Todo va a salir bien. Todo va a salir bien. Todo va a salir bien.
A veces el mantra, como cualquier palabra que se repita una y otra y otra vez, pierde sentido. Se gasta.
Incertidumbre, miedos, dudas, inquietudes, mayor sensibilidad, explosión hormonal. A todas las sensaciones y emociones que genera estar embarazada sumémosle una pandemia mundial. Un aislamiento obligatorio. Y un sistema de salud que no da abasto. ¡Boom!
El combo es suficiente para que cualquier mujer o persona gestante pueda sentir que el mundo se vino abajo. Que con esto, no puede.
Llevo 34 semanas de embarazo. Estoy en el último tramo de la gestación. La cuarentena me sorprendió, como a muchas futuras madres, sin llegar a hacer las compras que quería para la llegada de mi primer hijo. Sin poder ver a mi familia. Sin poder compartir los últimos meses de embarazo con mi madre, que es población de riesgo. Ni con mi suegra, que es abuela primeriza y quedó con una pila de conjuntos tejidos para su primer nieto, en otra provincia. Sin saber cuándo nos vamos a poder abrazar. Sin saber cómo se va a dar el nacimiento de mi hijo en este contexto ni cuánto va a pasar hasta que pueda conocer a sus abuelas, tíos, tías, primos, primas, amigos y amigas que lo están esperando. Con miedo de ir a los controles médicos y entrar en una clínica en una coyuntura de enfermedad y contagio.
Como a muchas.
Pero, al margen del miedo, y de todos los sin, la cuarentena también —y sé que soy enormemente afortunada— llegó con un compañero, que también será padre primerizo, dispuesto a todo, que se pone al hombro las compras, la farmacia y lo que sea necesario para preparar la llegada de nuestro hijo y lo que haga falta sin que yo tenga que salir a la calle. Con amigas, amigos, familia, compañeras y compañeros de trabajo que, de diferentes maneras, virtuales, telefónicas, por todos los medios y canales disponibles, se preocupan por estar presentes, acompañándonos.
Y con más de dos trimestres de embarazo recorridos sin cuarentena en los que, tanto por mi rol de periodista, como de futura madre un poco obse y ávida de información, pude conocer a muchas y muchos profesionales relacionadas con el parto, la lactancia y la psicología perinatal que están brindando diferentes herramientas y recursos, por todas las vías posibles, para seguir acompañando a las embarazadas en este momento que seguro está lejos de cualquier escenario que ninguna podría haber imaginado cuando pensaba en la llegada de su hijo o hija.
Actividad física y reflexión
Uno de los recursos más importantes durante el embarazo, pero que se vuelve imprescindible en cuarentena para combatir la ansiedad, liberar endorfinas, calmar dolores y transcurrir este momento de la mejor manera, es la actividad física. Y si es compartida con otras embarazadas, mucho mejor. Siempre, estar en contacto con mujeres que atraviesan la misma situación reconforta, porque te hace sentir menos sola frente a la incertidumbre. Eso lo aprendí temprano: tejer redes, armar tribus.
Por eso, a mis 12 semanas de gestación, me anoté en el programa de embarazo saludable de Tobi natal, "un centro interdisciplinario que se dedica desde 1975 a prevenir y promover la salud corporal y psicológica de la persona a partir del embarazo, el parto y el puerperio. Su objetivo es convertir el embarazo en una experiencia transformadora para la vida". Así se definen.
Viviana Tobi, psicóloga, sexóloga, y terapeuta corporal, lo creó hace 45 años. Ella explica que el programa que ofrece su espacio “es una integración de distintos aspectos: la posibilidad de hacer actividad física, que si bien es saludable en todas las épocas de la vida durante el embarazo adquiere una relevancia imprescindible porque el cuerpo necesita un acompañamiento diferente, seguido por un espacio de reflexión, que también resulta necesario”.
Este programa, que en un mundo sin pandemia se lleva a cabo en un estudio, desde el inicio de la cuarentena —como la mayoría de las actividades de la vida— se trasladó a la plataforma Zoom. Y, si bien no fue fácil para las instructoras de yoga, esferodinamia y expresión corporal, adaptar los ejercicios y “cambiar el cuerpo a cuerpo por el pantalla a pantalla”, el resultado es positivo: “lo que nos devuelven las mujeres es que se sienten muy contenidas, acompañandas, no abandonadas. Porque aparte de la posibilidad de moverse, tenemos el espacio posterior donde se pueden compartir las experiencias que cada una va atravesando en un momento donde hay tan poquísimas posibilidades de intercambiar con una par, de preguntarle a otra embarazada cómo está llevando la cuarentena en relación a las consultas obstétricas o qué estudios o qué vacuna, o cómo está sintiéndose en la relación de pareja en un momento en el que están cambiando tantas cosas”, dice Tobi.
Y agrega: “Yo considero que todas las mujeres embarazadas, en el formato que tengan para poder llevarlo adelante, necesitan de un espacio protegido para poder desplegar algo de lo que sienten que les hace bien. Puede que sea solo poner música y durante 20 minutos moverse al compás, o encontrar un momento de expansión, placidez, que no pase solo por la información de pantalla. Porque hoy tenemos acceso a todo en el acto, pero lo que no se puede tener de manera inmediata es lo que pasa y se vive en el cuerpo. Esa es una experiencia intransferible que hay que atravesar. No se puede reemplazar con nada”.
Claro que la de Tobi natal no es la única propuesta que ahora continúa a través de vías virtuales y grupo de WhatsApp.
La partera Edith Diez (MN 7648), especialista en parto humanizado, tanto en instituciones como en domicilios, lleva adelante, desde hace casi dos décadas, el programa de Abordaje Corporal Emotivo (ACE) con las embarazadas que acompaña. Creada por la partera Raquel Schallman (también autora del libro Parir en Libertad), con quien Edith y su coequiper, Lorena Vaamonde, se formaron, la propuesta consiste en encuentros grupales de mujeres embarazadas, una vez por semana, donde, al igual que en Tobi natal, primero se plantean diferentes actividades corporales, con música y consignas y luego se abre un espacio verbal de intercambio para “poner en palabras lo vivido con el cuerpo durante la jornada”.
Este acompañamiento también debió mudarse a Zoom y WhatsApp. “De pronto nos preguntamos cómo incorporar la parte física, y empezamos a hacer lo mismo por otras vías. Yo contraté Zoom; Lore, desde su casa, ofrece la consigna corporal, la música, y muestra con el cuerpo lo que propone. Y todas se eligen ese día un espacio en su casa para poder trabajar lo corporal. Después, cada una tiene cerca su bebida, su mate, su té, y hablamos acerca de lo que sucede con el cuerpo, bajamos información y cada una pregunta lo que necesite saber. Así estamos acompañando el embarazo”, cuenta Edith.
En el grupo de WhatsApp de las embarazadas que acompaña también circulan canciones, lecturas, capítulos de libros y diferentes herramientas que pueden servir para transitar este momento, alejarse de la pandemia y conectarse con la vida que crece.
Pese a la situación complicada que toca transitar, a toda la sociedad y a las embarazadas en particular, no todo el balance de lo que causa la pandemia en este caso es negativo. Según Edith, la coyuntura obligó a la medicina a “poner en foco lo más importante” y a “dejar de lado todo el mercantilismo que se había instalado”, en relación al embarazo y al parto.
Y explica: “Desde el sistema médico mercantilista estamos saturadas de controles durante el embarazo, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda solo cinco. Obviamente se tienen que seguir haciendo, con los cuidados y prevenciones necesarias. Pero hay que volver un poco a lo básico, a lo elemental, para saber que estoy controlada, que estoy bien y nada más. Uno entra en el sistema y no se da cuenta, pero la sobresaturación de estudios es una exageración también”.
Por esta situación, varias mujeres se replantean si parir en un sanatorio es la mejor opción. Edith Diez asegura que las consultas por partos domiciliarios le aumentaron al menos un 30%. “A veces ya estaba rondando la idea en la cabeza y hay una concreción porque la pandemia está presente. Pero detrás está esto: está girando todo y se está volviendo a poner en foco lo que es el embarazo. Entonces el parto deja de ser un evento de la medicina, para volver a lo que es, un hecho fisiológico, y la medicina pasa a ser usada para el cuidado. Yo lo veo como algo positivo, quiero verlo así. Como que hay una situación que está poniendo las cosas en el lugar más correcto”.
Consultas con especialistas, charlas con puericultoras, pediatras y compras online:
Además de lo relevante de la actividad física y compartir con pares, para lo que no hace falta estar inscripta en ningún programa si no que basta con entrar al amplio mundo de las redes para encontrar foros y grupos de futuras madres, crianza, porteo y lo que se busque, segmentado hasta por barrios, muchos profesionales están brindando charlas vía Instagram, Zoom y plataformas similares.
La puericultora Paola de los Santos, por ejemplo, brinda charlas en vivo sobre lactancia a través de la cuenta de Instagram de philipsaventar. La periodista especializada en crianza, Debbie Maniowicz, también sube a su cuenta, upalalaok, datos de lugares que envían a domicilio, recetas, experimentos y actividades para hacer en casa con niños y niñas, para quienes ya tienen hijos e hijas. Además, hace algunos días entrevistó al obstetra Guillermo, “Tito”, Lodeiro y todas las participantes podían enviarle sus preguntas. Esta cuenta puede ser de utilidad para muchas futuras madres.
También desde la Facultad de Psicología de la UBA, armaron una Guía básica de recomendaciones, recursos y herramientas psicológicas para la salud mental perinatal en tiempos de covid-19, que ayuda a enfrentar la pandemia “en los procesos que hacen al embarazo, el parto, el puerperio, la lactancia y la crianza”.
Y respecto a las compras sin hacer y los regalos que no fueron, hay varias marcas de ropa, tanto para embarazadas como para bebés, que siguen haciendo envíos para que los futuros recién nacidos puedan estar abrigados y sus madres tengan lo necesario para el momento del parto.
También Mercado Libre resulta un gran aliado. Con el filtro “envío con normalidad” puede buscarse lo que se necesite y lo mandan con celeridad, salvo que surja algún inconveniente que, en mi experiencia, sucede la menor de las veces. Y en general, pediatras, parteras, obstetras, están respondiendo todo tipo de consultas online, mensajes por Whatsapp, ofreciendo charlas y hasta cursos de parto y clases por Zoom.
El combo embarazo, hormonas, aislamiento, pandemia mundial es suficiente para que cualquier mujer o persona gestante pueda sentir que el mundo se vino abajo. Que con esto, no puede. Pero con un hijo o hija por nacer, levantamos ese mundo que se cae con las manos. Porque con esto, con esto también vamos a poder.