Empezamos con la cobertura especial rumbo a la conferencia climática que se celebrará en exactamente un mes en Sharm El-Sheikh, Egipto. E iniciamos con uno de los temas que se ponen sobre la mesa en cada reunión: ser más ambiciosos en la mitigación.
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"Primero, más ambición en la mitigación para mantener vivo el 1,5". Este fue el primero de los cuatro temas que el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió a los líderes que trabajen antes de la COP27. El pedido fue hecho hace dos semanas en la Mesa Informal sobre Cambio Climático celebrada en Nueva York. La COP27, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, iniciará en lo que ya es menos de un mes, el 6 de noviembre, en Sharm El-Sheikh, Egipto. Los tiempos de la política climática están, siempre, más lentos que la necesaria acción ante la crisis climática. La reducción de emisiones también.
Ese fue el primero de los temas exigidos por el mandatario y es sobre el cual centraremos hoy nuestro análisis. Es el tema al que históricamente se le ha dado mayor importancia en la acción climática. Aunque ello no significa que se hizo lo suficiente. De lo contrario, estaríamos hoy en otra situación. Es el tema del que, polémica y astutamente, más se toman los países desarrollados para no abordar aquellos que exigen y necesitan los países en desarrollo. Es la mitigación, también conocida como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Y es uno de los temas sobre el cual se pondrá la mirada en las negociaciones en suelo africano.
- ¿Cuál es la meta? "Mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5°C con respecto a los niveles preindustriales". Eso dice el Acuerdo de París. Eso consensuaron los países en 2015 con el histórico acuerdo que no incluye una meta de reducción de emisiones per sé sino un objetivo de límite de calentamiento. Claro que, para limitar el calentamiento hay que reducir las emisiones. Es decir, hay que realizar cambios drásticos en todos los sectores, especialmente en aquellos que más contribuyen.
El posterior reporte del IPCC evidenció que un escenario de calentamiento de 2°C tendría impactos más dramáticos que el de 1,5°C. Desde entonces, afortunadamente, la política internacional parece haber hecho consenso en que el 1,5°C es el horizonte a alcanzar. De hecho, el documento final de la COP26 "reconoce que los impactos del cambio climático serán mucho menores con un aumento de temperatura de 1,5°C en comparación con 2°C, y resuelve proseguir los esfuerzos para limitar el aumento de temperatura a 1,5°C".
Para lograr limitar el calentamiento por debajo del 1,5°C se necesita reducir las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) en un 45% para 2030 con vistas a alcanzar cero emisiones a 2050, a la par que se reducen otros GEIs. Para que ello sea posible hay que empezar ya, por no decir ayer.
Vemos entonces que hay consenso sobre el horizonte, pero en la hoja de ruta ¿estamos haciendo las cosas bien?
- ¿Cuál es la realidad? Se imaginarán que no muy buena. En cumplimiento con el Acuerdo de París, los países vienen presentando sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDCs) con compromisos de reducción de emisiones y la esperada implementación de ello, claro. La idea es que la suma de todas esas reducciones nos ubiquen en la senda del 1,5.
Conforme el análisis de Climate Action Tracker -actualizado a noviembre del año pasado- si todos los países cumplen con los compromisos asumidos, estaríamos en un escenario de entre 1,8°C (como más optimista) y 2,4°C. Es decir, si cumplen los compromisos anunciados, dichos, prometidos. No si estamos como ahora o si seguimos en el business as usual, que nos llevaría a un escenario de hasta 3,6°C. Si cumplen lo prometido, todavía no llegamos. Hoy estamos en un mundo con un calentamiento de 1,2°C.
De allí el pedido de más ambición en mitigación. De allí el reclamo de Guterres a los líderes.
- ¿Qué es lo que tiene que cambiar? Definitivamente se necesita mejorar las políticas de mitigación para ubicarnos en la senda del escenario de impactos menos dramáticos. Aquí entramos en una discusión en si ello implica dar nuevos anuncios o actuar realmente. Aquí es donde Enrique Maurtua Konstantinidis nos dice "basta". Luego de seguir las negociaciones desde 2004 y desempeñarse como consultor en políticas ambientales, Enrique se muestra contundente: "Están todos intentando cumplir con el papelito y no con que el papelito refleje la realidad. Se llega al punto de que se olvidan por qué habían empezado a hacer eso".
La cuestión es algo compleja aunque mantiene la transversalidad de que lo se necesita es más y mejor acción.
Desde Naciones Unidas se pide más ambición en mitigación. Ese pedido es respaldado por muchos países y es más exigido por los países desarrollados para evitar tocar otros temas (financiamiento, por sólo mencionar uno). Guterres centra ese pedido a los países del G20 que reúne a las principales economías emisoras. Claro está que los países que más emiten son los que más podrán marcar una diferencia con su reducción de emisiones.
Incluso, en la COP26 Guterres había dicho que los países debieran actualizar sus compromisos año a año hasta que se ubiquen en la senda del 1,5. Y el documento final de esa misma COP pidió a los países que refuercen sus compromisos a 2030 para fines de este 2022.
Pero, siguiendo lo que dice el propio Acuerdo de París, las NDCs se deben comunicar cada cinco años, por lo que los países no tienen por qué ver la obligatoriedad de actualizarlas fuera de ese ciclo. También, el Acuerdo de París dice que cualquier Parte puede ajustar su NDC en cualquier momento que lo desee.
Aumentar la ambición en mitigación pasó a ser un pedido que expuso el conflicto actual y que no verá avances si no se resuelven antes otras cuestiones. Enrique lo define de esta forma: "Hay que dejar de pedir actualizar los compromisos. Lo que tiene que aparecer es la otra parte de la construcción de confianza". Confianza...
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"Hay algo que está trabado desde hace muchos años. Sólo Dios sabe cuándo se va a destrabar". Enrique habla con cierto hartazgo al repasar eso que ve desde hace 18 años en las negociaciones climáticas. Y que se resume en algo muy concreto que venimos conversando en las últimas ediciones: ¿por qué voy a aumentar yo, país en desarrollo, mi compromiso si vos, país desarrollado, aún no pusiste sobre la mesa el dinero que me prometiste ibas a poner? Esta es la confianza que está totalmente quebrada en el multilateralismo de la política climática. Esta es la falta de confianza a la que se refiere Enrique y es la que considera debe ser lo primero a tratar en la próxima COP27 para poder luego avanzar en todo lo demás, incluyendo mitigación. Esto entonces es hablar de financiamiento.
"Toda la conversación sobre cambio climático es una conversación sobre financiamiento", Enrique sentencia y yo sólo puedo recordar que éste fue el título de PLANETA hace dos semanas. Si los países desarrollados no dan claridad sobre cómo empezarán a cumplir la movilización prometida de US$100.000 millones anuales de 2020 a 2025 para que justamente los países en desarrollo puedan implementar políticas de mitigación, entre otras, será muy difícil que los países en desarrollo deseen avanzar con cualquier otro tema, o al menos esa puede ser su postura estratégica (guiño guiño).
"En la medida en que los países en desarrollo no vean sobre la mesa el dinero que les prometieron, no van a aumentar la ambición", analiza Enrique y argumenta: "Está escrito y no lo cumplen. No llegaron a cumplirlo siquiera a medias. No lo cumplieron, punto. La relación de confianza entre países está erosionada por ello y es necesario reconstruirla. La reconstrucción de confianza vendrá con el dinero".
El otro punto a tener en cuenta es que presentar nuevos compromisos de reducción de emisiones tampoco es una tarea que se haga de un día para otro. Por supuesto que anunciar uno puede anunciar lo que quiera, pero presentar la documentación que avale un anuncio implica recursos financieros, humanos, técnicos. Todo eso que ya es complejo para los países en desarrollo mientras son los más expuestos a los impactos de un problema al que menos contribuyeron.
En este contexto de confianza rota y disputa por un financiamiento prometido que no está, la COP27 será el momento para que se avancen en algunos puntos sobre mitigación, un poquito más técnicos (no se asusten)...
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¿Qué debe ocurrir técnicamente en Egipto? Saben que además de todo lo político que más se expone en medios y en redes, en cada COP lo que más importa -o debiera importar- es el trabajo técnico, es ese cómo avanzar en una eficiente y ambiciosa implementación del Acuerdo de París. Bueno, en lo que hace a mitigación, hay algunos puntos interesantes para observar que, claro está, no serán fáciles de trabajar con un multilateralismo en crisis.
- Avanzar con el Global Stocktake. Sí, siempre yo trayéndoles palabritas raras. El Global Stocktake es uno de los elementos más importantes porque es una herramienta que, indirectamente, nos permitirá conocer si el Acuerdo de París se está cumpliendo o no. La Convención de Naciones Unidas en Cambio Climático (CMNUCC) lo describe así: "Tiene como objetivo aumentar la ambición de las acciones y el apoyo para abordar colectivamente el cambio climático sin centrarse en países individuales o grupos de países. Sus resultados consistirán en mensajes y recomendaciones políticas clave, mejores prácticas, nuevas oportunidades y lecciones aprendidas para todas las áreas temáticas sin ser una política prescriptiva".
En criollo, el Global Stocktake recopila información de los países para evaluar el progreso colectivo en la implementación del Acuerdo de París y lo hace en torno a tres áreas: mitigación, adaptación y medios de implementación y apoyo (financiamiento, por ejemplo). El primer ciclo está ocurriendo desde 2021 y cerrará el próximo año en la COP en Dubai. Luego se repetirá cada cinco años.
En Egipto se realizará el segundo Diálogo Técnico del Global Stocktake. Enrique nos cuenta que se espera que allí se pueda ver un avance concreto en lo que hace a las oportunidades, es decir, estos encuentros deben influir en las próximas presentaciones de NDC para que sean más ambiciosas. Ambición, again. E influir con recomendaciones que no sean un mero resultado de una compilación de información, sino que tengan un importante peso político.
Estamos ante un círculo que debe ser virtuoso. El Global Stocktake mostrará el progreso (o no) en la reducción de emisiones y dará mensajes a los países que mejoren. Las NDCs deben ser cada vez más ambiciosas en sus compromisos de reducción de emisiones para mejorar ese progreso. Y así...
- Avanzar con el Programa de Trabajo de Mitigación o Mitigación Work Programme. En Sharm El-Sheikh se empezará a negociar y se debiera concluir esta herramienta que, como dice su nombre, buscaría guiar un detalle de trabajo para la implementación en mitigación y el aumento en la ambición. Enrique explica que será un reporte ministerial donde se compartirán cuestiones técnicas sobre la mitigación. "La lógica sería que aliente a más y mejor acción climática", expone.
Este programa se vincula con el anteriormente mencionado Global Stocktake porque, en palabras de Enrique que coordina el Independent Global Stocktake para América Latina, "tendría que mantener la integridad y todo aquello que ocurra entre medio de las evaluaciones cíclicas del Global Stocktake para no tener que esperar cinco años a ver cómo estamos".
Que haya una decisión sobre este programa de trabajo puede ser uno de los resultados positivos de la COP27. En junio de este año, la red de organizaciones climáticas CAN Internacional así lo expuso: "Simplemente queremos que se cumpla con lo que ya se comprometieron a hacer en la COP27: lanzar un Programa de Trabajo de Mitigación íntegro, diseñado para aumentar rápidamente la ambición y la implementación de sus compromisos de mitigación y la provisión de apoyo a las acciones de mitigación de los países en desarrollo. Junto con esfuerzos significativos en aumentar la financiación para la adaptación y pérdidas y daños, dicho Programa de Trabajo de Mitigación garantizará una COP exitosa en Sharm El-Sheikh". Para la organización, este programa no puede estar disociado de los otros dos grandes temas de la acción climática: adaptación y pérdidas y daños.
- Ver la presentación de nuevos compromisos documentados. En Glasgow se pidió también a los países, que aún no lo habían hecho, que presenten sus planes a largo plazo. En otras palabras, cómo llegarán a cumplir con sus compromisos de carbono neutralidad a 2050. En Sharm podemos esperar que algunos países lo presentan y será bueno tener una lupa sobre los cambios que ello incluya y, sobre todo, cómo ello se empezará a poner en práctica. Estos documentos no hacen más que seguir retroalimentando todo este proceso con vistas en lo más importante: reducir ambiciosamente las emisiones de GEIs. El problema no es que haya nuevos anuncios, compromisos, documentos, el problema es que no se está viendo la implementación de todo ello.
En palabras de Enrique, "se tiene que empezar a mostrar que las cosas están cambiando. Las COP son para dar señales. Esta COP tiene que dar la señal de que la mitigación está ocurriendo o que se están dando las condiciones para que la mitigación ocurra". En pocas palabras, la COP27 debe ser el espacio en el que, primero, se reconstruya la confianza entre países para, segundo, avanzar en una reducción ambiciosa de las emisiones. Ello entre otros temas clave sobre los cuales seguiremos profundizando en las próximas ediciones.
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Y aún cuando todo esto parece tan técnico, aún con esos tecnicismos es necesario aproximarse para exigir su cumplimiento. En este mes en que doy muchas capacitaciones rumbo a la COP27, siempre está el comentario de que "todo esto no sirve para nada porque no hay un órgano sancionador para quien no cumpla el Acuerdo de París". Es cierto. No lo hay. Sí hay ciertos mecanismos propios al proceso que nos permiten ir conociendo su cumplimiento o no y más aún. Cuando comparto esto mismo con Enrique, él no titubea en responder.
Quien controla es la sociedad civil. El Acuerdo de París funciona por una cuestión de exposición de las cosas. Nos da mucha información para la sociedad civil. Nos da herramientas que nos quedarán a la sociedad civil. Tenemos que observar y exigir que se cumpla.
Enrique Maurtua Konstantinidis
Ojalá este hermoso paisaje que rodea a Sharm El-Sheikh será escenario de "inspiración" para que los tomadores de decisión decidan lo que la crisis climática demanda. Mientras tanto, desde aquí buscamos informar sobre ello que debiera ocurrir y que no está ocurriendo. Y como sé son temas complejos, armé este formulario donde me puedan ir dejando sus inquietudes, dudas, comentarios, preguntas, así los retomo a lo largo de la cobertura especial de la COP27.
Un saludo hasta el próximo viernes!
Tais