro ya no nos ama. Si eso no afecta, no es libertad, sino cinismo. La afectación, en el sentido de los efectos que tiene el lazo con otros, está siendo muy bastardeada. Se nos insta todo el tiempo a no sentir nada, a estar anestesiados a que nada nos toque. Y eso va rompiendo cada vez más el lazo social que ya está bastante resquebrajado en general.
- ¿Qué fue lo mejor que leíste últimamente?
Me cuesta elegir entre tanta buena literatura que leí en el verano. Me puse al día con lecturas pendientes: leí El entenado, de Juan José Saer y me entristece que ya no me quede mucho de Saer por leer. De lo actual, leí y me gustaron muchísimo Trance, de Alan Pauls; Sangre en el ojo, de Lina Meruane; El último Falcon sobre la tierra, de Juan Ignacio Pisano; Las primas, de Aurora Venturini; Los llanos, de Federico Falco; No es un río, de Selva Almada. También leí poesía de Osvaldo Bossi y de Anne Carson.
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[*] Cómo escribir sobre el amor (II). Quisiera retomar este punto antes de que de verdad llegue San Valentín, y dejar una línea sobre mi trabajo en torno a la narración del amor y del desamor en Camino al Este… o incluso en notas cómo El amor en los tiempos del coronavirus.
Porque no fue nada fácil encontrar el tono para contar, en Camino al Este, una historia de amor sin laberintos, sin mindfuck, sin traiciones. Hay mucha literatura, y muy buena, sobre ese amor que te carcome el corazón y te estropea el cerebro. No hay tanta sobre el amor próspero, silvestre, compañero… que también incluye dilemas, aventuras, sexo, encuentros y desencuentros, y más encuentros (¿por qué nos cuesta tanto sentarnos a narrarlo?).
Como suelo buscar referencias a la hora de escribir, pasé varios días en eso hasta que encontré tres libros que me sirvieron de modelo. Los dejo por acá, porque estoy seguro de que a alguien más le van a servir:
- Di su nombre, de Frank Goldman.
- Una novela rusa, de Emmanuel Carrère (aunque creo que va mejor algo de él que leí después: Nueve crónicas para una revista italiana — está en Conviene tener un sitio adonde ir).
- Felices los felices, de Yasmina Reza.
Si los leíste, sabés que tienen su dosis de tragedia. Pero el modo en que está contado ese andar juntos se parece bastante a la realidad.
- Soy todo oídos (y ojos): ¿qué otro libro de amor cotidiano, ¡no cursi!, me podrías recomendar? 💜😉
Cambiando de tema, Rosario Hubert, que es una globetrotter y una lectora de SIE7E PÁRRAFOS, me mandó esta foto y el texto que sigue, sobre un gran hallazgo que hizo (a propósito de la newsletter de la semana pasada, de olas & surf):
En Quequén existe un circuito de autores surfistas locales. Playa ventosa al sur de Mar del Plata, destino ideal para el deporte y la contemplación, claramente dio frutos en papel. Confieso que no he leído nada, pero que en cada ida al almacén Las Mellizas, me escapaba a la góndola literaria para chusmearlos…
Mis amigos surfers me dicen que Marchetti es de la primera camada de surfistas locales y que desentraña varios de los mitos sobre la tribu. Y que escribe muy bien.
👏🏼👏🏼👏🏼
- ¿Conocías este minigénero de novelas surfistas?
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