Muchos directivos de empresas están respondiendo al movimiento #MeToo con una actitud que prioriza prevenir que lamentar. Por lo tanto, muchos se alejan de aconsejar a las mujeres. Esta reacción no tiene ningún sentido: privar a las empleadas del consejo, oportunidades de desarrollo, exposición y visibilidad que acompañan a las relaciones de mentoría tiene serias consecuencias para el futuro de cualquier organización.
Si queremos más mujeres líderes, necesitamos hombres en posiciones de poder que respalden su ascenso. Aquellos que tienen mentores ganan mayores salarios, son promovidos con mayor rapidez, están más satisfechos con su trabajo y, lo más importante, están impulsados a aprender más para mejorar su desempeño, carrera y lugar de trabajo.
¿Cómo deberían los hombres enfocar la mentoría en los lugares de trabajo de la actualidad? He aquí cinco sugerencias:
Busque intencionalmente mujeres para acompañar. Evalúe su red actual de mentoreados y considere qué tan diversa es. ¿Se involucra más con hombres que con mujeres? El diálogo abierto, evitar juicios e identificar valores e intereses en común puede ayudar a corregir ese desequilibrio.
Sea transparente. ¿Cuándo suceden las discusiones respecto al desarrollo? ¿Son en su oficina, en una sala de conferencias o mientras viajan a las instalaciones de un cliente? Reflexione sobre los tiempos y contexto de sus típicas conversaciones de mentoría. Si el comer juntos se siente inapropiado, pregúntese por qué.
Escuche con empatía. Los buenos mentores identifican oportunidades, abren puertas y conectan a los mentoreados con tareas desafiantes, de forma que aprendan y crezcan. Sólo podrá hacerlo si hace preguntas y luego escucha para entender, afirmar y validar lo que necesita su mentoreada. Escuchar con empatía también significa identificar y manejar sus propias reacciones e incomodidad emocional.
Reconozca los temas de género. Pregúntele a su mentoreada cómo el género ha influido en su carrera. Pregúntele cómo experimenta la cultura de su organización, y si ella considera que las políticas y prácticas de la empresa son un respaldo. Pregúntele qué oportunidades de mejora percibe.
Apoyela activamente y ayudela a conectar con otros. Si usted está en una posición de influencia, piense acerca de cómo elevar la visibilidad de su mentoreada. Expóngala a las complejidades del rol que usted ejerce y preséntela a otros líderes en posiciones de poder. Suba su nombre como una candidata de alto potencial para el ascenso, tanto en conversaciones formales como informales. Las mujeres están más dispuestas a pedirle a sus jefes tareas desafiantes si tienen un mentor respaldándolas. Sea ese mentor. Si la norma es que los líderes poderosos tengan un grupo diverso de mentores, entonces la cultura de la organización comenzará a reflejar esas prácticas.
Dar mentoría tanto a hombres como a mujeres es una inversión de tiempo y recursos que vale la pena. Las relaciones de mentoría son mutuamente benéficas, lo que significa que tanto mentoreados como mentores obtienen recompensas. Más aun, los hombres que guían y promueven públicamente a mujeres obtienen mejores evaluaciones a fin de año y son percibidos como promotores de la diversidad.
Wendy Murphy es profesora asociada de administración en el Babson College y coautora de "Strategic Relationships at Work."
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