Las hormigas cabezonas están desafiando la supremacía de los leones en las sabanas africanas, según un estudio publicado en la revista Science. En concreto, los autores desentrañaron cómo la expansión de estos insectos está generando una disminución en las cacerías de cebras por parte de los depredadores felinos.
Registradas por primera vez en la isla de Mauricio en el siglo XVIII, las hormigas cabezonas se transportaron desde entonces en barcos a distintos lugares. En Kenia, país donde se llevó a cabo la investigación, establecieron supercolonias en la base de los árboles acacias y trepan por los troncos para cazar a las hormigas nativas acacias.
Según The Atlantic, al desplazar al insecto nativo, las hormigas desencadenan un proceso que afecta al menos a otras cinco especies y que, de seguir así, podría remodelar el paisaje africano.
Las hormigas de la clase acacias protegen a los árboles de elefantes, ya que los pican cuando buscan alimento y además obtienen refugio. Pero el problema es que las hormigas cabezonas no ofrecen esa protección. Entonces, en esas áreas los elefantes rompen los árboles a un ritmo de hasta cinco a siete veces mayor que en áreas no invadidas, de acuerdo con lo publicado en Science.
De esta manera, se produce un una disminución de la cobertura arbórea y un aumento de visibilidad que afecta el movimiento de las cebras y la caza de estas por parte de los leones. De hecho, la presencia de las hormigas cabezonas ha llevado a una reducción del 300 % en las cacerías del felino.
Para llevar a cabo la investigación, el equipo usó collares GPS para rastrear los movimientos de seis manadas locales e identificar los sitios de caza de leones en Ol Pejeta Conservancy, donde la invasión de hormigas cabezonas está en progreso. En cada lugar, los científicos midieron la cubierta local de árboles acacias, determinaron si había hormigas cabezonas e identificaron qué especies de animales habían capturado los leones, según explica Scientific American.
Luego, usaron una técnica computacional llamada análisis de ruta anidada (nested path analysis) para separar cómo los diferentes factores probablemente impactaron las tasas de matanza de cebras. Así, confirmaron que los lugares invadidos por hormigas cabezonas mostraron una disminución tanto en la cobertura de árboles como en las tasas de matanza de cebras.
En efecto, la pérdida de la ventaja del sigilo cambió las preferencias de caza de los felinos, ya que el depredador comenzó a alimentarse de búfalos, los cuales siempre habían sido una segunda opción porque son mucho más grandes y agresivos que las cebras. Además, los leones ajustaron sus estrategias de caza, formando grupos más grandes para abordar la caza de búfalos.
Aunque las hormigas cabezonas transformaron el paisaje, la población de leones no experimentó una disminución notable. No obstante, a medida que las hormigas cabezonas continúan su avance, las consecuencias para otras especies que dependen de los árboles de acacia, como las jirafas y los rinocerontes negros en peligro de extinción, según The Guardian.