Imagináte esto: estás mirando un plato de brownies frescos durante tu descanso de las 2 p.m. Tuviste un almuerzo temprano, por lo que tu estómago se queja y parece que falta toda una vida para la cena. ¿Qué pasa después?
Probablemente te estés comiendo esos brownies, amigo. (Y yo, ejem, definitivamente no estoy sacando esta historia de la experiencia personal).
El autocontrol frente a la tentación es una cosa difícil. Tendemos a verlo en términos de blanco y negro, casi moralistas: cualquiera que sucumba a la tentación, en cualquier forma, claramente debe tener una voluntad débil.
Una persona más fuerte nunca comería ese brownie, nunca caería en una espiral de YouTube de 90 minutos o vería otros tres episodios de "Billons" en lugar de escribir su nota.
Pero la ciencia detrás del autocontrol cuenta una historia diferente.
Un estudio de 2011 que examinó cómo las personas manejan el autocontrol descubrió que aquellos de nosotros que somos mejores en eso no somos más decididos o dedicados: simplemente experimentamos menos la tentación.
De hecho, la idea de que podemos mejorar nuestro autocontrol está en duda: un estudio de 2016 encontró que "entrenar el autocontrol a través de la práctica repetida no produce mejoras generalizadas en el autocontrol".
En otras palabras, no te castigues por la falta de autocontrol: estamos preparados para ser malos en eso. Pero ese no es el final de la historia.
El truco para ganar esas batallas es eliminar la tentación por completo.
Digamos que querés pasar menos tiempo en tu teléfono mientras trabajas. En lugar de tomar una decisión cada vez que tu dispositivo se encienda con una notificación de Instagram, colocá tu teléfono en un cajón para que nunca te enfrentes a esa decisión en primer lugar.
Un beneficio adicional proviene del acto de eliminar la tentación: un estudio del año pasado descubrió que el hecho de experimentar la tentación, independientemente de si sucumbimos a ella, puede hacer que nos sintamos agotados, lo que a su vez inhibe nuestra capacidad para lograr nuestros objetivos.
Mucho de esto se reduce a la construcción de hábitos saludables que se refuerzan a sí mismos. La idea final es sacarte de tantas decisiones como sea posible para que puedas centrarte en las que realmente importan.
© 2019 The New York Times