Congreso de la lengua en Córdoba: 10 postales del lado b- RED/ACCIÓN

Congreso de la lengua en Córdoba: 10 postales del lado b

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Congreso de la lengua en Córdoba: 10 postales del lado b

1.- El suspiro de Sabina

Bastó que el cantautor Joaquín Sabina suspirara para que el público que había colmado el Teatro del Libertador General San Martín el viernes por la tarde lo ovacionara.

En realidad, cualquier gesto, cualquier movimiento suyo provocaba inmediatos aplausos de los fanáticos incondicionales que habían formado una larga fila de casi dos horas para escuchar su participación en la mesa “Poesía y diversidad cultural”, en la que, después de suspirar, reconoció que “entre tanto poeta y tanto erudito me siento un poco impostor”.

Joaquín Sabina. Foto: Télam

Sabina y Mario Vargas Llosa fueron las estrellas del Congreso, los únicos invitados internacionales que no podían caminar por las calles de Córdoba porque enseguida atraían multitudes de fans que querían fotos y autógrafos. Por eso, ambos se refugiaron la noche del viernes en un restaurante del céntrico barrio Güemes para celebrar, junto con un pequeño grupo de amigos, el cumpleaños 83 del Nobel.

2.- La interrupción de Edwards

La sesión “Homenaje a un siglo de relaciones culturales entre América y España” fue la más accidentada del Congreso.

Para empezar, el español Juan Manuel Bonet no fue y sólo mandó su ponencia por escrito. Y, a último momento, el chileno Jorge Edwards avisó que no iría porque se sentía mal, aunque sí había llegado a Córdoba y estaba en su hotel.

Con esas ausencias en la mesa, el mexicano Juan Villoro tomó la palabra. Los organizadores le avisaron que podía extenderse más de los 10 minutos previstos, así que alargó una exposición en la que subrayó que el español era una lengua de “conquista y contraconquista”. Cuando recordaba a los zapatistas, un hombre apoyado en un bastón y del brazo de una mujer entró al Teatro, avanzó por el pasillo y subió al escenario. Era Edwards, quien a sus 87 años decidió que finalmente sí iría al Congreso. Aunque llegó tarde e interrumpió a Villoro, no se disculpó. El mexicano, por su parte, tuvo que apurarse para dejarle espacio al chileno, porque el horario de la mesa estaba por agotarse.

3.- Ojo con las máquinas

Dentro de poco ya habrá más máquinas que personas que hablen español.

El dato llamó la atención del público que escuchaba las advertencias de José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, en la mesa “La lengua de la inteligencia artificial”, en el Teatro del Libertador General San Martín. Parecía que narraba una historia de ciencia ficción: máquinas que ya escriben por su cuenta novelas que participan en concursos literarios. O que pintan y crean cuadros que se subastan en millones de dólares porque anticipan las tendencias del arte. O que interactúan entre ellas sin intervención humana de por medio.

José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. Foto: Congreso de la Lengua

Pallete convocó a tomar las riendas de los avances tecnológicos porque el español es el segundo idioma más hablado en el mundo pero no es líder en contenidos digitales, ya que el inglés está 10 veces más arriba. A mediados de este siglo, dijo, 780 millones de máquinas ya hablarán español, pero un mal español.

Así lo demostró enseguida el hacker Chema Alonso, quien denunció que la lengua española no está siendo bien tratada por la tecnología. “Word no reconoce miles de palabras, las subraya en rojo para mostrar que nuestra lengua es incorrecta y no es así”, explicó. Como ejemplo, mostró en una pantalla  palabras como “beluga”, “vespino” y “biometría” que los algoritmos marcan como error en su escritura, lo que desalienta a los usuarios a elegirlas.

Para peor, agregó, Gmail directamente las sustituye.

4.- Los poemas del ministro

El ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, sorprendió el miércoles, en la entrega de premios de los concursos “Palabras en acción” y “Poesía en acción”, al lamentar que “ya no se escribe poesía”. Los murmullos se dispersaron entre las butacas del Teatro San Martín, ya que parte del público hizo patente su desacuerdo con tal afirmación. Después de celebrar la obra de Borges y Neruda, el ministro volvió a sorprender al recitar, al borde de las lágrimas, un poema de Miguel Hernández que le repetía a su mujer cuando estaba embarazada.

Al día siguiente, en la sesión “Retos del español en la educación del siglo XXI”, Finocchiaro tuvo que escuchar las críticas de Mempo Giardinelli a las políticas educativas del gobierno en la mesa que ambos compartieron. “Ahora en este país, y desde hace mucho en países vecinos, observamos el paulatino y peligroso reemplazo de pedagogos y maestros por gerentes e instructores provenientes de dudosas disciplinas. En la educación argentina, la intervención de empresas e instituciones transnacionales empieza a gobernar el sistema”, denunció el escritor. El ministro ya no volvió a recitar poesías.

5.- Una ciudad invadida por la cultura

Durante una semana, Córdoba albergó una agenda cultural inabarcable.

Fue como un maratón. En vísperas del inicio del Congreso, se realizó el Seminario Iberoamericano de Periodismo y Comunicación con 50 invitados nacionales e internacionales, entre ellos Juan Villoro y Martín Caparrós.

Juan Villoro. Foto: Télam

Ya con el Congreso en marcha, se inauguró el Primer Encuentro Internacional: Derechos Lingüísticos como Derechos Humanos, bautizado por la prensa cordobesa como el “Contracongreso”, con un enfoque latinoamericanista alejado del predominio español que siempre tiene el Congreso de la Lengua, y en el que se homenajeó a Osvaldo Bayer. Horacio González, recién nombrado por Paco Ignacio Taibo II como director del Fondo de Cultura Económica en Argentina, fue uno de los principales invitados. Y la escritora María Teresa Andruetto, la única que participó en el Congreso y en el “Contracongreso”.

Los mismos días, además, se realizó el Festival de la Palabra que incluyó shows musicales, un domo gastronómico, una feria del libro en la Plaza San Martín, talleres, actividades infantiles, artes visuales y presentaciones de libros.

Con tanta oferta cultural simultánea, los cordobeses y los visitantes tuvieron que diseñar estratégicas agendas.

6.- La lengua, orgullo cordobés

“Las hablas de Córdoba”, invitaba un domo instalado frente al Patio Olmos y que incluía juegos para aprender a usar los cordobesismos. Para quien no es de aquí, de verdad implicaba descubrir otro idioma a partir de palabras como “guaso”, “ocote”, “junar”, “bichear”, “mamasa”, “aguachirri” y, por supuesto, “culiao”.

Gabriel Cañete, estudiante universitario del Profesorado de Español como lengua materna y extranjera, explicó que el stand forma parte de un proyecto para registrar, difundir y defender los cordobesismos. Para ello, más de 50 investigadores recorrieron la provincia, indagaron los modos de hablar, las pronunciaciones, el léxico, los tiempos verbales y los refranes, recogieron más de un millón de palabras y videograbaron cerca de 80 horas de entrevistas etnográficas.

“Hay un orgullo del habla cordobesa. Cuando vamos a otras provincias la gente nos pide que hablemos porque les da gracia la tonada y a nosotros nos gusta hacerlo, somos especiales”, presumió.

7.- El lenguaje evangelizador

El Congreso de la Lengua tuvo cinco sedes formales, el Teatro San Martín, el Teatro Real, las facultades de Derecho y de Ciencias Exactas, y la Universidad Católica. Además, las sesiones se retransmitían en el Cabildo y en tres lugares diferentes de la Universidad de Córdoba.

Afuera de la mayoría de esas sedes, grupos evangélicos aprovecharon la convocatoria de público del Congreso para promover sus propias publicaciones. Claro, títulos al estilo de “¿Qué es tener éxito?”, “¿Cuándo habrá paz?”, “¿Dónde puedo hallar consuelo?” y “¿Cómo tener una familia feliz?” podían ser más atractivos, concretos y prácticos para el público en general que “El español y la sociedad digital”, “Maestros analógicos y alumnos digitales”, “Nuevos horizontes del español: África y Asia” o “La competitividad del español”, temas que se discutían puertas adentro del Congreso.

8.- Los rebeldes

Claudia Piñeiro, Mempo Giardinelli y María Teresa Andruetto aprovecharon su participación en el Congreso para criticar el colonialismo cultural que persiste en estos encuentros.

Claudia Piñeiro. Foto: Télam

A teatro lleno, entre aplausos y en diferentes sesiones, Piñeiro propuso que en el futuro deje de llamarse Congreso de la Lengua Española y sea el de la Lengua Hispanoamericana, mientras que Giardinelli advirtió que no se puede llamar “español” al castellano que se habla en América. “El idioma español nunca existió, no existe, su uso se generalizó por la sumisión al barbarismo de traducir el vocablo inglés spanish”, denunció.

En el cierre, Andruetto fue más allá: “Para qué un congreso en estas pampas sin intervención local en los contenidos…pienso en un Congreso de la Lengua en donde el país receptor intervenga en los contenidos, en un Congreso que revise su nombre, en donde se discutan los beneficios económicos de la enseñanza del castellano en el mundo”.

9.- ¿Para qué sirve?

Más allá de que el público puede conocer y escuchar a celebridades literarias, ¿qué utilidad tienen la multitud de sesiones plenarias, conferencias, paneles, mesas, conciertos y debates del Congreso de la Lengua?

Dice el periodista y escritor Jorge Fernández Díaz a RED/ACCIÓN: “Estos congresos sirven para debatir cara a cara académicos con periodistas, periodistas con escritores y escritores con profesores, las circunstancias alrededor del lenguaje. Hoy hay en el mundo una guerra por las palabras. El lenguaje no es inocuo, tiene que ver con la democracia, con el poder. Lo que se discute aquí ayuda a aclarar lo que está sucediendo con la revolución tecnológica que lo cambia todo”.

Daniela Ugarte, argentina, profesora en Letras especializada en la enseñanza de español para extranjeros, explica que a ella le sirve “para capacitarme y conectar con colegas de la profesión. Nos actualizamos, escuchamos distintas voces sobre una lengua que está en permanente cambio y evolución. Se hacen convenios, se intercambia bibliografía y se fortifica nuestra capacitación”.

Para Viviana Nieto, una colombiana que coordina en Bogotá una maestría en Formación de Profesores de Español como Lengua Extranjera, el Congreso es muy importante “porque cada país hace esfuerzos por separado, pero acá entendemos que ya podríamos trabajar más en conjunto porque somos una unidad, América Latina podría ser más potente”.

10.- La música acompaña

Y después de pensar, sentir.

La música acompañó las noches del Congreso de la Lengua con espectáculos a pura carcajada, como el de Les Luthiers al aire libre frente a más de 20 mil personas, o emocionar, como el homenaje tanguero a Sabina en el Teatro San Martín, que el propio cantautor cerró entonando su ya clásica “Con la frente marchita”. El día de la inauguración, la Orquesta Sinfónica de Córdoba encabezó un homenaje a Manuel de Falla, y el día de la clausura, el toque de folclor llegó con Soledad Pastorutti y Jorge Rojas frente a una multitud que se acercó a la Ciudad Universitaria mientras en el San Martín se realizaba a sala llena un homenaje a Atahualpa Yupanqui titulado “Yo tengo tantos hermanos”. El único “pero” es que todos los homenajeados de este Congreso fueron hombres. Quizá en Arequipa 2022 reconozcan la obra de alguna mujer. Nombres sobran.