Aunque pensemos en la palabra "costo" en términos económicos, también existen costos para el ambiente y para la salud. Y estos son diez veces mayores en países de bajos ingresos cuando hablamos de plástico. Esto se desprende de un informe que la Organización Mundial de Conservación (World Wildlife Fund) solicitó al grupo de sostenibilidad Dalberg.
La crisis del plástico
La principal conclusión del informe fue que el costo real del plástico para el ambiente y la salud puede ser hasta 10 veces superior en los países de bajos ingresos, a pesar de que consumen casi tres veces menos plástico per cápita que aquellos países con mayores ingresos. En la economía, sin embargo, los países de mayores ingresos soportan costos de 200 dólares por kilogramo, mientras que los de ingresos más bajos pagan alrededor de 150.
Las organizaciones WWF y Dalberg advierten que, con este mecanismo, el sistema traslada la mayor parte de los costos a quienes están menos preparados para gestionarlos, sin responsabilizar a quienes producen y utilizan los productos en primer lugar y sin resolver a crisis mundial de contaminación por plásticos de la forma más eficiente. Aunque los países de mayores ingresos paguen más dinero por el kilogramo de plástico, no es así en cuanto a ambiente y salud. Por eso, la crisis no puede resolverse en el plano económico.
El informe señala la urgencia de una revisión inmediata del actual sistema: el 70 % de los residuos plásticos de nuestros océanos son de plásticos de un solo uso, y muchos de ellos ya están llegando a nuestros cuerpos a través de los alimentos y el agua que ingerimos.
Sus consecuencias
Seguir como hasta ahora podría implicar una sentencia sin retorno, no sólo para los animales, sino también para muchas de las comunidades vulnerables y marginadas del planeta. Tal como está, la situación implica el aumento de los riesgos para la salud (debido a la ingestión de productos químicos nocivos y tóxicos), el aumento del riesgo de inundaciones y enfermedades, remarca el informe.
Estos costos desiguales tienen implicaciones sustanciales para los países de ingresos bajos y medios como Kenia, precisamente donde los negociadores se reunieron el 13 de noviembre en la tercera negociación para alcanzar un Tratado Mundial que busca terminar con la contaminación por plásticos.
El plan de acción
En la negociación por el Tratado Mundial, representantes de las 175 naciones pertenecientes a la ONU trabajan en la creación de un instrumento jurídicamente vinculante para enfrentar la contaminación plástica y apoyar la transición hacia una economía circular. Este tratado busca cambiar esta situación mediante la inclusión de reglas globales vinculantes y equitativas sobre producción y consumo.
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