Curso de Sociología General
Pierre Bourdieu
Siglo XXI
Uno (mi comentario)
Curso de Sociología General 1 es un libro para leer desde un lugar de sapienza. Cada palabra es fundante, no es lectura de playa, menos de domingo. Como en un Aleph de conceptos, Pierre Bourdieu deja una mirada esclarecedora y ardua sobre el trabajo sociológico. Se inmersa profundamente en la cultura de lo agudo. Brinda definiciones comprometedoras de “campo”, “habitus” y “capital” desafiando las bases de preceptos establecidos y recordándole la etimología de ciertas palabras a la deformación del habla vulgar.
El libro tiene una característica particularmente bella, son 21 clases desgrabadas que el maestro dictó en el College de France y están ordenadas cronológicamente, pero decidí leerlo de modo no lineal para entrar en un modo de pensamiento bourdiano.
Estas clases fueron dictadas en el periodo 1981-1983, tienen más de 30 años, pero tanto desarrollo como noción están intactas, como si fuesen un mito, siempre están ahí y son un vademecun de la sociología.
Con una claridad perturbadora explica su concepción del poder, del rol, los grupos y la acumulación de capital-simbólico, social y económico. Esta misma acumulación es la que hace la desigualdad, ya que es administrada por instituciones. Ese nivel de racionalidad maneja Bourdieu, así como una lenguaje técnico que es ayudado con un glosario completísimo que hay que completar con un buscador de definiciones web, si es que no somos sociólogos.
Dos ( la selección)
“En la palabra “consagración” aparece la paradoja de lo simbólico y pienso que vale la pena pasar por esta palabra: la consagración reitera algo que ya existía diciéndolo. Ahora bien, en cierto modo, esta reiteración cambia todo: lo que no era más que una diferencia pasa a ser una distinción, algo legítimo y sagrado, una frontera sagrada”. Página 109
Tres
“El problema del insulto da a pensar que la operación de clasificación, en la vida cotidiana, es una operación práctica, vale decir, una operación que implica propósitos, que implica aquel que asume esos propósitos. Es una operación arriesgada en la que el que emite su juicio se expone a ser juzgado; el ejemplo con una respuesta de niños-”El que lo dice lo es”- demuestra que existe una verdadera retórica del insulto. Esta suerte de lucha simbólica, de la cual el insulto es un momento, nos recuerda que los problemas de enclasamiento no son solo lo que hacen ellos los expertos, los investigadores, para quienes los problemas de clasificación son problemas intelectuales, problemas de juicio (y pienso que no debemos olvidarnos de esto)” . Página 36
Cuatro
“La noción de aparato es fantastica por que es un mecanismo finalizado: el aparato es algo que está hecho de modo que parece estar hecho para esto”. El aparato escolar elimina a los más desfavorecidos-quiere decir que hay una suerte de máquina-no sabemos que deus fabricó esta machina-que, por su propia lógica, con toda la fatalidad de maquina ( siempre decimos que las máquinas son infernales), produce efectos inscriptos en su programa ( el programa en sentido informático: fue programado)”. Página 302
Cinco
“Aquellos que están impregnados de una cultura filosófica reconocen en esto la tradición que, desde los sofistas hasta Russell, o bajo la forma actual de la filosofia analitica, consiste en interrogarse sobre la legitimidad de un discurso que habla de lo que no existe: ¿Podemos hablar de manera legítima sobre lo que no es y, acaso, es que al hablar de lo que no es, reconocemos lo que es una existencia?Esto es lo que sofistas luego de Platón llamaban del tragelaphos (ciervo-cabrio), vale decir, una quimera, esta suerte de realidad bastarda hecha de dos porciones separadas que pueden existir porque todo puede decirse y, como todo puede decirse, todo puede pensarse, todo puede imaginarse”. Página 305
Seis
“Lo que siempre salvará a los hombres que ocupan esta posición es una de las leyes de la legitimación que debo recordar desde el paradigma de Napoleón. Napoleon al coronarse a sí mismo, comete un error, desde el punto de vista de la lógica de lo simbólico ya que, si hay un ámbito en el que no es verdad que “nadie puede servirse mejor que uno mismo”, es la consagración; si hay algo que uno no puede hacer es legitimarse a sí mismo” Página 527
Siete
“Mientras tengamos las fronteras en las nubes, todo está bien: hay cantidad suficiente de advenedizos para que podamos decir que todos pueden lograrlo; no hay demasiados como para que los que llegaron puedan competir con los pretendientes. A grandes rasgos así es como funciona un sistema escolar en la fase expansionista: hay suficientes niños de las clases dominadas para que pueda decirse que todo el mundo tiene oportunidades, no hay demasiadas para que las posibilidades de reproducción no se vean amenazadas”. Página 121
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