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Tiene menos publicidad que la conferencia climática que acaba de concluir en Egipto, pero es igual de relevante. Luego de dos años de retraso, iniciará este miércoles y tendrá el enorme desafío de definir un plan de acción para proteger la biodiversidad en esta década. En esta edición, pasamos de la COP27 a la COP15 para comprender su importancia y seguirla de cerca.
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De 30°C a -2°C, del desierto a la ciudad, de Sharm El-Sheikh a Montreal, de la COP climática a la COP de biodiversidad. Lo que describe el cambio de valija, vuelos, trabajo con sólo dos semanas de diferencia es lo que contextualiza el escenario de las negociaciones de la política internacional. Aún seguimos procesando los resultados que nos dejó la COP27 en cambio climático, que concluyó en Egipto el 20 de noviembre; pero ya tenemos otra COP a la vista. Y no, no me refiero a empezar a pensar en la COP28. Me refiero a otra COP, menos "popular" que la climática, pero tan relevante para nuestro futuro como aquella.
Este miércoles 7 de diciembre inicia la Conferencia de Biodiversidad de Naciones Unidas con un desafío enorme: definir un nuevo marco mundial de acción para la biodiversidad para la década en la que nos encontramos. Si para la COP climática ya tenemos a la Convención Marco de Naciones Unidas en Cambio Climático (CMNUCC) como una vieja amiga conocida, aquí le damos la bienvenida al Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD por sus siglas en Inglés), un tratado internacional legalmente vinculante que tiene tres objetivos claros: la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de los componentes de esa diversidad biológica y la participación justa y equitativa de los beneficios que se deriven de los recursos genéticos (porque, como ya veremos, la concepción de biodiversidad no se limita a animales y plantas).
El CBD entró en vigor en diciembre de 1993. Fue firmado o ratificado por 196 Partes y hay un país no menos importante que no es Parte miembro. Adivinen... Estados Unidos. Ello igual no le impide participar en las conferencias. Pero no nos vayamos aún a los intereses de países: ¿dónde entra una nueva COP en todo esto?
Al igual que las COPs climáticas para la CMNUCC, el órgano rector y decisor del CBD es una Conferencia de las Partes, una COP. Luego de ediciones anuales, desde 2000 "la COP de biodiversidad" pasó a realizarse cada dos años y encontró una prolongada pausa con la pandemia. Su 15° edición debía tener lugar en Kunming, China en 2020. El nuevo coronavirus postergó —al igual que con la COP26— la realización del evento internacional durante ese año, pero ello se complicó aún más con la política de covid cero del gigante asiático y la imposibilidad concretar la conferencia. Por lo que se decidió que una primera parte de la misma se realizara de forma virtual en octubre de 2021 y una segunda parte —decisiva— en diciembre de 2022 en la ciudad sede del CBD: Montreal, Canadá.
Allí, en el frío del norte del continente americano es que este miércoles —sí, en medio del Mundial del Fútbol— iniciará la COP15, que es tan importante para la biodiversidad como lo fue la COP21 —la del Acuerdo de París— para la acción climática.
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Antes de profundizar en la COP15, ¿por qué es importante actuar por la biodiversidad? La respuesta a este interrogante se encuentra en la definición misma de biodiversidad o de, para ser más precisos técnicamente, diversidad biológica. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) define a la diversidad biológica como "la variedad de vida en la Tierra y los patrones naturales que forma". La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) amplía un poco más esa definición: "Cada ser humano, planta y animal contribuye a esa diversidad, belleza y funcionamiento de la Tierra".
La diversidad biológica incluye todas y cada una de las especies de plantas, todas y cada una de las especies de animales, incluye los microorganismos y los ecosistemas donde todos ellos habitan. La diversidad biológica nos incluye a nosotros, seres humanos. Nos incluye en tanto animales, pero también por el vínculo que tenemos con todo eso viviente diverso de lo que dependemos para respirar, alimentarnos, medicarnos, desempeñar actividades económicas, para vivir. La diversidad biológica hace a la complejidad de las interacciones entre sus actores. Es tal su complejidad que también incluye la variedad y diferencia genética dentro de cada especie. La diversidad biológica son también los genes (dato que les voy a pedir no se lo olviden para estas semanas).
Vuelvo a la pregunta de este apartado: ¿por qué es importante actuar por la diversidad biológica? Para que eso descripto pueda funcionar, vivir, estar en equilibrio. Y porque todo eso —incluyendo nuestra subsistencia— está en peligro.
Del avance de la frontera agropecuaria a la deforestación, del crecimiento urbanístico mal o no planificado al hiperconsumo, nuestras actividades están presionando los ecosistemas al máximo. Los estamos presionando a tal punto que nos terminamos exponiendo a los virus presentes en la vida silvestre que habitan esos ecosistemas. El COVID-19 que postergó la COP15 fue una más del 75% de las enfermedades infecciosas emergentes que pasan de la vida silvestre al ser humano. En todo esto, el cambio climático antropogénico sólo empeora las cosas.
De hecho, junto con el cambio climático y la contaminación, la pérdida de biodiversidad es —según Naciones Unidas— una de las tres crisis planetarias que estamos atravesando (y sufriendo), de las que somos responsables, pero en la que, sobre todo, podemos —aún— ser protagonistas y actuar en pos de su protección. El tema es que... al menos al momento, no venimos haciendo las cosas muy bien. O, al menos, no los tomadores de decisión.
En la COP10 de 2010 los gobiernos adoptaron el Plan Estratégico para la Biodiversidad 2011-2020 que incluyó las denominadas 20 Metas de Aichi, un punteo de acciones que incluía temas varios como la eliminación de subsidios perjudiciales, la reducción a cero de la pérdida de hábitats naturales, el evitar la extinción de especies amenazadas. Esos eran algunos de los objetivos que los gobiernos tendrían que haber cumplido para 2020.
Bueno, en septiembre de 2020, el propio CBD reportó que los gobiernos no habían cumplido siquiera con una de esas metas. Los gobiernos dejaron pasar una década de acción en pos de la diversidad biológica. Ahora no se puede volver a cometer ese error, o no se debería...
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Entonces, ¿qué tiene que ocurrir en la COP15? El gran objetivo-desafío que tiene esta edición de la conferencia es definir y adoptar un nuevo marco mundial para la diversidad biológica posterior a 2020 con vistas a cumplirse en 2030; y situarnos en la senda del cumplimiento de la visión del CBD de vivir en armonía con la naturaleza para 2050. Este nuevo plan vendría a "continuar" el fallido e incumplido plan de la década anterior. En esto radica la mayor dificultad de esta conferencia: recuperar y reconstruir la credibilidad, confianza y responsabilidad en establecer un marco de acción que efectivamente se cumpla.
Definir ello no es tarea fácil y hay muchos intereses en juego, no sólo entre gobiernos sino también por parte de otros actores, como los laboratorios. Si en la COP climática hoy se negocia cómo avanzar en la implementación del Acuerdo de París, en esta COP15 de biodiversidad hay que primero definir el qué, ese "Acuerdo de París para la biodiversidad". De nuevo, esto no se trata sólo de proteger plantas (perdón que lo diga así de llano), se trata por sobre todo de redefinir muchas de nuestras actividades. Por ejemplo, qué modelo de agricultura vamos a continuar impulsando: ¿uno bajo los principios de la agroecología en armonía con la naturaleza o uno con base en químicos dañinos para la salud humana y del ambiente?
Sobre estas negociaciones, los intereses en juego y tecnicismos iré profundizando en las próximas ediciones que ya me encontrarán en Montreal, pero sí me gustaría anticipar un punteo de los elementos centrales a tener en cuenta en toda esta discusión.
- El último texto borrador sobre el nuevo marco de acción incluye cuatro metas generales (ecosistemas, especies y diversidad genética; contribuciones de la naturaleza a las personas; acceso y distribución de beneficios; medios de implementación) con 22 objetivos de acciones precisas.
- En la conferencia de prensa de ayer en la mañana, el CBD comunicó que durante las últimas reuniones preparatorias a la COP se propuso un 23° objetivo vinculado a alcanzar "Una Sola Salud animal, ambiental, humana".
- En esa conferencia de prensa también se dijo que, al momento, sólo habría tres objetivos acordados sin diferencias: el de conocimiento tradicional, educación e investigación; el de participación equitativa y efectiva en la toma de decisiones; el de igualdad de género. Sobre todos los demás objetivos hay aún muchas diferencias sobre la mesa.
- Diferencias sobre la mesa significa que los textos tienen aún muchos corchetes, es decir, muchos términos que definen acciones por consensuar. La intención de las reuniones preparatorias que se llevaron a cabo hasta ayer era reducir esa cantidad de corchetes para asegurarse el progreso necesario durante las dos semanas de COP. "Lo ideal hubiera sido llegar al inicio de la conferencia con un texto sin corchetes, pero no ocurrirá", confesó el representante del CBD.
- ¿Cuál es el tema sobre el cual hay mayores diferencias de posturas y discusiones? Uno que me mantuvo todo el fin de semana bajo estudio y que puede parecer que no tiene nada que ver con la biodiversidad, al tiempo que lo tiene todo. Se trata del digital sequence information (DSI) o, en su explicación al español, el acceso a código genético a través de bases digitales. ¿Código genético? ¿En qué se convirtió esta newsletter? Síganme el hilo.
Detrás de cada microorganismo, planta, animal hay información genética, hay una secuencia genética. Esa secuencia genética permite la generación de sustancias naturales que, por sus propiedades, se pueden aprovechar para desarrollar productos comerciales. El mejor ejemplo de ello es el caso de los medicamentos. Bueno, el tema en cuestión aquí es quién obtiene beneficio de ese recurso genético. ¿El laboratorio de una multinacional que usa el código genético para desarrollar un medicamento? ¿El país en desarrollo del cual procese ese código y/o la información sobre cómo usarlo? ¿Ambos? Esto es lo que se buscará definir como uno de los objetivos del marco de acción.
Creo que ahora se entiende por qué en estas COP el verdadero elephant in the room son los laboratorios, ¿no? - Uno de los objetivos del marco de acción que mayor visibilidad ha tenido es el de establecer una meta de superficie protegida. La campaña 30x30 busca que un 30% de la superficie esté protegida para 2030. Pero hay algunas diferencias en lo que ese 30% podría implicar: para algunos, tendría que ser 30% en general, para otros tendría que ser 30% de la superficie terrestre y 30% del mar.
- En todo esto habrá algo transversal fundamental a discutir: el rol de las comunidades originarias. Esas comunidades que conocen y protegen la diversidad biológica de sus territorios, territorios de los que, en favor de intereses de actividades extractivas, se intenta desplazarlos. Valérie Courtois, directora de la Iniciativa de Liderazgo Indígena, fue contundente: "Queremos que la inclusión de los derechos de las comunidades originarias se mantenga en el texto y no que quede relegada sólo al preámbulo, lo que podría quitarle peso".
Mientras muchos consideran que el Acuerdo de París ha tenido muchas fallas —que por supuesto las tiene, porque fue un acuerdo imperfecto, pero el mejor posible a consensuarse—, muchos son también los negociadores y observadores de la COP de biodiversidad que ven el acuerdo climático con aprendizaje para esta COP15. Shuo Li, asesor de Políticas Globales de Greenpeace China, así lo explica: "El Acuerdo de París es internacionalmente fuerte. No sólo tiene una meta global, la de limitar el calentamiento por debajo del 1.5, también se vincula con metas nacionales. Tiene un esfuerzo global con respuesta de acciones nacionales y hay reglas muy establecidas para su implementación. Al CBD le falta eso aún. Debe aprender eso del Acuerdo de París".
¿Lo aprenderá a tiempo? La respuesta la empezaremos a conocer desde mañana con el inicio de la COP15, protagonista de PLANETA durante este atípico y mundialista diciembre.
Y hablando de COPs... el último mes del 2022 llegó con una alegre noticia: la cobertura de la COP26 que hicimos a fines de 2021 en RED/ACCIÓN recibió el segundo Premio ADEPA en la Categoría Multimedia. Fue una cobertura que se centró en ocho ediciones de PLANETA con un análisis previo de los temas clave a negociarse, el desarrollo de lo ocurrido durante la conferencia y la evaluación sobre sus resultados en el después. Ello se complementó con un registro diario con lo más destacado de cada jornada, contenido dinámico en historias de Instagram, dos ediciones del podcast semanal FOCO y un artículo sobre cómo compensé la huella de carbono que supuso mi viaje.
Porque si bien fui la que viajó a Glasgow —y se testeó unas 18 veces en menos de un mes3 el resultado de la cobertura de la COP26 fue un trabajo en equipo con Javier Drovetto y Juan Mascardi en edición, Luciana Coraggio y Lucia Castro en redes sociales, y Delfina Campos en podcast. Así que mis felicitaciones a ellos y mi agradecimiento a ustedes por acompañarme en esa cobertura, en la de la más reciente COP27 y en la que inicia ahora con la COP15 ✈️.
¡Un saludo!
Tais