Cómo se trabaja en el rescate de alimentos que se pierden o desperdician- RED/ACCIÓN

Cómo se trabaja en el rescate de alimentos que se pierden o desperdician

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

El 29 de septiembre es un día de concientización sobre un gran problema de la producción alimentaria: el 17 % de lo que se produce, se tira. Eso implica en la Argentina 362 kilos per cápita al año. La red de bancos de alimentos trabaja con diez mil voluntarios para recuperar esa comida y hacerla llegar a comedores y organizaciones sociales.

Cómo se trabaja en el rescate de alimentos que se pierden o desperdician

Intervención: Marisol Echarri

El 17 % de todos los alimentos disponibles en el mundo se desperdicia. Esto significa que cada año se arrojan 1.030 millones de toneladas a la basura. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, Food and Agriculture Organization), en la Argentina se pierden o desperdician 16 millones de toneladas de alimentos por año, lo que representa aproximadamente 362 kilos per cápita. Por eso, cada 29 de septiembre se realiza el Día Internacional de la Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. 

Los bancos de alimentos se crearon para aportar parte de la solución a este problema: rescatan comida fresca o envasada, en distintas instancias de producción, que se descarta por distintas razones pero que es apta para consumo humano, y la hacen llegar a comedores y organizaciones sociales.

La Red Banco de Alimentos Argentina (REDBdA) duplicó la entrega de alimentos durante 2020 y ya alcanzó 10 millones de kilos en 2021. Mientras el año pasado, en plena pandemia focalizó la entrega de alimentos a comedores, con cifras récord, en 2021 esta organización también generó capacitaciones y nuevos procesos de sustentabilidad para garantizar la llegada de alimentos a más de 1,2 millón de personas.

La Red Banco de Alimentos  Argentina trabaja con diez mil voluntarios. (Imagen: gentileza. REDBdA)

“Los verdaderos héroes son los voluntarios. Son los que hacen el trabajo de rescatar, clasificar y distribuir”, sostiene Fernando Mendoza, director ejecutivo de REDBdA, quien describe que existen cuatro canales básicos de rescate de alimentos: el campo, los mercados de frutas y verduras, las industrias y las grandes cadenas de supermercados. La red está integrada por 25 bancos de alimentos en 15 provincias, en los que participan más de 10 mil voluntarios. Su trabajo asegura que los alimentos rescatados estén disponibles en tiempo y forma para quienes más los necesitan. Sus tareas son: realizar la clasificación en los depósitos, armar los pedidos para entregar a las entidades beneficiarias y aportar servicios profesionales.

Uno de los principales canales de rescate es el agro. Desde Red se contactan con los productores directamente en el campo o en los sectores de lavaderos. Ahí realizan las tareas de rescate de frutas y verduras. “Muchas veces se pierden frutas y verduras desde el origen por el aspecto o por el color que tienen. Y no necesariamente porque sean muy chiquitas, por ejemplo, sino también por el exceso. Hace muy poco nos dieron 30 mil kilos de lechuga porque las hojas eran demasiado grandes. La lechuga ya estaba arriba del camión y los productores nos dijeron: ‘La hoja es demasiado grande, no va a ser vendible’”, relata Mendoza.

“Al productor a veces no le conviene hacer toda la logística hasta el lugar adonde se va a vender su producción porque se la rechazan y pierde demasiado en flete. Ahí estamos nosotros con nuestros carros al pie de los lavaderos y rescatamos los alimentos. Otra variable es el precio. Si el valor está muy abajo, a los productores no les conviene ni sacarlos del campo. Ahí también vamos nosotros”, relata.

Buena parte del rescate de alimentos se realiza directamente en el campo, donde los productores descartan productos para la venta por su tamaño o color. (Imagen: gentileza. REDBdA)

El segundo canal de rescate son los mercados de frutas y verduras. “Las variables por las que rescatar alimentos son muy similares a las de los productores. Con la diferencia de que vamos trabajando puesto por puesto en la clasificación de lo que no se vende. Luego, hay frutas y verduras que se tiran, pero dentro de lo rescatado hay muchísimo que es comestible”, describe Mendoza. El factor con el que luchan los voluntarios es el tiempo, trabajan contrarreloj porque la vida útil de las verduras y frutas es corta y hay que distribuirlas rápidamente.

En relación al tercer canal de rescate, que son los supermercados, Mendoza explica que existe una merma de escala por diferentes cuestiones: por la rotura en los paquetes o por la proximidad en la fecha de vencimiento. “Ahí damos una mano luchando con las trabas burocráticas, porque cada supermercado tiene sus normas de autorización en las donaciones”, dice.

Una razón por la que a veces se descartan alimentos es porque su precio está muy bajo en el mercado: los voluntarios los rescatan en su lugar de producción . (Imagen: gentileza. REDBdA)

El cuarto canal de recuperación es la industria de la alimentación. “Allí ocurre que hay alimentos que están mucho tiempo en el stock y no llegan a completar la rotación entre industria, distribuidor y consumidor final. Aunque muchas veces también trabajamos directamente con las materias primas”, describe Mendoza y recuerda el caso de un rescate histórico: se recibió una donación de papas de la empresa McCain y se alcanzaron las 50 millones de raciones de comida para personas en situación de vulnerabilidad.

Esa donación se hizo cuando se declaró la emergencia sanitaria y la posterior medida de aislamiento social preventivo y obligatorio en marzo del año pasado. En ese contexto varias cadenas de comercio, distribución y venta tuvieron que restringir al mínimo o directamente suspender sus operaciones. En ese momento, el Banco de Alimentos de Balcarce lideró un operativo en conjunto con la empresa McCain y a través de la REDBdA se coordinó la logística. “La empresa nos donó la cosecha y el producto y nosotros coordinamos junto a los voluntarios la distribución”, recuerda Mendoza. La misión llegó a 16 provincias, a más de 130 municipios a través de 432 camiones. Se distribuyeron 10 millones de kilos de papas, que se traducen en 50 millones de platos de comida.

La red de bancos de alimentos durante 2020 duplicó la cantidad de comida que entrega a comedores y organizaciones sociales. (Imagen: gentileza. REDBdA)

“Es muy amplio el espectro que tenemos para trabajar. En el campo se estima que 40 % de lo que se produce queda allí”, describe Mendoza quien agrega que este año se firmó un acuerdo de acción conjunta con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria para realizar un mapeo de las distintas regiones y de ese modo tener un conocimiento cabal de las cadenas de valor y cuáles son las áreas en las que se desperdician alimentos.

El 17 % de los alimentos que se producen en el mundo se desperdician en alguna instancia de la producción, el transporte o la comercialización. (Imagen: ALI BURAFI / AFP)

REDBdA cuenta con la alianza de 5.237 comedores, merenderos y otras entidades. El objetivo de los bancos de alimentos es reducir el hambre, la malnutrición y el desperdicio de comida. Todos los productos que son rescatados son aptos para el consumo. Se almacenan, se clasifican y luego se distribuyen de manera trazable y segura, entre entidades de ayuda comunitaria adheridas. Y hay un segundo impacto: ayudar a combatir el cambio climático al evitar el uso innecesario de recursos, la degradación de la tierra y la generación de residuos.

El Día Internacional de la Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos se propuso en conmemoración del Primer Diálogo Regional sobre Pérdidas y Desperdicios de Alimentos realizado en 2015 por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, junto a representantes de los países de la región, con el propósito de construir una alianza en línea con su plan de acción y con su plan para la seguridad alimentaria, nutrición y erradicación del hambre de la comunidad de estados latinoamericanos y caribeños. 

“En la REDBdA buscamos multiplicar la tarea de los 25 bancos de alimentos. Nos movilizamos junto a empresas y donantes para favorecer el proceso sustentable de creación de valor y aportar a las necesidades de las comunidades locales”, explica Santiago Ramos, presidente de la Red Banco de Alimentos Argentina.

Entre 2003 y 2019, REDBdA distribuyó más de 111.334.289 kilos de alimentos que se traducen en más de 334 millones de platos de comida. En 2019, más del 75 % de los beneficiarios fueron niños y adolescentes menores de 18 años. Se puede contribuir a REDBdA con aportes de alimentos, la contribución económica, la prestación servicios, suministro de transporte o tiempo como voluntario. Para más información ingresar a https://www.redbda.org.ar/ayudar.

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Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones para América Latina, una alianza entre INFOBAE y RED/ACCIÓN, y fue publicada originalmente el 29 de septiembre de 2021.

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