Por cada líder motivador y cada directivo empático allá afuera, hay docenas de jefes tóxicos, y llegan en muchas formas diferentes. Sin embargo, lo que tienen en común es su habilidad de generar estrés en sus subordinados.
Ya que los malos jefes están muy extendidos, es difícil evitarlos. La mejor forma de lidiar con alguno sería, por supuesto, dejarlo, pero el siguiente podría ser igual de malo. Por otra parte, aunque el trabajo independiente es tentador, las personas que trabajan para sí mismas tienden a dedicarle más horas, sólo para ganar menos y hacer una menor contribución a la economía general.
Entonces, ¿cuál es la mejor forma de lidiar con un jefe estresante? He aquí tres simples recomendaciones:
Métase en su cabeza. No importa qué tan malo sea su jefe, probablemente es consistente. Aprenda a predecir sus patrones de comportamiento y se convertirán en un problema mucho más pequeño. Una vez que lo haga, no tendrá excusa para estar mal preparado. El humor de su jefe podría fluctuar diariamente, pero usted estará listo para cuando suceda. Enfóquese especialmente en decodificar a su gerente, los aspectos indeseables de su personalidad, que afectan su habilidad de construir y mantener un equipo de alto desempeño.
No sea usted mismo una fuente de estrés. Todo directivo tiene un lado amable, e incluso el peor jefe del mundo mostrará algunas cualidades positivas parte del tiempo. Sin embargo, el estrés tiende a sacar lo peor del directivo. Por lo tanto, no empeore las cosas siendo usted mismo una fuente de estrés. No es sorpresa que, sin importar el trabajo o la industria, los gerentes tiendan a promover empleados con los que es satisfactorio tratar. Esto explica la importancia de la inteligencia emocional en relación con la carrera laboral, y el porqué los empleados que carecen de ella suelen estar en problemas, incluso si son talentosos y trabajadores.
Haga que su jefe se vea bien. Finalmente, recuerde tener algo de influencia. Vuélvase indispensable para su jefe y asegúrese de que él se vea mejor con usted a bordo. Muchos directivos tienen éxito en sus carreras no por su talento de liderazgo, sino por su habilidad de tomar el crédito por los logros ajenos y culpar a otros de los errores propios. No importa qué tan estresante pueda ser su jefe, y qué tan bueno sea usted lidiando con su personalidad, la única forma de reducir la tensión es siendo un recurso valioso. Sin embargo, incluso si usted facilita la vida de su jefe, asegúrese de mantenerlo en secreto. Si el directivo ve que todos se dan cuenta del valor que tiene usted, le preocupará que usted podría dejar la compañía, tomar el crédito por sus logros o incluso quitarle el trabajo.
Tomas Chamorro-Premuzic es el CEO de Hogan Assessment Systems, profesor de psicología de negocios en el University College London y miembro de la facultad en Columbia University.
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