Nuestra sociedad está guiada y ordenada por contratos. Algunos intangibles, como los sociales, pero otros necesariamente tangibles, como los que explicitan condiciones laborales, de alquileres, de préstamos, de servicios. Esto, hasta hoy, era tarea exclusiva de los abogados, que dedican gran parte de su profesión a realizar estos documentos dentro de ciertos formatos oficiales.
Pero la llegada de la inteligencia artificial significa un cambio en esta materia. Al menos así lo vio Agustín Raimondi que, con apenas 32 años, fundó su startup Welaw. El joven vio el potencial de la IA para hacer de los contratos, que muchas veces son complejos para el ciudadano promedio, algo más accesible y fácil de elaborar.
Así, creó un modelo de inteligencia artificial entrenado con contratos reales para que este pueda entender los marcos legales, tipos de cláusulas, las variantes, entre otras características típicas dentro del sistema legal argentino. También, unió a su propuesta la blockchain— un espacio tecnológico que entrelaza bloques de información y los cifra con alta seguridad— donde se guardan todos los documentos realizados en la plataforma.
En esta nueva era que se enfrenta la sociedad todas las profesiones deberán hacer transiciones. Ahora bien, ser el pionero en esto tiene su precio. “El principal desafío está en mostrar y demostrar que hay una forma diferente de ver el derecho, que se aleja totalmente de lo que estamos acostumbrados hace años”, profundiza Raimondi en diálogo con RED/ACCIÓN.
—¿De dónde nace la idea de crear Welaw?
—Como abogado siempre sentí una cierta incomodidad con la profesión. Entendí que existía (y existe) una brecha significativa entre las personas y el derecho, motivada por el desconocimiento y la desconfianza que genera la ley. Partiendo de este punto, hay una necesidad clara de simplificar el acceso a las cuestiones legales: ahí es donde nace Welaw.
—¿Qué beneficios brinda Welaw?
—Un contrato no tiene que estar hecho por un abogado. Solo debe cumplir con ciertas formalidades y la firma de las partes. Nuestra plataforma brinda un acceso simplificado a cuestiones contractuales. Existe un segmento muy grande de personas y empresas que no se encuentran resguardados contractualmente, lo que puede terminar en disputas legales o consecuencias económicas y personales severas.
Desde Welaw le damos la posibilidad a nuestros usuarios de que, sin necesidad de tener conocimientos legales previos, sin asistencia de un profesional y a un costo mucho más bajo, puedan acceder a contratos legales simples para formalizar sus acuerdos. De esta forma obtienen un documento legal válido 10 veces más rápido y hasta 8 veces menos costoso.
—¿Podrías explicar cómo la inteligencia artificial y la tecnología blockchain mejoran específicamente el proceso de creación y firma de contratos en Welaw?
—En relación a la inteligencia artificial, lo que hicimos fue basarnos en una gran cantidad de contratos legales reales para poder llegar a un resultado igual o mejor al que podría llegar un abogado. Combinamos interfaz conversacional con datos estáticos y dinámicos para llegar a un resultado óptimo.
Desde el lado de la blockchain, la implementación de esta tecnología hace que nuestra plataforma sea más sólida. Nuestros usuarios pueden almacenar sus documentos en la blockchain, generando un salto cualitativo en la experiencia de usuario, además, claro, en la capa de seguridad.
—El principal problema hoy de las empresas tech son los datos: su presidencia y el consenso de usarlos para estas tecnologías, ¿cómo manejaron esta cuestión?
—Los contratos que usamos para entrenar a la inteligencia artificial fueron aportados por diferentes abogados reales. Sin embargo, es importante destacar que estos no necesariamente tenían los datos sensibles y personales de cada documento. Es decir, no estuvieron a disposición de nuestro modelo de IA. Sino más bien lo que extrajimos fueron los marcos legales, los tipos de cláusulas, las variantes, cómo se desenvuelven con la normativa argentina.
—¿Cuáles fueron sus principales desafíos a la hora de crear esta nueva herramienta?
—Existen una gran cantidad de desafíos al emprender y al crear algo que viene a romper con el molde. El principal está en mostrar y demostrar que hay una forma diferente de ver el derecho, que se aleja totalmente de lo que estamos acostumbrados hace años. El ecosistema legal tech está creciendo, mejorando y cambiando con un paradigma que hace años no es cuestionado. Ahí está el verdadero desafío de todos los que somos parte de este ecosistema.
—¿Cómo asegurás la seguridad y privacidad de los contratos y datos personales en Welaw?
—Si bien sabemos que en Argentina nuestra legislación en materia de datos no se encuentra actualizada, cumplimos con el Convenio 108+ de Datos Personales y nos adecuamos al Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea y la Ley General de Protección de Datos (LGPD) originada en Brasil para asegurar la privacidad y seguridad de los datos y los documentos que nuestros usuarios crean y, sobre todo, para prevenir cualquier riesgo en ciberseguridad.
—Al automatizar la creación de contratos, ¿cómo maneja Welaw los posibles dilemas éticos que podrían surgir, especialmente en casos complejos donde se requiera un juicio humano?
—Al basar nuestro modelo en contratos legales reales, mitigamos esos dilemas (o riesgos) éticos que existen en la creación mediante inteligencia artificial pura. Esos documentos sobre los cuales hemos apoyado a nuestro modelo hacen que exista un marco cuidado de acción, pudiendo prevenir todo tipo de problemas.
Ahora bien, nosotros le brindamos a nuestros usuarios una ayuda, una herramienta para que puedan formalizar determinado tipo de acuerdos, en un marco legal válido. Les damos la posibilidad de entender y adecuar su documento para que en caso de incumplimiento de una de las partes, sepan a quién recurrir, dónde y cómo, ya que en definitiva Welaw no dirime las cuestiones poscontractuales, para las cuales se requiere (al menos hoy en dia) juicio humano.
— ¿Creés que la IA debe ser una apuesta para los países en desarrollo, particularmente Argentina? ¿Por qué?
—La respuesta rápida es sí. La tecnología vino a colaborar con nosotros y a permitirnos hacer cosas que antes ni siquiera nos imaginamos. Hecha esta aclaración, si buscamos apostar en IA y adentrarnos en ese mundo tenemos que ser muy cuidadosos en el para qué y en el cómo. Usar inteligencia artificial por el simple hecho de utilizarla, sin un propósito claro, es algo vago. Creo que lo más importante es tener un objetivo claro, mayor a la tecnología en sí.
Formar parte del ecosistema emprendedor contacta a uno con un montón de personas increíbles y Argentina no es la excepción. Parecerá una frase hecha o trillada pero realmente hay muchísimo talento en el país. Todos los días escucho sobre personas nuevas, proyectos nuevos, cosas que realmente te abren la cabeza y es algo que todos tenemos que aprovechar.