¿Es posible recuperar todo el carbón quemado y producir energía de forma sostenible? La gestión forestal sostenible tiene todas las respuestas y permite una nueva forma de minería en Asturias.
Durante los dos últimos siglos las minas asturianas aportaron entre el 50-70 % de la producción de carbón nacional. La Primera Guerra Mundial y el aislamiento energético del país a mediados del siglo XX convirtieron este recurso en estratégico. Ahora, setenta años después, es la primera vez que Asturias consume más energía de la que produce.
El cese de esta minería, positiva en emisiones de carbono, impacta en la sostenibilidad del territorio provocando graves problemas sociales y económicos. Tantos años de actividad dejaron evidentes muestras de degradación ambiental, acentuadas por el uso anárquico de los recursos agroforestales vinculados a una economía de subsistencia.
La descarbonización cierra una puerta, pero abre otra hacia una nueva gestión más conectada con los valores sociales, económicos y ambientales actuales. Los bosques mineros, aquellos que crecen hoy sobre los otrora pozos de carbón, adquieren protagonismo en la transición energética gracias a su capacidad para capturar dióxido de carbono.
Conseguir en las cuencas mineras el balance neutro de carbono mediante la gestión forestal sostenible se llama minería inversa y constituye un elemento clave para abordar una transición justa.
Los servicios ecosistémicos en la gestión forestal
Los servicios ecosistémicos son múltiples beneficios que la sociedad obtiene de la naturaleza, de forma directa o indirecta, satisfaciendo sus necesidades y mejorado la calidad de vida de las personas.
Buena parte de la importancia del concepto radica en que permite comprender el territorio desde una perspectiva integradora. Una planificación territorial que considere simultáneamente todos los beneficios que proporcionan los ecosistemas dará respuesta a la sociedad.
La Nueva Estrategia de la UE en favor de los Bosques para 2030 identifica la gestión forestal sostenible como una herramienta necesaria para optimizar estos servicios, cuyo valor se reconoce cada vez más en términos económicos.
El carbono que absorben los bosques
La absorción de carbono es un servicio ecosistémico de regulación climática que prestan los bosques a la sociedad, siendo el fundamento de los mercados de carbono que organizan las transacciones económicas entre emisores y captadores de CO₂.
España es pionera en implantar estos mercados mediante los registros de huella de carbono, promoviendo la compensación con mecanismos de gestión forestal sostenible.
Tasar el carbono absorbido por los bosques supone un doble estímulo económico. El emisor encuentra un aliciente para ahorrar, reduciendo su huella de carbono, mientras que el captador obtiene una renta por el servicio prestado. No en vano, la certificación europea sobre carbono reconoce no sólo la calidad, en términos ambientales, de las actividades de secuestro, sino también su valor económico y beneficios derivados de la protección y restauración de la biodiversidad y ecosistemas.
Biomasa e incendios
Los incendios forestales liberan enormes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera. Son uno de los problemas más graves desde el punto de vista ambiental y socioeconómico.
El riesgo de grandes incendios se ve incrementado significativamente por la evolución de la configuración del paisaje asturiano. Este se reconocía tradicionalmente por un mosaico de pequeñas superficies, en el que se alternan bosques y praderas con aldeas diseminadas. El éxodo rural y el consecuente abandono de las actividades agrarias tradicionales están transformando cultivos y pastos en matorrales, regeneración natural de bosques autóctonos o plantaciones forestales, todo ello sin planificación alguna.
Estos cambios suponen el aumento y continuidad del combustible, dada la ingente cantidad de biomasa acumulada. La solución pasa, sin duda, por evitar que el fuego encuentre demasiado combustible en su camino. La gestión forestal sostenible de este recurso propio como energía renovable contribuye de manera muy positiva al balance de carbono, ya que evita las emisiones de los incendios y disminuye el consumo de energías fósiles.
Propiedad forestal e inteligencia artificial
El monte tiene dueños. En Asturias el 40 % de los terrenos forestales son de titularidad privada (los más productivos), siendo su gestión forestal clave en la generación de servicios ecosistémicos.
La estructura minifundista de la propiedad forestal, carente de organización colectiva, es uno de los mayores problemas del sector. El Plan de ordenación de recursos forestales del Principado de Asturias reconoce entre sus objetivos estratégicos la necesidad de dar soluciones, ya que dificulta la gestión forestal sostenible y retrae a los propietarios. Sin embargo, los nuevos mercados de carbono y la producción de biomasa generarían ingresos interesantes. Es necesario, por tanto, buscar fórmulas adecuadas para incentivar la inversión.
Para generar confianza, es fundamental disponer de herramientas predictivas que ayuden a los propietarios a buscar soluciones colectivas para tomar decisiones. La inteligencia artificial, a través de técnicas estadísticas como el deep learning, supone una de ellas.
Los recursos digitales creados con estas técnicas, como mapas de usos del suelo o productividad, simulan con precisión la potencialidad de una propiedad bajo distintas alternativas de gestión forestal sostenible. De cara a los mercados de carbono, la biomasa o cualquier otro servicio ecosistémico de interés, estas herramientas ofrecen criterios que soportan con eficacia la toma decisiones.
El proyecto LIFE Carbon2Mine
El proyecto europeo Carbon2Mine, coordinado por la Universidad de Oviedo, pone en juego los ingredientes mencionados para descarbonizar el carbón asturiano con una nueva minería, la minería inversa.
Los propietarios forestales de las cuencas mineras dispondrán de las herramientas necesarias para apostar por la gestión forestal sostenible y crear una auténtica granja de carbono con la mayor oferta posible de servicios ecosistémicos. Gracias a los avances que ofrece la inteligencia artificial, se desarrollará una plataforma web que permitirá valorar las opciones de gestión forestal para una propiedad concreta y los beneficios esperados, lo que facilitará la toma de decisiones.
El retorno económico de esta prestación de servicios tiene que compensar su contribución a la mejora de la calidad de vida de toda la sociedad. La gestión forestal sostenible será la óptima para maximizar la capacidad de absorción de carbono y cualificar la propiedad para ser inscrita en el registro. La demanda local de los restos que generan estas actividades forestales (biomasa primaria) está asegurada con la transformación de la central térmica de La Pereda (Mieres) en central de biomasa.
La minería (ahora inversa) seguirá siendo así la seña de identidad de un territorio clave en la historia contemporánea de Asturias que continuará produciendo energía.
*Asun Cámara Obregón, Profesora titular del Dpto. Biología de Organismos y Sistemas, Área de Ingeniería Agroforestal, Universidad de Oviedo; Alís Novo Fernández, Personal investigador en el proyecto LIFE Carbon2Mine, Universidad de Oviedo; Carlos A. López-Sánchez, Catedrático del Dpto. Biología de Organismos y Sistemas, Área de Ingeniería Agroforestal, Universidad de Oviedo; Iyán Teijido-Murias, Investigador predoctoral Severo Ochoa en el Dpto. Biología de Organismos y Sistemas. Área de Ingeniería Agroforestal, Universidad de Oviedo; Jose V. Roces-Díaz, Profesor sustituto en el Dpto. Biología de Organismos y Sistemas. Área de Ingeniería Agroforestal, Universidad de Oviedo; Marcos Barrio-Anta, Catedrático del Dpto. Biología de Organismos y Sistemas, Área de Ingeniería Agroforestal, Universidad de Oviedo; María Castaño Díaz, Personal técnico, Universidad de Oviedo, and Tamara Martínez Martínez, Estudiante predoctoral en Ingeniería de los Recursos Naturales, Universidad de Oviedo
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.