Hace tres semanas comenzó un ensayo clínico con marihuana medicinal en el Hospital de Pediatría Profesor Dr. Juan Pedro Garrahan. Está dirigido a pacientes con epilepsia refractaria (en casos que no responden a anticonvulsivos, dietas especiales ni cirugías) y ha sido ideado y supervisado por los mismos médicos del hospital.
El objetivo de la investigación es, según los voceros del hospital, evaluar la eficacia y la seguridad del nuevo fármaco (aceite de marihuana provisto por el laboratorio APHRIA de Canadá, que lo dona para todos los pacientes en los que se demuestre que funciona) y contar con sustento médico y académico para su administración.
La modalidad del estudio es ambulatoria y los controles se realizan por consultorios externos. Roberto Caraballo, jefe de Neurología a cargo de este estudio, dijo que “el uso del cannabis medicinal puede ser una esperanza para los pacientes y las familias”. El cannabis será suministrado por vía oral y como un fármaco de complemento al tratamiento.
Luego de que la ley 27.350 fuera aprobada por unanimidad y creara el Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis, los pacientes ya forman parte del ensayo y tienen entre 1 y 16 años. Se incorporarán ocho niños por mes hasta llegar a al menos 50 de los que se atienden en el Hospital Garrahan, y otros 50 que se atienden en centros de salud de otras provincias.
El estudio cuenta con la aprobación de la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación y es el primero en Latinoamérica referido a uso de cannabis medicinal en pediatría como parte del tratamiento en pacientes con encefalopatías epilépticas.
Aunque la investigación durará dos años, los primeros resultados se obtendrán en marzo de 2019.
CAMEDA (asociación civil de Cannabis Medicinal Argentina) informa que la planta de marihuana se utilizó por miles de años en distintas culturas alrededor del mundo para distintos fines; entre ellos, la medicina. La planta posee distintos principios activos: los cannabinoides, que tienen muchas propiedades medicinales y que se pueden usar para tratar cáncer, epilepsia, glaucoma, esclerosis múltiple, fibromialgia, dolor crónico, etcétera. Por ahora, la epilepsia refractaria es la única patología contemplada para la investigación en la Argentina.
Según un comunicado del hospital, 1 de cada 100 niños y niñas tiene epilepsia. Y muchos de ellos presentan casos severos de la enfermedad. En el Garrahan se trata la mayoría de los casos de epilepsias refractarias.
Mamá Cultiva Argentina, la ONG de las madres que se autoproveen de cannabis cultivada en casa para tratar a sus hijos, fue una delas fuerzas principales para que se apruebe la ley en el Congreso, en 2016. Agrupadas,las madres se convirtieron en una voz poderosa e informada.
Aunque dos familias de la organización entraron al programa de Garrahan, no hay un contacto formal entre las madres y las autoridades médicas. “Nosotras venimos denunciando desde hace mucho que los médicos no nos acompañan en los tratamientos con cannabis”, dice ahora Valeria Salech, la madre de Emiliano (que ya hace cuatro años usa cannabis medicinal) y la presidenta de Mamá Cultiva.
En un comunicado reciente, la organización dice que celebra el inicio del ensayo clínico, pero: “no podemos dejar de notar que en las declaraciones vertidas por las autoridades del Hospital en el diario Clarín, se omite e invisibiliza lo insuficiente de la investigación para dar respuesta a miles de personas para quienes el cannabis para la salud YA ES UNA REALIDAD CONCRETA: personas que adquieren aceites en el mercado clandestino o que se han empoderado en sus terapias y están ejerciendo su soberanía sanitaria a través del autocultivo”.
Valeria Salech dice que las madres se dieron cuenta, en su recorrido, de que los tratamientos son personalizados, con lo cual las cepas y las dosis dependen de cada quien, de la auto-observación y de la atención constantes. Pero el ensayo clínico del Garrahan será un test sobre un solo aceite.
“El estudio que tan pomposamente se anuncia es sólo pediátrico”, dice el comunicado de la organización. “Nos preguntamos: ¿qué pasará durante esos dos años con los miles de adultes, con múltiples condiciones de salud, que siguen a la espera de una respuesta por parte del Estado Nacional? ¿Qué pasará con los miles de niñes que padecen o no epilepsia refractaria y quedarán fuera de la pequeña muestra seleccionada para esta investigación? ¿Qué sucederá si, como es posible que pase (ya que el protocolo del estudio implica misma dosis para todes), la investigación fuera insuficiente o no alcanzará resultados positivos?”.