En un cielo nocturno y despejado suele aparecer Sirius A, la segunda estrella más brillante que podemos ver desde la Tierra por su brillo intrínseco y su proximidad. Por supuesto, de día, la que más brilla es nuestro Sol. Como ellas, hay miles que se pueden observar a simple vista y otras millones de diversas características en el universo.
De hecho, los astrónomos usan el alfabeto griego para ordenar las estrellas visibles en cada constelación, de acuerdo al nivel de brillo. En contraste, para identificar aquellas invisibles al ojo recurren a catálogos que asignan un número según su posición en el cielo, explica el sitio especializado Earth Sky.
Las estrellas más cercanas a la Tierra se encuentran a unos 4.37 años luz de distancia en el sistema de estrellas triples Alpha Centauri. Próxima Centauri, por ejemplo, está a unos 4.24 años luz de distancia. Como referencia, un año luz equivale aproximadamente a 9.46 billones de kilómetros, “basta con decir que ‘cerca’ en el espacio es muy diferente de nuestra definición terrenal”, aclara el medio Space.
Para clasificarlas, es importante saber a qué se refiere el concepto de estrella de secuencia principal, que es cuando están en la parte estable de su ciclo de vida. Como tales, son el tipo más común en el universo (representan al 90% de la población estelar). El Sol, por ejemplo, se encuentra a la mitad de esta fase y en aproximadamente 5.000 millones de años se estima que se convertirá en una del tipo gigante roja.
“Cuando una estrella comienza a fusionar hidrógeno, se dice que ha entrado en la Secuencia Principal es, digámoslo así, la madurez de la estrella, su etapa más longeva”, explica Astroafición.
Según describe Universe Exploration de la NASA, podemos clasificar a las estrellas en cinco grandes tipos:
Gigantes rojas
Una estrella de secuencia principal de menos de ocho veces la masa del Sol que se queda sin hidrógeno en su núcleo comienza a colapsar, “porque la energía producida por la fusión es la única fuerza que combate la tendencia de la gravedad de unir la materia”, explica la agencia espacial. También aumenta la temperatura y la presión, y se ve más anaranjada que roja.
Luego, se vuelve inestable y comienza a pulsar, expandiéndose y expulsando parte de su atmósfera. Eventualmente, todas sus capas exteriores desaparecen, creando una nube de polvo y gas en expansión llamada nebulosa planetaria.
Enanas blancas
Después de que una gigante roja se despoja de toda su atmósfera solo queda el núcleo, convirtiéndose en una enana blanca. Suelen ser del tamaño de la Tierra, pero cientos de miles de veces más masiva. De hecho, una cucharadita de su material pesaría más que una camioneta, ilustra la NASA.
Además, no produce calor nuevo por sí misma y se enfría gradualmente. Su luz va del blanco azulado al rojo. En unos 10 mil millones de años se calcula que el Sol se convertirá en una enana blanca.
Estrellas de neutrones
Se trata de remanentes estelares que acumulan más masa que el Sol en una esfera tan ancha como la isla de Manhattan en Nueva York y se forman cuando una estrella de secuencia principal con entre ocho y 20 veces la masa del Sol se queda sin hidrógeno en su núcleo. El resultado final es una gran explosión llamada supernova.
Se distinguen dos tipos: los púlsares que giran rápidamente más rápido que las cuchillas de una licuadora, y los magnetares que pueden ser hasta 10 billones de veces más fuerte que un imán de heladera.
Enanas rojas
Se trata de las estrellas de secuencia principal más pequeñas, también son más anaranjadas que rojas. Actualmente se calcula que aquellas con sólo un tercio de la masa del Sol tienen vidas más largas que la edad actual del universo, hasta unos 14 billones de años. Además, nacen en cantidades mucho mayores que las estrellas más masivas.
Enanas marrones
Son más masivas que los planetas pero no tanto como las estrellas. Casi no emiten luz visible, aunque sí infrarroja. Algunas de ellas se forman de la misma manera que las estrellas de secuencia principal, a partir de acumulaciones de gas y polvo en las nebulosas, pero nunca ganan suficiente masa, otras pueden formarse como planetas.
Si querés saber más, te recomiendo este video sobre el Diagrama de Hertzsprung-Russell, fundamental para los astrónomos, que sirve para identificar y estudiar las estrellas (incluido el Sol) porque las ubica en un esquema que tiene en cuenta dos aspectos: su temperatura superficial y su luminosidad.