—¿Qué tendencias o cambios tuvieron lugar en el sector textil tras el COVID-19?
—La pandemia del COVID-19 ha traído una nueva normalidad en cuanto a formas de comprar en general, creando una serie de condiciones para que las personas puedan ser más conscientes sobre sus hábitos de consumo. Desde Animaná y Hecho por Nosotros creemos que el hecho de que los consumidores y las marcas puedan reconocer sus excesos, despejará el camino hacia una nueva normalidad más responsable en cuanto a gastos y la llamada slow fashion. Es importante recalcar que una gran cantidad de marcas de ropa no han podido presentar sus colecciones a causa de la pandemia. En algunos casos se han adaptado y lo han hecho en formato digital, pero para muchas otras la crisis significó un punto de partida para cambiar su filosofía. Así, varias marcas han anunciado el fin de las colecciones estacionales, un hecho significativo en la historia. El sector textil generará una mayor demanda por diseños únicos y atemporales, producción sustentable y trabajo en condiciones éticas.
—¿Cómo definirías la moda circular y qué lugar ocuparía en el nuevo paradigma?
—La moda circular es una moda versátil en uso y sostenible en diseño, ya que el concepto básico de circularidad implica un circulo virtuoso de producción y consumo en el que no hay desechos. En la industria de la moda, esto significa ir un poco más allá de una simple prenda de vestir. Este concepto prioriza la creatividad y responsabilidad social para garantizar que los diseños generen la menor contaminación posible, y aprovechen la utilización de los materiales. La moda circular es mucho más que reciclar y por eso creo que en el nuevo paradigma se vuelve un pilar para avanzar hacia una moda sustentable, al ser una manera de transformar las prácticas derrochadoras y perjudiciales que han predominado en la industria.
—¿Qué oportunidades crea el COVID-19 para mejorar las prácticas textiles a favor de la moda sustentable?
—La reducción en el consumo de prendas trae consigo una oportunidad en la industria de repensar los modelos de producción. La mayor oportunidad que nos esta dejando es mejorar las condiciones laborales en las fábricas. La naturaleza de expansión del coronavirus ha dejado expuestas las prácticas riesgosas. El aumento de contagios entre los trabajadores de la industria ha obligado a las empresas a reorganizar los espacios, reducir horarios y priorizar la sanitización y salud ante el riesgo de cerrar por completo. Si bien es lamentable que esta sea la causa por la que los gigantes de la moda buscan mejorar sus prácticas laborales, no deja de ser un avance.
Este contenido fue publicado originalmente en Otra Economía, la newsletter sobre economía circular, inclusiva y de triple impacto que edita Florencia Tuchin. Podés suscribirte en este link.
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