Los country managers de las compañías multinacionales caminan por una cornisa enjabonada. Tienen que explicar las tormentas políticas argentinas a la vez que procuran transmitir serenidad a sus casas matrices. La frase de cabecera: “no es lo que parece”.
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Explicar, explicar, explicar. Hace 4 meses, bajo el título “Cómo explicarle a un extranjero las elecciones legislativas argentinas”, proponíamos mirar cuatro variables para evitar perderse en el mar de noticias que genera cada día la política local: la interna del gobierno, la interna de la oposición, la crisis sanitaria y sus derivaciones, y la inflación y el dólar. El resultado de las PASO confirma que la fórmula funciona. CEOs, directores de comunicación de empresas y consultores tienen que explicar de nuevo por qué pasó lo que pasó y cómo luce el futuro. Una propuesta actualizada podría ser así:
- La interna del gobierno. El presidente logró imponer a sus candidatos Tolosa Paz y Santoro. Todos los analistas vaticinaron que si les iba mal, la vicepresidenta se lo cobraría. Y se lo cobró. Y que el conflicto por los “funcionarios que no funcionan” escalaría. Y escaló. Sobre el futuro, el resultado de noviembre será otra prueba. Una clave para predecir el desenlace ante una nueva potencial crisis: Cristina Kirchner suele redoblar la apuesta en los conflictos; Alberto Fernández tiende a ceder.
- La interna de la oposición. La derrota es huérfana, la victoria tiene muchos padres, dice el adagio. Cuando hay buenos resultados, las tensiones bajan. Las palomas se halconizaron en el último tramo de la campaña porque Juntos por el Cambio percibió que la gente reclamaba posiciones más agresivas contra el gobierno. #Basta fue el nuevo leit motiv y los más dialoguistas, como María Eugenia Vidal, se volvieron más contundentes. ¿Dónde prestar atención? La victoria adormece los músculos. El fenómeno Milei podría crecer más allá de su contundente 13% si Juntos por el Cambio opta por ignorarlo.
- La crisis sanitaria y sus derivaciones. Los números de la pandemia son sensiblemente mejores que los de hace unos meses y la vacunación avanzó, aunque no al ritmo que la mayoría de la población esperaba. Sin embargo, el conflicto por la compra fallida de vacunas Pfizer y sobre todo el Olivosgate, hizo mella en la opinión pública. Ahora, el gobierno anuncia flexibilizaciones múltiples que transmiten un mensaje subliminal: le ganamos al covid. ¿Qué mirar? La interpretación que haga la sociedad sobre la repentina apertura, justo después de las PASO: podría ser interpretada como demagógica. Y que la cantidad de infectados y muertos no suba.
- La inflación y el dólar. Suba de precios sostenidos, a un ritmo de 3% mensual, 51,8% interanual, 31% acumulada en 2021, según el INDEC. Mala noticia para contarle al votante, que además la siente en cada compra. El dólar blue estaba a $ 78,50 en diciembre de 2019, hoy ronda los $ 185. No hay urna que aguante eso. Paradoja: la derrota del gobierno trajo cierto optimismo a los mercados y eso lo beneficia. ¿A qué prestar atención? A las medidas que se tomen para “poner plata en el bolsillo” de la gente. Algunos votos más, y leña al fuego de la inflación.
El mensaje de fondo: desde 1983, la Argentina canaliza sus frustraciones en las urnas y, aun en contextos complejos, la mayoría prefiere propuestas moderadas. Por bastante menos, en otros países las multitudes toman las calles. Mucho por mejorar, pero también mucho avanzado.
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Tres preguntas a Andrés Malamud. Es licenciado en Ciencia Política por la Universidad de Buenos Aires y doctorado en el Instituto Universitario Europeo. Además, es investigador principal en el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa, desde donde suele analizar la política argentina.
¿La Argentina no es un país tan anormal, desde tu punto de vista?
Es mitad y mitad. En Sudamérica hay cuatro tipos de países, si se consideran dos dimensiones: la política y la economía. Hay países donde las dos cosas funcionan, como Uruguay, y países donde las dos cosas están mal: Venezuela. Y después tenemos a Perú y la Argentina, y al resto de los países que se parecen más a uno o al otro, aunque son más como Perú. ¿Qué pasó allí? El presidente del Banco Central fue nombrado en 2006 por Alan García. Hace 15 años. Pasaron seis presidentes y sigue en su cargo. En la Argentina pasaron ocho presidentes del Banco Central. Perú tiene una inflación del 2% y se financia al 2% en los mercados internacionales. La Argentina tiene una inflación del 50% y no tiene financiamiento internacional. La economía de ellos funciona y la nuestra está rota. Pero en política… todos sus ex presidentes están presos, prófugos, o suicidados para no ir presos.
¿Nuestra política está bastante bien entonces, en comparación?
El actual presidente peruano ganó las elecciones en segunda vuelta porque en la primera sacó 19%. Los dos partidos más votados sumaron el 32%. En la Argentina, 88%. La política peruana está rota. La macroeconomía funciona muy bien, pero tienen un 70% de informalidad. La pandemia generó un desastre humanitario: la gente tenía que salir a trabajar y a comprar comida todos los días, porque no tenían ni heladera. Resultado: es el país con más muertos por millón. El que lo sigue, Hungría, tiene la mitad. Ahora el presidente tiene menos de un tercio de los legisladores. Lo echan en cualquier momento, aunque acaba de asumir. En la Argentina tenemos la economía rota, un desastre, y sin embargo seguimos deshaciéndonos de nuestros gobernantes a través del voto, sin violencia. En la Argentina hay unos dos mil homicidios por año, en Brasil –que logra atraer inversiones– hay sesenta mil. No rompamos la política, que funciona, para arreglar la economía. Arreglemos la economía. Falta un presidente que entienda para dónde tiene que rumbear.
¿El vendaval que sufrió el Frente de Todos es sólo por lo económico?
No, no es sólo lo económico. Es un castigo fortísimo: lo dicen las encuestas, lo dice la calle. Lo que hizo Alberto Fernández de encerrarnos a todos –y yo me considero encerrado también porque no puedo viajar a la Argentina: estoy encerrado fuera de mi propio país– para organizar clandestinas con las amigas de la mujer, es imperdonable. Es violación del contrato de confianza con el gobernante. No es solamente que no consigue arreglar la economía (nadie lo logró desde 1975), es que te dice en la cara que te mete preso si salís a tomar sol… El problema más profundo es el contrato moral del votante con el representante. El votante fue claro. Lo primero que hizo fue no quedarse en casa: la tasa de reducción de la participación fue mínima, apenas 6% menos. Los votos en blanco fueron un 4 o 5%. Y la extrema derecha sacó el 5 o 6%, igual que la extrema izquierda. La gente que se enojó con el gobierno se quedó dentro del sistema.
Las Tres preguntas a Andrés Malamud se tomaron de una más amplia que le hizo recientemente Pablo Rossi en LN+. Para acceder a la entrevista completa podés hacer click acá.
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Resistencia a las vacunas. Se comprueba una y otra vez que proveer más y más información sobre las vacunas no está resultando eficaz para que las personas que no quieren ponérselas confíen en ellas.
Este artículo de Tara Scatterday, sobre la base de un estudio estadístico hecho en West Virginia, da algunas claves sobre cómo los gobiernos pueden contribuir a romper el escudo de desconfianza: trabajar con los médicos de cabecera y con otros líderes sociales que tienen gran poder de influencia: entrenadores de deportes, coaches artísticos, profesores y maestros… Todo un mundo de terceros confiables.
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Academia. Desarrollo sustentable y sustentabilidad son dos términos usados con frecuencia en los ámbitos académicos y profesionales de las relaciones públicas, aunque no necesariamente cuentan con el rigor conceptual que merecen.
Este artículo muestra el modo en que el sesgo ideológico condiciona a veces el significado de estos términos y propone una conceptualización sólida: buena base para definir su alcance e impacto.
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Oportunidades laborales.
- Pan American Energy abre una búsqueda de Analista de Comunicación Cultura y Clima. LINK.
- Johnson & Johnson tiene abierta una búsqueda de Communication Analyst. LINK.
Hasta acá llegamos esta semana. Todas tus ideas, propuestas o consultas son bienvenidas. Podés escribirme a [email protected]
¡Hasta el miércoles que viene!
Juan
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