¿Cuántas veces escuchaste que si logras repetir un comportamiento por 21 días ya se convierte en un hábito, para bien o para mal? En realidad, es sólo una creencia basada en una teoría antigua: un estudio reciente acaba de demostrar que no era tan certera.
Un equipo de investigadores utilizó información de más de 30.000 usuarios de gimnasios y más de 3.000 trabajadores de hospitales. En total, los primeros se ejercitaron unas 12 millones de veces en cuatro años y los segundos se lavaron las manos 40 millones de veces.
"Contrariamente a la creencia popular en un 'número mágico' de días para desarrollar un hábito, descubrimos que normalmente lleva meses adquirir el hábito de ir al gimnasio, pero semanas desarrollar el hábito de lavarse las mano", dijeron los autores en un comunicado del Instituto de Tecnología de California (Caltech), Estados Unidos.
Para llegar a esta conclusión, el equipo utilizó herramientas de aprendizaje automático que detectaba cuánto tiempo demoraban los comportamientos repetitivos en volverse predecibles. En promedio, lograr incorporar la actividad física en la rutina cotidiana tomó seis meses, por lo que la estimación de los 21 días “no se basa en ninguna ciencia", aseguró el investigador Colin Camerer.
Otro de los hallazgos de la publicación científica en Proceedings of the National Academy of Sciences, fue que la cantidad de tiempo que había pasado desde la última asistencia al gimnasio resulta en un indicador importante de si la persona volvería a ir. “En otras palabras, cuanto más tiempo había pasado desde la última vez, menos probable era que se convirtiera en un hábito”, resumieron el el comunicado.
Ahora bien, ¿de dónde viene el ‘número mágico’ de los 21 días? Un artículo en Science Alert explica que en 1960 el cirujano plástico Maxwell Maltz publicó un libro que se volvió muy popular en el que relataba que sólo se necesitan 21 días para cambiar. El número se basó en sus observaciones sobre cuánto tiempo les llevaba a sus pacientes adaptarse a sus nuevas caras.
Una vez desmitificado el ‘número mágico’, una nota de la CNN enumera una serie de consejos efectivos para formar un nuevo hábito o eliminarlo:
Para formarlo:
- Comenzar de a poco con una meta simple y alcanzable que se pueda integrar fácilmente a la rutina diaria.
- Ser consistente y repetirlo hasta que se vuelva automático.
- Recompensarse en el proceso para mantener la motivación.
Para eliminarlo:
- Identificar los factores desencadenantes para luego evitarlos o modificarlos.
- Encontrar un sustituto y reemplazar el viejo hábito por uno nuevo y más saludable.
- Practicar la autocompasión, los contratiempos son una parte natural del proceso. Volver a comprometerse con el objetivo y continuar.
