Son eléctricos. Parecen sincronizados cuando dan grandes saltos, que los hacen aparecer y desaparecer dentro del mar, emergiendo entre perlas de espuma. Se trata de los delfines comunes, que son un poco más pequeños que los ‘nariz de botella’ y menos atléticos que los delfines oscuros, que siempre navegan en las profundidades y hacen piruetas dignas de un artista de circo.
Pero, sea cual fuere su variedad, la especie puede descubrirse a través de un paseo náutico que te lleva a verlos, allí dónde el mar es puro misterio y ellos tienen su hábitat. Esa recorrida, que es toda una experiencia, la hace una empresa que parte desde Piedras Coloradas, el balneario que está a 5 km al sur de Las Grutas.
Se aborda en un bote semirrigido gigante, que tiene espacio para nada más ni nada menos que 31 personas (29 pasajeros, el capitán y un guía). Esa nave recorre 12 km desde la orilla, hacia lo profundo del agua, y allí comienza una aventura que se extiende entre 2 y 3 horas, porque si los animalitos se muestran en plenitud el tiempo se estira sin apuro, para que todos atesoren imágenes.
Como en todo paseo de avistaje de fauna, no se puede garantizar ver a todas las especies que habitan en el área. Pero como el Golfo San Matías es especialmente pródigo en materia de diversidad, hasta ahora estas excursiones no defraudan. Muy por el contrario, maravillan.
La idea, por eso, es poder ver el espectro de personajes que habitan la zona (pingüinos, lobos marinos de uno y de dos pelos, avifauna…) pero apuntar especialmente a los delfines, porque estos animales tienen una conexión muy especial con el balneario.
Ocurre que a través de una investigación que lideró hace años una bióloga belga llamada Els Vermeulen se descubrió que cerca de 70 delfincitos (del tipo ‘nariz de botella’) residían todo el año en estas costas. Eso se supo gracias a un trabajo de foto identificación, porque los ejemplares adultos de la especie poseen cortes y cicatrices en su aleta dorsal, que permiten individualizarlos.
Todos esos datos se aprenden en profundidad durante la excursión, que, más allá de ser divertidísima, permite conocer mucho acerca de fauna marina.
Lo demás es dejarse llevar por las sensaciones que despierta la navegación, que son únicas. Entre ellas el viento y la brisa salobre golpeándonos la cara, los colores intensos del paisaje y ese olor a mar abrazándonos fuerte, para que nos enamoremos aún más de su frescura.
¿Los precios? navegar sale $28.000 por persona (desde 4 años en adelante) y $26.000 si se abona en efectivo (contado papel). Para informes, en Instagran @atlánticoavistajes. Imperdible.
Este contenido fue originalmente publicado en RÍO NEGRO y se republica como parte del programa «Periodismo Humano», una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN.