Si bien en algunos países de Europa no es tan común bañarse a diario, en Argentina por lo general lo hacemos todos los días o incluso más de una vez al día. Sin embargo esta costumbre, que muchos creemos que es lo mejor para la higiene y la salud, podría ser perjudicial para la piel.
El doctor Robert H. Schmerling publicó un artículo en la revista de salud de la Universidad de Harvard donde explica las consecuencias negativas que puede tener ducharse muy seguido. Según el experto, para no perjudicar la salud cutánea, lo ideal sería ducharse unas cuatro o cinco veces por semana.
El punto está en el desajuste que podemos generar en los aceites y grasas naturales de la piel. Estas sustancias son las que crean una barrera que nos protege de factores externos nocivos como las bacterias, la contaminación y los rayos del sol. Si bien un exceso de ellas nos puede provocar acné y erupciones, son muy necesarias porque nos cuidan de infecciones e irritaciones y nos ayudan a tener la piel más hidratada y flexible.
Las duchas en exceso pueden generar múltiples daños en la piel, como volverla irritada, seca, con grietas o incluso provocar picor y rojeces, lo que la dejaría expuesta también a enfermedades e infecciones cutáneas. En cambio, si mantenemos nuestros aceites y grasas naturales en equilibrio, creamos anticuerpos contra las bacterias y los virus.
En el artículo, Schmerling explica también que es importante que el agua de la ducha no esté ni demasiado fría ni demasiado caliente. El agua muy fría impide una limpieza completa porque cierra los poros, mientras que el agua demasiado caliente hace que perdamos los aceites naturales más rápidamente. Lo ideal es el agua tibia.
En el diario ABC de España el dermatólogo especialista Vicente Alonso Usero hizo foco también en el uso del jabón. Si bien es importante enjabonar a diario las zonas sensibles como genitales, pies, axilas y manos, en el resto del cuerpo es recomendable no abusar. Además aclaró que es preferible la ducha que el baño de inmersión, y que los jabones ideales son los neutros, con bajo contenido en detergente.
Por último, el artículo de Harvard aclara que las duchas no deben ser demasiado largas. Entre tres y cinco minutos sería la medida de tiempo ideal. Un baño demasiado largo, bañarse más de una vez al día e incluso enjabonarse todo el cuerpo a diario, entonces, no sería lo ideal para nuestra salud.